Reformar sin convencer

Tres reformas -la Educativa, la de Telecomunicaciones y la Energรฉtica- son de corte liberal y estรกn destinadas a limitar los fueros y privilegios de nuestra รฉpoca.
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En Mรฉxico muchas reformas han provocado revoluciones. Las que ha propuesto Peรฑa Nieto no desatarรกn, previsiblemente, una revoluciรณn violenta, pero la reacciรณn contra varias de ellas ha sido intensa. Puede serlo mรกs, si su justificaciรณn econรณmica y social no arraiga en la conciencia de las mayorรญas.

En el pasado, la pauta reforma-revoluciรณn fue clarรญsima. A fines del siglo XVIII, los monarcas espaรฑoles impusieron a sus dominios americanos una serie de profundas reformas econรณmicas, fiscales y polรญticas con el objetivo principal de fortalecer el poder de la Corona a costa de la Iglesia y otras corporaciones civiles que, a lo largo de dos siglos, habรญan acumulado riquezas, fueros y privilegios. Llegado el momento, la respuesta de los sรบbditos criollos (religiosos agraviados, propietarios embargados) fue la Revoluciรณn de Independencia.

La Constituciรณn de 1857 y las Leyes de Reforma acotaron definitivamente el poder material y espiritual de la Iglesia, pero alrededor de ellas se desatรณ la guerra civil. Siguiendo ese canon liberal, Porfirio Dรญaz abriรณ el paรญs a la inversiรณn extranjera propiciando un crecimiento firme, pero esas mismas medidas agraviaron a un amplio sector popular (los campesinos cercados por la expansiรณn de las modernas haciendas, los trabajadores explotados por las compaรฑรญas americanas) despertando sentimientos nacionalistas y de justicia social que provocaron el vasto terremoto que fue la Revoluciรณn Mexicana. Mรฉxico, claramente, se resistรญa a vivir bajo los valores del liberalismo.

Al finalizar la Revoluciรณn, la tensiรณn entre fuerzas sociales y las leyes liberales produjo un hรญbrido: un poderoso Estado central que respetรณ formalmente las libertades individuales pero organizรณ las fuerzas sociales en un orden corporativo extraรฑamente similar al de la รฉpoca colonial. Esta soluciรณn fue el secreto de la larga dominaciรณn del PRI. Un monarca absoluto regรญa al paรญs como un sol alrededor del cual giraban las corporaciones sindicales, gremiales, campesinas, burocrรกticas (y hasta empresariales), dependientes en diversa medida de la protecciรณn y el patronazgo del Estado.

Hace veinte aรฑos, Mรฉxico viviรณ un nuevo encore del binomio reforma-revoluciรณn: la rebeliรณn indรญgena encabezada por el Subcomandante Marcos que vio en el TLC la entrega del paรญs a los dictados del capitalismo internacional.

Como casi todos los Leviatanes, el mexicano no sobreviviรณ el cambio de siglo. No fue el liberalismo econรณmico el que lo destruyรณ, sino la democracia. Pero al desvanecerse el poder del presidente monarca, las corporaciones pรบblicas y privadas que giraban obedientemente alrededor suyo no desaparecieron: por el contrario, se fortalecieron peligrosamente, cada una buscando colocarse en el centro. Uno de los propรณsitos de las reformas propuestas por el actual gobierno es limitar a esos poderes.

Tres reformas -la Educativa, la de Telecomunicaciones y la Energรฉtica- son de corte liberal y estรกn destinadas a limitar los fueros y privilegios de nuestra รฉpoca. En paralelo, el Congreso ha aprobado o estรก por aprobar otras reformas -la Hacendaria, la polรญtica- que tรกcitamente equilibran la tendencia liberal, pero que corren el riesgo de perpetuar, con su estatismo, al hรญbrido del XX.

La Reforma Hacendaria tiene propรณsitos redistributivos, que en el papel son impecables. La inspiran las corrientes de izquierda que han reclamado desde siempre el tratamiento fiscal a las grandes empresas y los grandes contribuyentes. La nueva legislaciรณn ha reducido estos regรญmenes especiales. Los recursos que se obtengan de estos nuevos impuestos -se dice- se canalizarรกn a programas sociales (seguro mรฉdico universal, pensiรณn para la vejez, seguro temporal de desempleo).

Pero las protestas contra la Reforma Hacendaria no son triviales: ยฟquiรฉn garantiza que la recaudaciรณn adicional sea en verdad redistributiva? ยฟCรณmo impedir que el dinero se pierda en los laberintos improductivos de la creciente burocracia o en los caรฑos de la corrupciรณn? Desde 1983 la economรญa ha crecido poco, pero la burocracia ha crecido mucho, incluso cuando han llegado al poder los partidos opuestos al PRI. Para Gabriel Zaid, esto recuerda las primeras pรกginas de La Ley de Parkinson: el nรบmero de almirantes de la Marina Inglesa aumentรณ 78% cuando el nรบmero de barcos de guerra se redujo a la tercera parte.

La misma tendencia centralizadora se percibe en la Reforma Polรญtica. Hay en ella aspectos que fortalecen al ciudadano (como la reelecciรณn) pero otros, como el INE, evocan al Leviatรกn.

Liberalizadoras y estatistas, contradictorias o complementarias, es probable que las reformas terminen por pasar estos dรญas. Si ocurre, serรญa un error confundir esa aprobaciรณn con la que de verdad cuenta, la del ciudadano. Hay una oposiciรณn de fondo a las reformas -sobre todo a la energรฉtica- y no sรณlo estรก en las calles, la prensa, las universidades y las redes. Estรก arraigada en la conciencia histรณrica (mitolรณgica o no) del mexicano. Y no son un puรฑado de personas las que piensan asรญ. Son millones de votantes potenciales.

En 2014 el gobierno tendrรก frente a sรญ una tarea difรญcil y un tiempo contado para realizarla. En primer lugar, comunicar de manera clara, honesta, abierta, la naturaleza y alcance de las reformas que ha promovido. (Hoy reina una confusiรณn generalizada, particularmente en el tema petrolero). En segundo lugar, asegurar que las leyes derivadas o las instituciones que las apliquen no contradigan el espรญritu de los cambios constitucionales. (Hay versiones de que ya ocurre en el tema de las comunicaciones). Y en tercer lugar, lograr que el mexicano sienta de manera tangible y pronta los beneficios del cambio.

Si "todo cambia para que todo siga igual" reaparecerรกn, bajo formas impredecibles, los viejos instintos revolucionarios.

 

(Reforma, 8 diciembre 2013)

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Historiador, ensayista y editor mexicano, director de Letras Libres y de Editorial Clรญo.


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