John Brande Trend: el regreso de un hispanista olvidado

La editorial Renacimiento publica por primera vez en España 'La civilización de España', una obra del hispanista, musicólogo e intelectual inglés J. B. Trend.
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La mención del nombre de John Brande Trend (1887-1958), hispanista y musicólogo inglés, obtiene por toda respuesta una mirada perpleja, a pesar de ser, entre muchas otras cosas, el primer catedrático de Español en Cambridge y autor de numerosos libros sobre España, incluyendo estudios sobre Federico García Lorca y Manuel de Falla (la primera monografía publicada sobre el compositor gaditano). Además, ayudó a organizar la evacuación de casi cuatro mil niños vascos a Inglaterra en 1937, después del despiadado bombardeo de la ciudad de Guernica por la Luftwaffe.

La civilización de España, una magnífica síntesis de la historia de España, desde los fenicios en el año 1104 a. C. hasta la Guerra Civil, originalmente editada en inglés por Oxford University Press en 1944 (reimpresa cinco veces) y en español por Losada en Buenos Aires en 1955 (la misma editorial que publicó La forja de un rebelde de Arturo Barea), es el primer libro de Trend publicado en España, y espero que no sea el último1.

Trend nació en una familia acomodada de clase media. Su padre, Theophilus William Trend, fue un médico y cirujano respetado que se tomaba muy en serio sus deberes cívicos y apoyó varias organizaciones caritativas. Su madre, Frances Stevens, también procedía de un entorno culto y acomodado. De su bisabuelo, R. J. S. Stevens (1757-1837) heredó su talento musical. Estudiaba en Charterhouse, una de las más conocidas public schools (privadas, a pesar de ser llamadas públicas), donde ponía gran énfasis en la enseñanza de la historia y la literatura de los clásicos. Su afición para la malacología –sus vacaciones las dedicaba a peinar playas y recoger especímenes, en especial moluscos– le llevó a ganar una beca para estudiar ciencias naturales en el Christ’s College, Cambridge, pero las dos aficiones que dominaron su vida fueron la escritura y la música.

A raíz del tercer centenario del nacimiento de John Milton, que también había estudiado en el Christ’s, en 1908 el college organizó una representación de su obra Comus. Esta producción teatral tendría una profunda influencia en la vida de Trend, pues allí conoció a Edward Dent (que posteriormente sería catedrático de Musicología), que había hecho los arreglos musicales. Trend empezó a moverse en el círculo de Dent, algunos de cuyos miembros llegaron a ser muy conocidos en sus respectivos campos, incluyendo el poeta Rupert Brooke, el economista John Maynard Keynes y George Mallory, que moriría heroicamente en 1924 mientras intentaba el primer ascenso del Everest.

Después de graduarse, Trend viajó por Europa forjándose una carrera profesional como periodista y crítico musical. Cuando estalló la Guerra Mundial de 1914-1918, se alistó en el ejército y en cuestión de días se encontró arrancado de su vida ociosa. Su trabajo consistía en proporcionar apoyo logístico a los combatientes de primera línea durante la terrible batalla de Ypres, Francia. La muerte de amigos como Brooke (descrito por el poeta W. B. Yeats como “el joven más guapo de Inglaterra”), nacido el mismo año que Trend, le afectó profundamente. Terminada la guerra, y siguiendo la recomendación de Dent, Trend se vino a España en 1919 en lugar de Italia, como había previsto en un primer momento. No fue el único, ya que Gerald Brenan, compatriota de Trend y autor de The Spanish Labyrinth (El laberinto español), que también combatió en Ypres, se mudó al pueblo alpujarreño de Yegen ese mismo año acompañado de 2.000 libros.

Dent convenció a Trend de que había una gran cantidad de géneros musicales por ser explorados en España y que eran desconocidos para el resto del mundo.  La primera representación de Falla, El sombrero de tres picos, se realizó en Londres en julio de 1919, tan solo unos meses antes de la visita de Trend a Granada, una visita que cambió su vida, como él mismo explicaba años después: “En 1919, después de cuatro años y medio vestido de uniforme, las costumbres de España parecían no solo naturales sino también cordiales y encantadoras; porque la Primera Guerra Mundial fue un cúmulo de horrores y la espantosa cantidad de muertos entre los amigos de uno hacía que España diera la impresión no de un país de guerra y lascivia, sino de una nueva Ilustración”2.

Trend encontró un país en 1919 que se había mantenido neutral durante la Guerra Mundial. Con una visión algo idealizada –derivada probablemente del trauma del combatiente– consideraba que esa neutralidad había prestado un gran servicio a la civilización europea porque había servido para conservar una parte del espíritu europeo, que él cifraba en “esa mezcla de idealismo, humanidad y sentido común con otros ingredientes”, que la guerra se había llevado por delante en muchos países.

La guerra cerró la válvula de escape de la emigración exterior y generó más emigración interior a las ciudades, que aumentaron espectacularmente en número de habitantes. La guerra fue lucrativa para muchos industriales y navieros, pues significó un boom de las exportaciones, pero los beneficios no se extendieron en igual medida a las masas pobres y analfabetas (más de la mitad de la población de 21 millones). La violencia política, inspirada por la Revolución Rusa de 1917, atenazó a algunas ciudades, como Barcelona, donde estalló una guerra abierta entre la CNT y los sindicatos libres, respaldados estos por los patrones. También había malestar en sectores del Ejército. La corrupción era un mal endémico en las principales esferas del poder político y económico, y el caciquismo que había ayudado a apoyar la restauración de la monarquía en 1874 bajo Alfonso XII, después de la Primera República que duró menos de dos años, empezaba a hacer aguas por todas partes, mientras comenzaban a hacerse visibles las crecientes demandas de democracia y derechos sociales.

Con un talento innato para los idiomas, Trend aprendió español y se sumergió en el contexto local del país, su cultura y su música, tal y como posteriormente relató en muchos de sus libros. Su don de gentes cautivó a los españoles y le facilitó hacer gran cantidad de amistades. Se encontraba en una posición privilegiada para escribir sobre el país, como resultado de sus largos viajes y su gran cantidad de amigos y conocidos entre la élite literaria e intelectual, como Unamuno, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Américo Castro, Jorge Guillén o Alberto Jiménez Fraud, director de la Residencia de Estudiantes de Madrid. Creada en 1910, Trend solía residir en ella, a la que se refería como “mi colegio en Madrid”, equiparándola como una institución universitaria del nivel de las británicas Oxford y Cambridge. Años más tarde, Trend facilitó la salida de España de Fraud en 1936 al estallar la guerra civil, invitándolo a dar unas conferencias en Cambridge, y a partir de entonces mantendrían una larga amistad.

Trend conoció en Granada a un joven Lorca y a Falla. Éste último le llevó a ver la Alhambra bajo la luz de la luna y a escuchar al guitarrista Ángel Barrios junto a su padre. Su primer encuentro con el compositor le dejó marcado: “Me ha acompañado siempre como uno de los más vívidos y hermosos que puedo esperar tener en la vida”. Trend mantuvo una correspondencia con Falla hasta 1936.

Trend fue uno de los firmantes de la carta enviada al Ayuntamiento de Granada solicitando apoyo para el concurso de cante jondo en 1922, donde asistió como corresponsal del prestigioso diario The Times de Londres y otras publicaciones como The Nation and Athenaeum. “El objetivo del concurso era atraer a todos aquellos cantaores que supieran entonar los cantes primitivos, con la intención de que se oyera la versión original de estos cantes antes de que se perdieran influidos por los añadidos y las distorsiones de influencia flamenca, y de esta manera mostrar el cante andaluz en su pureza clásica,” escribió en The Times.

Una vez finalizado el concurso, Trend pasó el resto de su vida escribiendo libros y artículos sobre España, incluido en The Criterion, editado por T. S. Eliot, ganador del Premio Nobel en 1948, y en particular, promocionando audiciones y conciertos de la música de Falla en Inglaterra. Trend acompañó a Falla cuando visitó Inglaterra, actuó como intermediario entre el compositor y los organizadores de conciertos, y ejercía de representante cuando no podía asistir a los ensayos, asegurándose de que se cumplieran las instrucciones del maestro. Este fue el caso de la primera representación de El retablo de maese Pedro en Bristol, 1924, con textos en inglés de Trend. También tradujo las Siete canciones populares españolas, adaptada para voz y piano por Falla y las Cançons del compositor catalán Roberto Gerhard (1896-1970), autor al que Trend ayudaría a encontrar trabajo en el King’s College de Cambridge tras su exilio en 1936.

La correspondencia entre Falla y Trend muestra que el compositor tenía una fe total en su amigo. En una de estas cartas, el compositor le decía a Trend: “En cuanto a los movimientos musicales, acentos rítmicos, etc., excuso hacer a usted ninguna indicación por confiar sobradamente en lo muy bien que conoce mis intenciones”. Falla estaba encantado con el libro pionero de Trend sobre él publicado en 1929, respondiendo: “En este instante me llega su libro, y quiero enseguida decirle la emoción y gratitud profundas con que recibo esta nueva y grande prueba de su afecto y de su amistad, que tanto me honran y a los que tan de corazón correspondo”. Lo llamó “nuestro libro”. La amistad era tal que cuando Falla estaba pensando en mudarse a Tánger -a causa del ruido que provocaban sus vecinos y que le dificultaba concentrarse-, le pidió consejo a Trend ya que este conocía bien Marruecos.

Llamó a la música “la Cenicienta de las artes”, y se especializó principalmente en la música no religiosa y asumió el reto de difundirla en el exterior. En sus visitas a España iba en busca de manuscritos, y con frecuencia los transcribía y se los enviaba a Falla, una contribución pionera a la recuperación de la música antigua tanto en España como en el Reino Unido. Trend creía que para poder describir la música se requería, siempre que fuera posible, la amistad entre las personas que la entendían. Sentimiento que Trend describe de esta forma: “Para entender el sentido y sentimiento de la música española, es útil, si no esencial, intentar verla desde un punto de vista español, escuchándola con un oído que hasta cierto punto ya conoce los sonidos que nunca están lejos de un compositor en el sur de España”.

La música fue el principal pero no su único interés en España. Durante sus viajes, fue conociendo los problemas políticos, económicos y sociales del país, e hizo un enorme esfuerzo para dar a conocer una imagen distinta a la que la gente inglesa tenía en mente, que no era otra que una España llena de tópicos y prejuicios: una España que identificaban exclusivamente con el Sur, con una tierra de gitanas, toreros, flamenco, superstición y religiosidad popular. Pocos escritores ingleses –si es que los hubiese– de la primera mitad del siglo XX han explicado tan honestamente la naturaleza de España y su cultura mejor que Trend: “la visión convencional de España […] no es más cierta que un cuento de hadas”. Quiso hacer ver a sus lectores ingleses que España no era ese país de bárbaros, retrasado e ignorante, sino un país europeo, más similar a Inglaterra de lo que podían pensar.

Tal vez por su propia educación elitista, Trend consideró el atraso económico, político y social español como una consecuencia de la falta de educación. Había pocas escuelas e institutos públicos y muy deficientes. Gran parte de los mejores colegios eran centros privados en manos de distintas órdenes religiosas de la Iglesia Católica, y muchas veces las clases las impartían frailes y sacerdotes sin titulación académica. El sistema educativo estaba basado en el aprendizaje memorístico (algo que sigue hoy, aunque empieza a cambiar hacia un sistema centrado más en el pensamiento crítico).

La Residencia de Estudiantes, la Institución Libre de Enseñanza (ILE) y la Junta de Ampliación de Estudios, que facilitó a muchos alumnos españoles de trayectoria prometedora la posibilidad de continuar sus estudios en el extranjero, fueron tres instituciones muy importantes para Trend, como explica en A Picture of Modern Spain: Men and Music (Retrato de la España moderna. Sus hombres y su música), su primer libro, publicado en 1921, gran parte de lo cual está dedicado a muchos aspectos de Cataluña (“La ‘cuestión de Cataluña’ es principalmente, si no enteramente, una cuestión de dinero”).

