Evo Morales sigue la tradiciĆ³n del caudillismo boliviano

Evo Morales enfrenta un refrendo este fin de semana que busca decidir si podrĆ” postularse para presidente por cuarta ocasiĆ³n en 2019.Ā 
AƑADIR A FAVORITOS
ClosePlease loginn

Ya es el presidente que mĆ”s tiempo ha gobernado Bolivia de manera continua. En enero festejĆ³ una dĆ©cada en el poder, lo que supera la marca que poseĆ­a el Mariscal AndrĆ©s de Santa Cruz, libertador del paĆ­s y presidente de facto durante la primera mitad del siglo XIX. Pero quiere mĆ”s. Como la ConstituciĆ³n le impide postular por cuarta vez en 2019, entonces la ConstituciĆ³n tiene que cambiar. El parlamento ya aprobĆ³ la reforma con el solo propĆ³sito para habilitarlo, la cual se llevarĆ” a referendo el 21 de febrero. La justificaciĆ³n del oficialismo es transparente: Evo Morales resulta "indispensable" para ganar en 2019 y asegurar la "continuaciĆ³n de la revoluciĆ³n". Ya que "una revoluciĆ³n se reconoce", ha explicado el vicepresidente Ɓlvaro GarcĆ­a, teĆ³rico e acompaƱante invariable de Morales, por el hecho de que “sigue dependiendo de las personas".

El oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), en efecto, depende de Morales. El primer presidente indĆ­gena del paĆ­s es el Ćŗnico que puede asegurar la unidad de su movimiento, porque es el primero que lo dividirĆ­a en caso de que el lĆ­der no fuera Ć©l. Lo ha sugerido en una reciente entrevista con el diario El Deber: GarcĆ­a le cae bien, ha dicho, porque “no se siente presidenciable”. El otro dirigente indĆ­gena del MAS, el canciller David Choquehuanca, comenta a quien quiera escucharlo que no desea ser el candidato de su partido porque le serĆ­a imposible gobernar con Morales cerca. No es nada nuevo en la historia del caudillismo boliviano. Los lĆ­deres de la RevoluciĆ³n Nacional que se turnaron en el poder en los aƱos 50 tuvieron como principal problema a VĆ­ctor Paz, el jefe de su partido, cuyas maniobras terminaron ocasionando la divisiĆ³n de este en cuatro pedazos. Al final Paz no pudo esperar que se cumpliera la rotaciĆ³n que habĆ­a acordado con sus compaƱeros y volviĆ³ a la presidencia en contra de la voluntad de estos, que entonces se levantaron contra Ć©l y lo derrocaron con un golpe de Estado militar en 1964. AhĆ­ se acabĆ³ el dominio del Movimiento Nacionalista Revolucionario, que aspiraba a ser el PRI boliviano.

A los bolivianos no les gusta el continuismo, pues ha sido una de las causas de la inestabilidad polĆ­tica del paĆ­s. Acogiendo las enseƱanzas de la historia latinoamericana, las anteriores constituciones prohibĆ­an toda reelecciĆ³n continua. Si Morales se sale con la suya en el referendo, en las elecciones de 2019 podrĆ­a postular por cuarta vez consecutiva, una posibilidad que genera descontento entre propios y extraƱos. De ahĆ­ que el prĆ³ximo referendo sea la cita electoral a la que el polĆ­tico boliviano asiste con el peor pronĆ³stico de todos los que le han hecho las encuestadoras hasta ahora. SegĆŗn Ć©stas, el “no” a la reforma constitucional resultarĆ” mayoritario en las ciudades y si al final esta opciĆ³n pierde serĆ” Ćŗnicamente por el fuerte respaldo que Morales posee en el campo. El gobierno ha acusado el golpe psicolĆ³gico de esta informaciĆ³n multiplicando sus esfuerzos de campaƱa. El presidente inaugura una o dos obras pĆŗblicas por dĆ­a. Los actos de entrega se pasan por los medios estatales durante horas porque el Tribunal Constitucional determinĆ³ que la limitaciĆ³n establecida por las autoridades electorales para estas transmisiones era contraria a los derechos del gobierno para informar de su trabajo. Al mismo tiempo, la campaƱa de los opositores estĆ” cuidadosamente regulada y restringida. El MAS se esfuerza por corroborar el refrĆ”n que se acuĆ±Ć³ en los tiempos coloniales: “nadie le gana al caballo del corregidor”. De ahĆ­ justamente la oposiciĆ³n de los republicanos latinoamericanos a la figura de la reelecciĆ³n consecutiva.

Evo Morales puede volver a ganar, pero quizĆ” la suya sea una victoria pĆ­rrica. Su innegable popularidad se debe a que su gobierno despertĆ³ las ilusiones nacionalistas de la poblaciĆ³n mediante el potenciamiento del Estado; se adueĆ±Ć³ de la industria del gas, la principal del paĆ­s; una polĆ­tica exterior arrojada y patriĆ³tica; la compra de artilugios espaciales y de plantas gasĆ­feras de punta; la construcciĆ³n de carreteras, edificios, estadios, escuelas, etc. Todo esto se financiĆ³ con los ingresos extraordinarios que generĆ³ el aumento del precio de las materias primas que Bolivia estĆ” especializada en explotar. La economĆ­a viviĆ³ el tipo de prosperidad que los economistas describen con el nombre de “enfermedad holandesa”: una gran liquidez que se traduce en gasto estatal y privado, y un incremento de los salarios y los beneficios sociales, pero no en industrializaciĆ³n, y que por tanto se disipa en importaciones, actividades terciarias improductivas y boom inmobiliario. Hoy las manufacturas bolivianas estĆ”n peor que nunca: los altos salarios encarecen su producciĆ³n y hacen muy difĆ­ciles las exportaciones de bienes industriales nacionales. Al mismo tiempo, no dejan de levantarse edificios y de aparecer restaurantes y centros nocturnos por doquier.

La “enfermedad holandesa” tiene un talĆ³n de Aquiles: depende de los ingresos que puede obtener el Estado, que en el caso boliviano han caĆ­do abruptamente por el desplome del precio del petrĆ³leo. El gobierno estĆ” tratando de compensar esta carencia con la contrataciĆ³n de prĆ©stamos de China y de los organismos multilaterales, pero son pocos los que creen que la desaceleraciĆ³n que ya ha comenzado a vivir la economĆ­a no causarĆ” problemas de toda Ć­ndole al paĆ­s.

Evo Morales dirigiĆ³ a Bolivia durante una “dĆ©cada dorada”, pero no puede estar seguro del color que tendrĆ” el siguiente decenio para sus conciudadanos y para Ć©l.  

+ posts

Periodista y ensayista boliviano. Autor de varios libros de interpretaciĆ³n de la polĆ­tica de su paĆ­s, entre ellos El pensamiento boliviano sobre los recursos naturales (2009).


    × Ā 

    Selecciona el paĆ­s o regiĆ³n donde quieres recibir tu revista:

    Ā  Ā  Ā