Ilustración: Letras Libres.

En TikTok, la filosofía se está volviendo atrevida… o al menos, más concisa

El contenido de TikTok no suele destacar por su seriedad. Pero desde la academia y fuera de ella se ha usado esta red social para buscar que el público se interese por el pensamiento filosófico.
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En La Escuela de Atenas, un fresco del siglo XVI, Rafael trató de captar el espíritu esencial de la filosofía. El artista representa a Platón como un hombre viejo, gris y descalzo junto a su alumno más famoso, Aristóteles. Los dos filósofos griegos sostienen gruesos libros encuadernados mientras caminan juntos bajo un magnífico arco de piedra, discutiendo sus muy sabias y muy serias ideas.

De forma consciente o no, muchas personas aún mantienen esta visión rafaelita. La filosofía se ve como algo antiguo, lento, formal y racional, y no típicamente asociado a TikTok.

Un tema recurrente en la cobertura de la prensa es que el contenido de TikTok no es muy intelectual. Aunque TikTok anunció recientemente que iba a ampliar la duración máxima de los videos a 10 minutos, las publicaciones más populares suelen ser mucho más cortas, a menudo de 30 segundos o menos. Cuando un nuevo usuario se une a la aplicación, el feed automatizado “Para ti” tiende a mostrar el tipo de videos cortos y divertidos que se han vuelto populares, cosas como bromas tiernas de parejas y videos de gemelos bailando. La dosis inicial de contenido de TikTok es breve y provoca sonrisas. Pero no es exactamente un estímulo para que los usuarios reflexionen sobre las cuestiones más profundas de la experiencia humana.

De hecho, esa primera vez en que el famoso algoritmo de TikTok decide que te puede gustar algo filosófico puede resultar discordante. Podría suceder así: acabas de terminar otro video que reutiliza un audio popular –quizás uno de los millones de clips basados en Encanto de Disney– cuando, de repente, aparecen en la pantalla dos profesores de filosofía de la Universidad de Notre Dame en Estados Unidos. En lugar de sobreponer su video en una pista de audio, los profesores interpretan un nuevo rap que critica la teoría del utilitarismo. Otros videos están dedicados a las grandes ideas de los pesos pesados de la Filosofía, desde los griegos del cuadro de Rafael hasta sabios más recientes como Hannah Arendt y Peter Singer. Mientras recorría los videos más populares de TikTok bajo el hashtag #Filosofía, me preguntaba: ¿por qué los filósofos contemporáneos, incluidos los catedráticos universitarios, de repente hacen canales de TikTok?

“Recientemente, en la filosofía académica ha habido un gran impulso por lo que se denomina ‘filosofía pública’, el intento de interesar al público por el pensamiento filosófico”, dijo Nathan Nobis, profesor de filosofía en el Morehouse College y apasionado creador de contenido en TikTok. La premisa básica es que los filósofos de profesión tienen algunas herramientas prácticas para evaluar problemáticas, y que es valioso extender el pensamiento filosófico más allá de las paredes de la universidad. En lugar de encerrarse en la metafórica torre de marfil, los profesores de filosofía de hoy en día escriben artículos de opinión –por ejemplo, sobre la filosofía de Wordle– o producen podcasts de filosofía como Overthink y el propio Hi-Phi Nation de la revista estadounidense Slate.

Entre los filósofos existe la sensación de que se encuentran rezagados respecto a otras disciplinas con respecto a la participación del público. Por ejemplo, durante mucho tiempo ha habido programas de televisión sobre temas científicos, como Cosmos de 1980 y sus secuelas, y podcasts como Radiolab. La ciencia tiene lugares reconocidos para interactuar con el público, como son las excursiones a un planetario o a un museo de ciencias. Por el contrario, la mayoría de las personas no saben que existe algo así como un “museo de filosofía”.

La psicología es otro tema que parece tener ventaja en términos de alcance. El movimiento de la “psicología pop” surgió en las décadas de 1950 y 1960 y ha encumbrado a intelectuales públicos como Brené Brown, una profesora de Texas alguna vez llamada la Beyoncé de la autoayuda. “Creo que la filosofía tiene mucho que aprender de estas otras disciplinas”, dijo Paul Blaschko, profesor de filosofía de Notre Dame, creador de TikTok y coautor de The Good Life method. “Hay lecciones que podemos aprender sobre cómo hacerlo bien, y también cosas que debemos evitar”.

