Sr. director:
Hay dos clases de poetas: los que por un imperativo de su naturaleza jamás traicionan la verdad, como Osip Mandelstam y Heberto Padilla, y los que no tienen ningún empacho en sentarse sobre la verdad para fabricar odas al dictador. Cioran escribió que “la historia es una sucesión de templos levantados a pretextos”. El poema y la muerte de Mandelstam desnudan la psicología de los dictadores, esos primitivos machos alfa que aniquilan a sus rivales para mantener el dominio de la manada. El ensayo de José Manuel Prieto sobre Mandelstam es una nota imperdible que revive, a través de un puñado de vidas, el inmenso resplandor de la ilusión revolucionaria y su caída en la negra realidad del estalinismo. ~
