Keith Gessen
Un paรญs terrible
Traducciรณn de Amelia Pรฉrez de Villar
Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2020, 400 pp.
Hay un gรฉnero literario frecuente en Estados Unidos (se da en la ficciรณn y en la no ficciรณn): autor no nacido en el paรญs, pero bien integrado, explica a los lectores estadounidenses cรณmo es su lugar de origen. Como buen ciudadano asimilado, el autor demuestra su pedigrรญ estadounidense constantemente, y compara a menudo su paรญs de nacimiento con el de acogida. Siempre el lugar de llegada de sus reflexiones, y su vara de medir, es EEUU. Quizรก el autor ha adoptado el provincianismo cultural estadounidense, o quizรก simplemente sabe que esta es la รบnica manera de tener lectores en un paรญs donde solo un 3% de los libros publicados son traducciones.
Pasa algo parecido con la no ficciรณn. Desde la victoria de Trump, los libros publicados en EEUU que tratan el totalitarismo o autoritarismo en el mundo son a menudo manuales polรญticos de autoayuda para estadounidenses preocupados por Trump, y explican poco de otros regรญmenes (un ejemplo es Cรณmo perder un paรญs, de la periodista turca Ece Temelkuran, que explica a travรฉs de Trump, Boris Johnson y Le Pen cรณmo triunfรณ Erdogan).
En la novela Un paรญs terrible, el editor y periodista Keith Gessen, director de la revista cultural N+1 y hermano de la cรฉlebre ensayista Masha Gessen, no menciona a Trump porque la historia transcurre en 2008. Es un alivio. Pero en la primera parte, el libro encaja exactamente en este molde. Andrรฉi es un acadรฉmico (sin plaza fija) ruso, nacionalizado estadounidense, cuya familia se mudรณ a EEUU cuando รฉl era niรฑo. Aunque estรก completamente integrado en su paรญs de acogida (no como sus padres, que no salieron nunca de la comunidad rusa de Boston), mantiene cierto vรญnculo con Rusia a travรฉs de sus estudios acadรฉmicos.
Su hermano, que volviรณ al paรญs durante los aรฑos de Yeltsin y se hizo rico con negocios fraudulentos, ya no puede hacerse cargo de su abuela, y le pide a Andrรฉi que vaya a Moscรบ a cuidarla. Andrรฉi vuelve a su paรญs natal como un explorador, y como americano y no como ruso. Piensa que lo detendrรกn en la aduana al ver su pasaporte estadounidense, y cree que el paรญs es violento y salvaje. En los primeros capรญtulos, Andrรฉi redescubre Moscรบ (lo conocรญa de breves estancias hace aรฑos): se queja de la mala educaciรณn de la gente, de la masculinidad tรณxica de los hombres, de los altรญsimos precios del centro de la ciudad. El narrador se dirige a un lector concreto (un trasunto de sรญ mismo) y establece cierta complicidad con รฉl: Moscรบ es diferente a Occidente, pero sobre todo es muy diferente a Brooklyn.
A medida que Andrรฉi se integra, la novela pierde la mirada provinciana y el protagonista comienza a ver su nueva ciudad con cariรฑo y ambivalencia, como suelen verla sus habitantes: โDurante unos cinco minutos, aquel paรญs me pareciรณ una especie de organizaciรณn enorme y anรกrquica que habรญa escapado a la modernidad y a la ordenaciรณn: un experimento en evoluciรณn continua. Me gustรณ aquel sitio. Pero esa sensaciรณn durรณ unos cinco minutos.โ
Consigue, tras intentarlo varias veces, unirse a un equipo de hockey, y hace un pequeรฑo grupo de amigos, que han creado un grupo marxista de oposiciรณn a Putin. Su tesis es que la disidencia liberal contra el putinismo solo se centra en cuestiones como la libertad de expresiรณn o de prensa, pero no en la justicia social ni en la economรญa (en parte tienen razรณn, pero en el espacio postsoviรฉtico es muy delicado articular ideas de izquierdas, que rรกpidamente se asocian al comunismo). Andrรฉi participa en acciones de protesta y en clubs de lectura marxista, se enamora, visita dachas de amigos y se integra en la ciudad. Mientras, sigue con un pie en la academia estadounidense: da clases online y sigue con envidia las carreras de sus excompaรฑeros.
La crรญtica a la endogamia y vanidad del mundo universitario estadounidense es divertida y cรกustica. El asesor posdoctoral de Andrรฉi le dice que querรญa ser Isaiah Berlin, pero que acabรณ siendo el tรญpico acadรฉmico hiperespecializado en algo ridรญculo: en su tesis exponรญa la teorรญa de que como las chozas medievales rusas no tenรญan chimeneas, los campesinos rusos sufrieron daรฑos cerebrales por culpa del humo, y esto explica el atraso ruso durante siglos. Andrรฉi desprecia la condescendencia de los rusรณfilos estadounidenses y se enfrenta a uno de ellos en una cena (le dice que โRusia estรก enferma. Cuando alguien estรก enfermo, no necesita que lo critiquen. Necesita ayudaโ, y luego se da cuenta de que es una cรฉlebre cita de Putin).
Las anรฉcdotas y desventuras del personaje, sin embargo, no sostienen el libro, que a veces es plano y repetitivo; tambiรฉn se hace demasiado largo. Sus ideas polรญticas son ingenuas (el neoliberalismo no es el problema de Rusia, como sostiene, sino la falta de Estado de derecho y el capitalismo clientelar y mafioso) y, al contrario que Pequeรฑo fracaso, las memorias de Gary Shteyngart (otro escritor judรญo ruso nacionalizado estadounidense), el libro de Gessen carece de sentido del humor.
La historia se salva, sin embargo, gracias al personaje de la abuela, Seva Efraimovna Gejtman. Andrรฉi cree que conviviendo y conversando con Baba Seva podrรก extraerle historias de su interesante vida, y podrรก publicar un artรญculo acadรฉmico: era historiadora, se quedรณ viuda tras la Segunda Guerra Mundial, fue uno de las pocos acadรฉmicos judรญos que conservรณ su puesto en la universidad tras las purgas de โcosmopolitasโ de Stalin, e incluso recibiรณ el apartamento en el que vive como recompensa por participar como asesora histรณrica en una pelรญcula propagandรญstica sobre Ivรกn el Grande. Pero la anciana comienza a tener signos de alzhรฉimer. No le habla de su trรกgica y apasionante vida, solo se queja de su soledad y de que su amiga Emma Abramovna no la invita a su dacha en verano. Andrรฉi entonces se limita a estar a su lado: pasean, van al cine, juegan a hacer anagramas, ven pelรญculas antiguas de la URSS, le organiza su noventa cumpleaรฑos. La relaciรณn entre nieto y abuela es tierna y sencilla, y el cierre de la novela consigue, al contrario que otros dramas en la historia, emocionar con sutileza. ~
Ricardo Dudda (Madrid, 1992) es periodista y miembro de la redacciรณn de Letras Libres. Es autor de 'Mi padre alemรกn' (Libros del Asteroide, 2023).