Parte de trasladar la filosofía al formato de TikTok es encontrar un marco cómico o narrativo que pueda mantener la atención de alguien antes de que deslice su pantalla. Cuando escribe para los videos de su cuenta de TikTok @profblaschko, Blaschko usa las habilidades que adquirió al trabajar en un teatro de comedia de improvisación. Blaschko señaló que tanto TikTok como la improvisación requieren creatividad con restricciones. “Hay algo realmente emocionante y divertido en el desafío de tratar de comprimir una gran idea en 30 a 90 segundos”, dijo Blaschko, cuyos videos semanales incluyen sketches como una “pelea de box” entre un sacerdote y un hombre de negocios mientras debaten cuál carrera es moralmente superior.

Claro, suena divertido, pero, ¿puede una aplicación que está diseñada específicamente para nuestros períodos de atención cada vez más cortos, realmente hacer justicia al sesudo tema de la filosofía? Esa preocupación fue planteada por Jim Moster, estudiante de último año en Notre Dame con una especialidad en Ciencias Políticas y Estudios Liberales, quien escribió un artículo para el periódico del campus titulado “La ‘filosofía’ de TikTok está corrompiendo a la juventud“. Tres minutos (en ese momento, el máximo en TikTok) es un “período lamentablemente corto para explicar ideas complejas”, escribió Moster, y agregó: “Desafortunadamente, la estructura misma de TikTok fomenta el intelectualismo vago”.

Sin embargo, la Facultad de Filosofía de la Universidad de Gonzaga en el estado de Washington rechazó la idea de que TikTok sea inherentemente antiintelectual. (El departamento de Filosofía de Gonzaga opera su propio canal de TikTok, y uno de sus videos, que muestra a los profesores leyendo las reseñas más crueles de sus estudiantes, se volvió viral inesperadamente el año pasado). “No hay nada inherente al medio que diga que definitivamente producirá contenido basura”, me dijo Charles Lassiter, profesor de Gonzaga. Recordó el ejemplo histórico de Dante, criticado por escribir en italiano vernáculo en lugar de latín. “Si los filósofos no hacen que sus temas sean accesibles, vamos a morir como disciplina”, dijo Lassiter.

Una posibilidad es que la filosofía en TikTok opere como una especie de gancho. Por ejemplo, un video breve sobre Wittgenstein podría inspirar al usuario a leer la entrada del filósofo en Wikipedia o en la Enciclopedia de Filosofía de Stanford. Por un lado, esta hipótesis suena demasiado optimista, ya que TikTok y otros productos de redes sociales están diseñados con cualidades adictivas para mantener a los usuarios en la aplicación (y, por lo tanto, no cambiar a un navegador web). Por otro lado, es un poco condescendiente decir que los usuarios de TikTok nunca abandonan la aplicación para participar en la filosofía profunda y extensa. “Pensar que nuestros estudiantes no van más allá de los videos de tres minutos desprecia a la generación más joven de una manera que simplemente no está respaldada por la experiencia que he tenido con ellos”, dijo Maria Howard, otra profesora de Gonzaga.

TikTok representa una oportunidad única para la filosofía pública, porque la aplicación aún se encuentra en una etapa temprana de su ciclo de vida. En gran medida, los usuarios de Facebook o Twitter se han segmentado en sus propias cámaras de eco en función de a quiénes siguen. Pero el contenido que un usuario ve en la página “Para ti” de TikTok lo decide el algoritmo, un misterioso “sombrero seleccionador” que no está restringido por seguidores. Blaschko dijo que sus espectadores de TikTok provienen de orígenes muy diferentes: ateos apasionados, católicos tradicionales radicales, nihilistas, exmormones, marxistas y gente que come moho. “En los comentarios, estas personas en realidad están dialogando, hablando entre sí”, dijo Blaschko. “Estoy seguro de que eventualmente TikTok también terminará por compartimentalizarse, pero por ahora es un lugar donde realmente puedes encontrarte con personas muy diferentes a ti, y esos son los espacios en internet que más me gustan”.

Aunque TikTok no se ha autosegmentado por completo, existe la preocupación de que los creadores más populares tienden a provenir del mismo grupo demográfico. “La filosofía en TikTok es blanca y masculina porque la filosofía en sí misma es así”, dijo la profesora de Gonzaga Greta Turnbull, quien recordó no haber tenido mentoras de filosofía hasta el final de su programa de posgrado. Un estudio de 2015 de los departamentos de filosofía en las universidades de Estados Unidos sugirió que las mujeres constituían solo 26 por ciento de los profesores titulares, con un crecimiento más rápido en los programas menos prestigiosos. El estudio también citó investigaciones que mostraban que las mujeres estadounidenses recibieron aproximadamente un 30 por ciento menos de doctorados en Filosofía que las mujeres en otras disciplinas de humanidades.

