AÑADIR A FAVORITOS
ClosePlease loginn

     Olvidemos ahora el alma
     por lo que tiene de inaferrable.
     También el corazón
     por si no existe.
     Déjame recoger en una canasta
     tus pechos ligeramente caídos
     como frutos. Y los pocitos de miel
     que oigo gemir.
     Y la lengua que en mi lengua
     borra las palabras de amor
     que me pedías
     a la entrada del huerto.
     Desnuda veo sólo
     lo que eres. Estatua
     en el centro
     del día, empapada
     de luz. Como un árbol
     de diamantes.
      
      
     Suave, suave la enramada.
     Suave y luego se embadurnan
     todas las caras mojadas.
     Las fotos que no se hicieron
     y que guardo en la memoria.
     Con sus faldas levantadas,
     ¡cómo pudimos ver tanto!
     Botoncitos que ahora hieden
     y que no pude tocar.
     Llueve barro y se embadurnan
     todas las caras ajadas.
     Con sus nalguitas de barro
     nos querían embaucar.
     Llueve y llueve en la memoria.
     En el cofre de sus nalgas
     han quedado para siempre
     mis más íntimos secretos.
     Con sus manos de niña destrozaban
     las flores de la suave enredadera. –

+ posts


    ×

    Selecciona el país o región donde quieres recibir tu revista: