Ascendemos ahora por estas sendas de montaña,
entre prados que son como literas
donde el ganado de las nubes acaba de levantarse
bajo el báculo de los vientos.
Se diría que grandes formas van caminando por el cielo.
La luz se fortifica, crece el espacio,
las montañas parecen cada vez menos murallas,
e irradian, también ellas crecen,
los grandes guardianes circulan por encima de nosotros
–y la palabra que el milano traza lentamente, muy alto,
si el aire la borra, ¿no es la misma que pensábamos
no poder ya oír?
¿Qué hemos cruzado ahí?
¿Una visión, semejante a una tierra azul sembrada?
¿Conservaremos en el hombro, más de un instante,
la huella de esta mano?
Versión de Rafael-José Díaz