Su libro The Origins of Modern Spain (Los orígenes de la España moderna), publicado en 1934, tres años después del establecimiento de la Segunda República, y considerado su libro más importante, toma el hilo de A Picture, profundizando, en particular, en la ya mencionada ILE, creada en 1876 por Franciso Giner de los Ríos (1839-1915) y otros profesores excluidos de la Universidad Central, tras la restauración de la monarquía, por defender la libertad de cátedra. Cuatro de los once capítulos están dedicados a Giner de los Ríos. Estos profesores fundaron un colegio privado y laico, adoptando un sistema pedagógico basado en la motivación y en la experiencia vital del alumno. Trend se sentía muy identificado con la República y el impulso modernizador de estas instituciones elitistas y liberales, particularmente por las reformas educativas propuestas por Giner de los Ríos, quien, según Trend, vio la necesidad de que España debía “quitarse el peso de la reacción militarista y clerical que a lo largo de su historia le ha impedido avanzar”.

Trend celebró la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931 y colaboró activamente en su propaganda internacional. Ese mismo día estaba en la Residencia. “¡Qué tiempos históricos que estamos viviendo! ¡Y todo ha pasado con más tranquilidad, orden y disciplina que en la misma Escandinavia de hace veinte años, cuando se separó Noruega de Suecia!”, escribió en una carta a Falla.

En 1933 se creó la primera cátedra de Lengua y Literatura Españolas en Cambridge, seis años después de Oxford. Había multitud de aspirantes y Trend, sin cualificaciones académicas de español de ninguna clase, debía de ser, a primera vista, el que menos posibilidades tenía. Y sin embargo no había duda de que era quien mejor conocía España, desde dentro, en lugar de solo desde fuera o a través de la literatura. Por entonces había publicado cinco libros (publicó 16 más). Su homólogo en Oxford, el anglófilo Salvador de Madariaga (1886-1978), tampoco contaba con una formación en letras. Madariaga tenía estudios en Ingeniera de Minas y el hispanista Trend en Ciencias Naturales. Ambos llegaron a la cátedra sin experiencia docente previa y ambos se vincularon a la Generación del 14, el español por pertenencia y el inglés por cercanía ideológica. 

Trend no se había animado a concursar por la cátedra de Oxford en 1927 debido a su claro anticlericalismo y, más concretamente, por su oposición a los jesuitas. En aquel momento Miguel Primo de Rivera gobernaba en España y la sombra de la iglesia era tan alargada que podía llegar hasta Inglaterra y vetar a un descreído como él. Cuando Trend concursó para Cambridge, la monarquía había pasado a mejor recuerdo, la Iglesia había dejado de ser poderosa y la República se había consolidado.

En su labor pedagógica, Trend revolucionó la enseñanza del español al alejarse de la postura docente oficial y oficialista de las universidades británicas. Comprendió, por ejemplo, la necesidad de relacionar la literatura con otras disciplinas humanísticas dentro de un todo cultural, fue pionero en comprender el valor y el peso de América Latina en la cultura hispánica, respaldó el nombramiento de lectores de la talla del musicólogo y compositor español Jesús Bal y Gay, Enrique Moreno y Esteban Salazar y Chapela, e invitó a la universidad de Cambridge a intelectuales como Miguel de Unamuno, quien acudió seis meses antes de estallar la guerra civil en España. El enfrentamiento político en España se trasladó a Cambridge, con algunos profesores en el departamento en favor del levantamiento de Franco y otros republicanos convencidos. Trend estaba horrorizado por el asesinato de su amigo Lorca en agosto de 1936, y escribió una carta de condena publicada en el Times Literary Supplement.

La última visita de Trend a España fue su viaje a Valencia en julio de 1937 (fecha en la que gran parte del país estaba bajo el mandato de Franco), y donde probablemente asistió al segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura. La visita estaba relacionada también con medidas de urgencia para salvar las grandes obras de arte del Prado y otros museos del intenso bombardeo a que estaba siendo sometido Madrid. Estas obras habían sido trasladadas en secreto a Valencia (y más tarde a Suiza). Trend acompañó a expertos británicos con el fin de verificar los esfuerzos del gobierno republicano por salvar el patrimonio cultural español y desautorizar así la propaganda fascista que proclamaba lo contrario.

Trend perdió igualmente a Falla, que se exilió en Argentina en 1939. En protesta por la victoria de Franco, y por respeto a sus numerosos amigos republicanos, Trend nunca regresó a España, y no dudó en ayudar, dentro de sus modestas posibilidades, a españoles que huyeron de Franco (célebres o anónimos). Cuando se enteró de que Machado había cruzado la frontera hacia Francia el 28 de enero de 1939 junto con su madre de 86 años y su hermano José, le escribió para ofrecerle un trabajo en el departamento de español, pero cuando la carta llegó al hotel de Collioure donde se hospedaba, Machado ya había muerto. José le respondió en una carta: “Usted, señor Trend, que tan alta cumbre representa en la intelectualidad en ese país, reciba la profunda gratitud por sus bondades con mi hermano, de este antiguo alumno de la Institución Libre de Enseñanza”.

Lo más cerca que estuvo de España fue en Portugal, desde donde miraría con nostalgia al otro lado de la frontera. A partir de entonces, centró su atención en América Latina, escribiendo libros sobre México, América del Sur y Simón Bolívar. En su primera visita a México, el primer lugar al que acudió, casi a modo de homenaje, fue a la Casa de España (actualmente El Colegio de México), refugio de intelectuales españoles, para retomar el contacto con amigos exiliados y “su” España, y con su amigo mexicano Alfonso Reyes (presidente de El Colegio durante 18 años). “Lo que se perdió en la Guerra no fue un mero gobierno, sino toda una cultura moderna”, escribió en La civilización de España.

Este texto es la introducción de William Chislett a La civilización de España, que Renacimiento publica en marzo.

Bibliografía

El Boletín de la Institución Libre de Enseñanza, dedicado a John Brande Trend, Julio 2013, Núm. 89-90, ha sido de gran utilidad, particularmente los artículos de Margaret Joan Anstee, Karen Arrandale, Tess Knighton y Alvaro Ribagorda.

An Unlikely Spanish Don, The Life and Times of Professor John Brande Trend, Margaret Joan Anstee, Sussex Academic Press, Inglaterra (2013).

Manuel de Falla, John B. Trend, Epistolario (1919-1935), edición de Nigel Dennis, Universidad de Granada y Archivo de Manuel de Falla (2007).

Asilo en Cambridge para Antonio Machado, Nigel Dennis, Cuadernos Hispanoamericanos, Nº 304-307, Madrid (1976).

España en los escritos de John B. Trend: desmontando tópicos, Margarita Garbisu Buesa, en M. Cots; P.Gifra-Adroher; G. Hambrook (eds.). Interrogating Gazes. Comparative Critical Views of Representation of Foreignness and Otherness. Berna: Peter Lang, pp. 111-119 (2013)

Salvador de Madariaga y John B. Trend, catedráticos en Oxford y Cambridge: un puente cultural entre España y Reino Unido, Margarita Garbisu Buesa, Erebea, Núm. 6 pp. 227-249 (2016).

Alfonso Reyes y el hispanista inglés John B. Trend, correspondencia 1939-1957, edición y prólogo de Gabriel Rosenzweig, El Colegio Nacional (2021)


  1. Pedro Bosch-Gimpera (1891-1974), el traductor del libro, fue un historiador español exiliado en México. Fue rector de la Universidad de Barcelona entre 1933 y 1939, conseller de Justicia de la Generalitat republicana (1937-39) y catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Recién salido al exilio, se entrevistó con Trend, en Cambridge, para pedirle, sin éxito, que le ayudara a obtener un puesto en la universidad. ↩︎
  2. Lorca and the Spanish Poetic Tradition (Blackwell, 1956), pp. 5-6, palabras traducidas por Nigel Dennis en Manuel de Falla, John B. Trend, Epistolario (1919-1935), Universidad de Granada y Archivo de Manuel de Falla (2007). ↩︎
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fue corresponsal en Madrid y México, es
investigador senior asociado emérito del Real Instituto Elcano y
fue comisario de la exposición sobre Arturo Barea en el Instituto
Cervantes en Madrid en 2018.


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