Y si bien TikTok podría ser una forma de llegar a audiencias más amplias y diversas, los filósofos en la academia también reportan opiniones encontradas sobre si es una jugada inteligente para sus carreras. Algunos dijeron que han tenido asesores bien intencionados que les han dicho que no se involucren demasiado en las redes sociales hasta que sean académicos titulares. Al igual que otras humanidades, la filosofía académica es un campo increíblemente competitivo, con cientos de solicitantes para cada puesto de titularidad. La preocupación es que un joven profesor que es muy activo en las redes sociales podría no estar dedicando suficiente tiempo a investigar y escribir. Eso es importante, porque publicar en revistas académicas prestigiosas, y no acumular likes y seguidores, ha sido el criterio tradicional para avanzar.

Pero algunos han dado un giro, dejando la academia tradicional para concentrarse exclusivamente en las redes sociales. Julian de Medeiros tiene más de 456 mil seguidores y 11.7 millones de me gusta en su canal de TikTok @julianphilosophy, que produce junto a su pareja Jenaline Pyle. Antes de marzo de 2020, ambos académicos impartieron cursos en la City University of London. Durante el confinamiento por covid-19, notaron que sus estudiantes estaban profundamente frustrados por la falta de opciones de cursos en línea. La pareja comenzó a publicar regularmente contenido gratuito en TikTok y YouTube, además de ofrecer clases financiadas por patronos a través de Patreon. “La enseñanza en línea y las plataformas como TikTok son fáciles de desdeñar, pero vemos cómo nuestro trabajo resuena más que si repitiéramos la misma clase con 20 estudiantes a la vez”, dijo Pyle.

Según Pyle, la mayor diferencia entre el modelo de educación tradicional y las redes sociales es que la enseñanza en línea requiere un mayor compromiso con la experimentación. “Ser dogmático y rígido con tu enfoque puede enajenarte, al igual que suponer que lo que encuentras interesante es inherentemente valioso”, dijo Pyle. “Estamos comprometidos a no estar demasiado comprometidos: probamos diferentes enfoques y vemos qué funciona”. Desde que abandonaron la academia, la pareja se mudó a la costa noroeste de Estados Unidos, donde filman muchos de sus videos más populares de TikTok a bordo de su automóvil. ¿Por qué allí? Porque el auto tiene buena acústica y no es un lugar cómodo para sentarse por largos periodos de tiempo. Entre la ola de calor del verano del año pasado y las temperaturas invernales muy por debajo del punto de congelación, el clima los empuja a ser concisos. “Si está tomando demasiado tiempo, es hora de repensar”, dijo Pyle.

Varios profesores de filosofía me dijeron que podían imaginar que sus filósofos favoritos apreciarían la aplicación. Durante su vida, Sócrates estuvo dispuesto a deambular prácticamente por todas partes para tener una buena conversación, por lo que no sería difícil verlo iniciar un diálogo en los comentarios de internet. Otros pensaron que el estilo aforístico de Nietzsche, con sus citas concisas y poderosas al estilo de “conviértete en lo que eres” y “lo que no me mata, me hace más fuerte”, funcionaría muy bien en TikTok.

¿Quién sabe? Tal vez Platón, uno de los antiguos griegos recordados por Rafael, aprobaría los bailes de TikTok. Después de todo, Platón creía firmemente que el entrenamiento en danza debería usarse para promover la educación cívica de los niños, como señaló la profesora de filosofía Aili Bresnahan en un artículo de mayo de 2020, sobre el baile en TikTok y la pandemia.

Por supuesto, es probable que no todos los filósofos famosos serían fanáticos de TikTok. “Todos mis favoritos eran cascarrabias, por lo que no tocarían TikTok ni con un poste de tres metros”, dijo Ellie Anderson, profesora de filosofía en Pomona College, en un correo electrónico. “Me encanta pensar en Foucault preguntando con desdén: ‘¿Qué es esto de TikTok?’ con un marcado acento francés”. Sin duda, una interpretación de esto en un video de 30 segundos llegará pronto a tus recomendaciones.

Este artículo es publicado gracias a una colaboración de Letras Libres con Future Tense, un proyecto de SlateNew America, y Arizona State University.

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es columnista de Slate y abogado. Ha escrito para The New York Times y The Washington Post.


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