Los lectores de Letras Libres leyeron en la entrega del mes de junio cuatro hermosos poemas de la tradiciĆ³n japonesa traducidos y comentados por Aurelio Asiain. Son algunos de los muchos mĆ”s que se reĆŗnen en Luna en la hierba, publicado en EspaƱa por Ediciones HiperiĆ³n.
El libro es precioso desde cualquier Ć”ngulo: una portada color de hierba sobre la que refulgen las lunas diminutas de los kanji con que, desde hace siglos, se escribe esta poesĆa suntuosa e invisible. El trabajo como traductor y comentarista de Aurelio me deslumbra: destila, con escrĆŗpulo y exigencia, el zumo del correspondido amor que le tiene a JapĆ³n y el que le tiene a su poesĆa, es decir, a la poesĆa. Cada poema se halla traducido con regocijo y cĆ”lculo, con el esmero de quien conoce no sĆ³lo las dos lenguas en juego, sino sus retĆ³ricas y poĆ©ticas (y aĆŗn otras, pues sus versiones discuten y se enriquecen con las que han aparecido secularmente en francĆ©s y en inglĆ©s). De este modo, cada poema es una perla refulgente en un estuche de pulcra sabidurĆa, perfectamente escrita y meditada.
La pasiĆ³n de Asiain aporta nueva intensidad āla de su generaciĆ³n- a la que iniciaron hace un siglo dos poetas mexicanos, EfrĆ©n Rebolledo y JosĆ© Juan Tablada, la misma que continuĆ³ Octavio Paz mĆ”s tarde en la traducciĆ³n que hizo con Eikichi Hayashiya de las Sendas de Oku, el clĆ”sico poemario de Matsuo Basho. Pero tambiĆ©n se trata de una pasiĆ³n mĆ”s reforzada: Asiain es el hombre de letras originario de MĆ©xico que mĆ”s ha vivido en JapĆ³n. LlegĆ³ allĆ”, creo en 2001, luego de aceptar la invitaciĆ³n de Gerardo Estrada a fungir en Tokio como agregado cultural. Su labor -me consta- fue a tal grado extraordinaria y productiva que, cuando llegĆ³ la hora de volver a MĆ©xico, acadĆ©micos japoneses inteligentes lograron crearle, en la Universidad de Estudios Extranjeros de Kansai, una plaza que habrĆ” de aprovecharlo en el archipiĆ©lago. Y en MĆ©xico, de pasada, pues Aurelio Asiain impartirĆ” un breve curso sobre poesĆa japonesa en La Casa del Poeta en el mes de agostoā¦
Aurelio vive cada dĆa en JapĆ³n como si fuese el primero. Se percibe en todo lo que hace y dice. AdemĆ”s de sus letras, esta pasiĆ³n se advierte en otra faceta formidable de su creatividad: es un fotĆ³grafo tenaz y curioso que en ocasiones logra piezas maravillosas, como la que anexo aquĆ, de su serie sobre la lĆnea Namboku del metro de Tokio. El lector puede ver otras, muchas otras, bajo su nombre de fotĆ³grafo āIonushiā en su pĆ”gina flickr.
Es un escritor, editorialista y acadĆ©mico, especialista en poesĆa mexicana moderna.