En una época plagada de convenciones ancladas, de clichés sonoros y visuales, cualquier propuesta que sacuda el lenguaje cinematográfico es bienvenida. A través de la música, que se utiliza como guía y estructura de persecuciones de autos, formando una coreografía y marcando un ritmo, la más reciente película de Edgar Wright refresca el cine de acción y, a su manera, el género musical.
es crítica de cine. Mantiene en letraslibres.com la videocolumna Cine aparte y conduce el programa Encuadre Iberoamericano. Su libro Misterios de la sala oscura (Taurus) acaba de aparecer en España.