Por lo menos desde el 20 de noviembre de 2014, los padres de los 43 jรณvenes de Ayotzinapa externaron un reclamo al que dio voz pรบblica don Epifanio รlvarez Carbajal: “Pienso ya en pedir cuentas a los lรญderes estudiantiles por haber llevado a mi hijo a realizar acciones fuera de la escuela”.
(Don Epifanio se refiere especรญficamente a los “lรญderes estudiantiles”, no al director de la Normal, Josรฉ Luis Hernรกndez Rivera. El director declara en la prensa que รฉl no los mandรณ y ya, y ni siquiera ha acudido a rendir declaraciรณn porque no se le pega la gana y la Procuradurรญa de Guerrero es muy respetuosa de las ganas.)
Desde que don Epifanio reclamรณ pedirle cuentas a los “lรญderes estudiantiles”, el asunto se ha enterrado bajo la tรญpica evasiva: no es el momento. Don Epifanio agregรณ: “sรญ se les ha hecho el reclamo, pero ahorita no podemos hacer nada porque si nos dividimos la fuerza se va […]; ya que encontremos a los muchachos, pues ya arreglaremos eso”. El reclamo, propio del sentido comรบn y de toda investigaciรณn judicial, fue declarado irrelevante para la causa y aun atentatorio contra su espรญritu.
Y sin embargo, don Epifanio perseverรณ, como otros padres. En julio de 2015, la Comisiรณn Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) le dio rango de “Recomendaciรณn” a ese reclamo: “¿Por quรฉ motivo los alumnos de la Normal fueron llevados a la ciudad de Iguala el 26 de septiembre de 2014?¿Quiรฉn los llevรณ? ¿Por quรฉ precisamente a los alumnos de primer grado?” Los cuestionamientos “fueron manifiestos de manera legรญtima y enรฉrgica por algunos de los padres de familia” en febrero de 2015, anotรณ el Ombudsman.
Pero nadie le ha hecho caso. Ni a don Epifanio.
El silencio de quienes tienen las respuestas no disimila el desprecio que les merecen esos padres. Es un silencio que contradice la necesaria bรบsqueda de la verdad sobre este asunto terrible; un silencio empeรฑado en escamotear un dato aspecto relevante de la pesquisa.
El informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), creado por la Comisiรณn Interamericana de Derechos Humanos para brindar asistencia tรฉcnica “en la investigaciรณn de la desapariciรณn forzada” de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, tambiรฉn ignora el reclamo.
Su reconstrucciรณn de los hechos registra testimonios sobre cรณmo entre el 15 y el 20 de septiembre de 2014 hubo una reuniรณn de casi todas las normales rurales para preparar la marcha del 2 de octubre. El GIEI registra que la reuniรณn fue convocada en Amalcingo, Guerrero, por la “Federaciรณn Estudiantil (sic) de Campesinos Socialistas de Mรฉxico” (FECSM) y que asistieron a ella “entre 300 y 400 estudiantes de 13 normales rurales”. Y es todo: la FECSM no vuelve a figurar en el informe. Y se entiende, pues (como seรฑala Tanalรญs Padilla) la FECSM es “semiclandestina”,[1] y por lo tanto no se le pega la gana de rendir cuentas a nadie.
Ni siquiera a don Epifanio.
Lo que sรญ registra el GIEI es un testimonio en el sentido de que la FECSM ordenรณ que la sede donde se reunirรญan todas las Normales para viajar a la capital el 2 de octubre fuese la de Ayotzinapa, pues contaba con la capacidad para “soportar a la Federaciรณn por una noche”, “brindar alimentos” y “obtener los vehรญculos suficientes para transportar a la Federaciรณn” (p. 24).
Y bueno, pues los 43 jรณvenes desaparecieron por ir a cumplir esa orden de la FECSM. Y sin embargo, al GIEI no se le pegรณ la gana saber mรกs sobre quรฉ es esa FECSM, ni quiรฉn la manda, ni quiรฉn la financia, ni cรณmo funciona, ni por quรฉ tiene ese poder sobre las Normales, ni quiรฉn se lo dio, ni nada.
Es una pena, pues si bien no tiene atribuciones judiciales, el GIEI declara hallarse sujeto al “Protocolo de Minnesota”, uno que exige que, en todo conflicto relacionado con los derechos humanos, las organizaciones que se avocan a investigarlos deben analizar “la estructura en la cual se ubican las personas probablemente involucradas, de acuerdo con el contexto en que ocurrieron y en el seguimiento de lรญneas lรณgicas de investigaciรณn” (p. 351).
Cuando en diciembre de 2011 la policรญa de Guerrero matรณ a dos normalistas en Chilpancingo (y cuando los normalistas mataron a Gonzalo Rivas Cรกmara, el empleado de la gasolinera), el “laureado luchador social” Pablo Sandoval Cruz declarรณ que los lรญderes de la Normal estaban “siendo mal asesorados” por “alguna organizaciรณn social” que les aconsejรณ “una mala tรกctica y estrategia”, y reconociรณ que hay organizaciones que se inmiscuyen en la Normal de Ayotzinapa y la “asesoran” (incluida la suya: la Asamblea Popular de los Pueblos de Guerrero). El luchador social Sandoval Cruz nunca ha querido decir cuรกl fue la “organizaciรณn social” mala que malaconseja. ¿Cuรกl serรก?
Todo indica que el derecho a saberlo que tiene don Epifanio es humano, pero no demasiadamente humano.
(Publicado previamente en el periรณdico El Universal)
Es un escritor, editorialista y acadรฉmico, especialista en poesรญa mexicana moderna.