Como parte de las actividades para la conmemoración de 2021, declarado “Año de la Independencia y de la Grandeza de México”, la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Antropología e Historia prepararon la magna muestra La grandeza de México, que se alberga en la sala de exposiciones temporales del Museo Nacional de Antropología y en el Salón Iberoamericano del edificio central de la Secretaría de Educación Pública.
La exposición brinda una mirada interesante a la memoria cultural de México desde la configuración de su territorio, la espiritualidad y el simbolismo plasmado en las artes de los pueblos pretéritos que conforman el mosaico de identidades que en la actualidad es México.
La sección presentada en el Museo Nacional de Antropología está organizada en cinco ejes temáticos que integran aspectos de las identidades mexicanas. Las 350 piezas arqueológicas y objetos históricos, provenientes de sesenta acervos de veintidós estados y de siete repositorios internacionales en Francia, Italia, Suecia y Estados Unidos, ofrecen un esbozo del desarrollo histórico del país desde la prehistoria hasta el siglo XX y promueven la inquietud del saber sobre el pasado y diversidad cultural que conforman el país.
Los temas abordados en orden de visita son el territorio, la espiritualidad, el individuo, el simbolismo y, por último, el motor de la historia. El primer eje temático –“El territorio: escenarios de vida y paisajes culturales”– presenta al país como un espacio geo-climático con diversidad cultural. Durante el proceso de apropiación, adaptación y transformación, sus primeros habitantes buscaron respuestas a sus interrogantes sobre el origen del hombre y el desarrollo y movimiento del universo y más adelante las plasmaron en su arte y relatos orales.
El segundo eje temático –“La espiritualidad: una vía para comprender el mundo”– se centra en la relación de los mexicanos con el cosmos a través del concepto de lo sagrado y las prácticas rituales que lo acompañan como medios de negociación, interacción, continuidad, resistencia, sentido, orden e identidad, desde el periodo precolombino, pasando por la conquista y la evangelización, hasta nuestros días.
Las distintas concepciones del hombre a través del tiempo y su papel en el orden del cosmos corresponden al tercer eje –“El individuo, origen y centro de las culturas”–. Pese al título, el enfoque de este apartado es mostrar cómo el individuo forma parte de una comunidad en contraposición al individualismo.
Uno de los ejes más controversiales es el cuarto –“El simbolismo: ideas y representaciones del mundo”–, ya que da espacio a las distintas interpretaciones que desde el extranjero se han hecho sobre el patrimonio mexicano y que dieron origen al mercado de arte prehispánico y de objetos históricos. Destaca la exhibición del supuesto penacho de Cuauhtémoc y del cráneo de Moctezuma, entre otras piezas de procedencia cuestionable. Sin embargo, en su cédula se aclara su condición.
Finalmente “El motor de la historia” muestra a las lenguas, el arte, la música, los ritos y las danzas como los medios de transmisión, de yuxtaposición de creencias y de difusión del conocimiento y pensamiento de los pueblos a través del tiempo.
Al tratarse de una exposición temática rompe con el acostumbrado orden temporal y apuesta por el entrelazamiento de temporalidades, tradiciones, culturas y distintos espacios que integran el territorio nacional en busca de discursos armónicos. Sin embargo, algunas de sus piezas parecerían fuera de lugar o resultan anacrónicas, como ocurre con los opuestos sujeción-liberación representados con el Medallón de las Glorias de 1810, El estandarte de la Virgen de Guadalupe y el cuadro de la Solemne y pacífica entrada del Ejército de las Tres Garantías en la capital de México que anteceden a elementos de la conquista de Tenochtitlan y dan paso a las imágenes de vida cotidiana y de concepción del territorio en el periodo colonial.
Esta muestra se distingue de otras exposiciones y de la sección que alberga el edificio de la SEP por procurar que parte del repertorio de piezas prehispánicas expuestas provinieran de excavaciones arqueológicas. Esto les permite a sus curadores brindar, además de su descripción técnica y estética, información confiable de su procedencia, contexto en el que fueron halladas, lugar de elaboración, temporalidad y uso. De esta manera, el público tiene la oportunidad de conocer piezas de gran envergadura, como las esculturas del segundo gobernante de Toniná, de la guerrera águila de Tehuacán y de la joven huasteca de Amajac, Veracruz, que previamente solo se podían conocer en sus respectivos museos de sitio y que con su exhibición en la capital del país promueven el interés por visitar sus repositorios.
Para la colección de objetos históricos se recurrió a distintos formatos con el fin de brindar un vistazo amplio del patrimonio nacional. Por ejemplo, hay un interés por visibilizar a la comunidad afromexicana y se exhiben obras de incalculable valor, como el Códice de la Cruz-Badiano,considerado el texto de botánica más antiguo de América y que el papa Juan Pablo II devolvió a México en 1990, o que pertenecen a acervos no tan frecuentados por el público como el díptico de las Alegorías de la construcción y del trabajo de Saturnino Herrán que se encuentra en la Biblioteca Nacional de Ciencia y Tecnología del Instituto Politécnico Nacional.
Por su parte, la muestra del Salón Iberoamericano del edificio central de la SEP aborda los procesos militares que han contribuido en la conformación de una identidad nacional. Esta sección está integrada por 265 piezas nacionales y 879 repatriadas provenientes de Estados Unidos, Italia, Francia, Alemania y Países Bajos. En ella se alude al interés por el patrimonio material mexicano en el extranjero y a la labor de cooperación internacional realizada en los últimos años para su recuperación del mercado negro.
Tanto la sección en el Museo de Antropología como la del Salón Iberoamericano de la SEP cumplen su objetivo de reflejar la diversidad cultural que integra al país e invitan a sus visitantes a cuestionarse cuáles son en realidad los elementos y discursos históricos con los que se identifican los diferentes grupos que habitan el territorio nacional. ~
es doctora en estudios mesoamericanos por la unam y posdoctorante Conacyt en El Colegio Mexiquense. Sus líneas de investigación versan
sobre el estudio de fuentes de tradición indígena y coloniales.