Luis Guillermo Piazza contaba la experiencia mexicana de un amigo argentino que enfureciรณ cuando el coche que iba delante se detuvo, en vez de aprovechar la luz preventiva del semรกforo para cruzar. Le pitรณ con vehemencia, saliรณ del coche y fue a gritarle. El otro lo mirรณ con curiosidad, abriรณ la guantera, sacรณ una pistola y le dijo suavemente:
โSeรฑor, le ruego que no me diga esas cosas delante de mi familia.
Cien aรฑos antes, Josรฉ Sรกnchez Somoano estuvo en Mรฉxico y, de vuelta en Espaรฑa, publicรณ un librito en verso de Modismos, locuciones y tรฉrminos mexicanos (Madrid, 1892; reediciรณn en Valladolid: Mextor, 2012). En la pรกgina 83, nota 14, dice:
โLos mexicanos, cuando riรฑen, no alborotan como nosotros. Con palabras hasta cierto punto suaves y comedidas, se increpan unos a otros, pero tan quedito, que no los oye ni el cuello de su camisa. Nadie se apercibe de que estรกn cuestionando, hasta que se ve a uno de ellos en el suelo y baรฑado en sangre.โ
El autor hace otras observaciones: โNo se debe preguntar a nadie por su madre, sino por su mamรก.โ Son hijos cariรฑosos, pero mentar la madre es el mayor insulto. โEn Espaรฑa decimos que hay que trabajar para ganar los garbanzos, y en Mรฉxico se dice lo mismo para ganar los frijoles.โ โPerones llaman allรญ a cierta clase de manzanas.โ โChicote es el lรกtigo.โ โDe todo lo que es bonito se dice allรญ que es chulo o chulรญsimo.โ โCandil llaman allรญ a lo que aquรญ llamamos araรฑas, y alumbran los salones con velas o con gas.โ A las doncellas de servicio, โcon muy buen criterio les llaman recamarerasโ.
De las tortillas dice que โson muy delgadas y se doblan sin romperseโ, una buena observaciรณn. Describe las tostadas, pero no usa la palabra. Si no la escuchรณ, cabe suponer que todavรญa no se inventaba. Habla tambiรฉn de las enchiladas, y registra la expresiรณn โEnchรญlame otraโ. Tambiรฉn โรndeleโ para animar al indeciso. Asรญ como siempre sรญ y siempre no para las decisiones que estuvieron en duda. Y estar salado para las personas o cosas que parecen atraer la mala suerte.
Su testimonio tiene interรฉs para observar mexicanismos de hace 125 aรฑos que siguen casi todos vigentes. De entonces son tambiรฉn los registros de un normalista cubano refugiado en Mรฉxico: Fรฉlix Ramos i Duarte, Diccionario de mejicanismos. Colecciรณn de locuciones i frases viciosas con sus correspondientes crรญticas i correcciones fundadas en autoridades de la lengua; mรกximas, refranes, provincialismos i remoques populares de todos los estados de la Repรบblica Mejicana (Mรฉjico: Imprenta de Eduardo Dublรกn, 1895).
Es normal que la estancia en otro paรญs convierta al visitante en lingรผista aficionado. La primera lista de mexicanismos fue compilada por un abogado tapatรญo especializado en derecho minero que estuvo en Madrid para litigar causas mineras novohispanas: Francisco Javier Gamboa, โDe la significaciรณn de algunas voces oscuras usadas en los minerales de Nueva Espaรฑaโ en sus Comentarios a las ordenanzas de minas, Madrid, 1761 (hay ediciรณn en facsรญmil, Mรฉxico: Miguel รngel Porrรบa, 1987). Fue un libro tan famoso que en 1839 se tradujo al inglรฉs, como puede verse en el catรกlogo de la Biblioteca del Congreso de Washington. Registra mexicanismos de hace doscientos cincuenta aรฑos, por ejemplo: malacate, mecate y pepena.
No serรญa tan costoso digitalizar todos los libros publicados en Mรฉxico hasta 1900 (unos veinte mil, creรญa Josรฉ Luis Martรญnez) para localizar los registros mรกs antiguos de enchilada, malacate, mecate, pepena, perรณn, recamarera, tortilla, tostada y muchos otros mexicanismos.
Curiosamente, la palabra perรณn, que tambiรฉn registra Ramos i Duarte, no viene en el Diccionario de la Real Academia Espaรฑola. Y, mรกs curiosamente aรบn, tampoco en el Diccionario de mexicanismos de la Academia Mexicana de la Lengua, a pesar que figura en su รndice de mexicanismos como conocida por el 100% de los informantes y registrada en diez listas y diccionarios de mexicanismos. ~
(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.