De 2003 hasta la fecha no pasa año en que no tengamos noticias sobre Roberto Bolaño: se publican entrevistas a escritores que lo conocieron, se redactab artículos que intentan desentrañar su éxito en Estados Unidos, no falta quien cuestione su calidad literaria. Ese fervor por el poeta y novelista chileno ha dado fama y al mismo tiempo ha difuminado la discusión acerca del infrarrealismo, movimiento que encabezó en los setenta.
Si el término, como declarara Bolaño, fue acuñado por Roberto Matta, cuando fue expulsado del surrealismo, ¿cuál es la relación entre el infrarrealismo y el surrealismo histórico? Jaime Moreno Villarreal encuentra en una pequeña obra de Jean Schuster un vínculo importante entre estas dos vanguardias. Más que seguir las andanzas de los poetas infra, Moreno ha querido explicar los antecedentes de sus manifiestos, el discurso que da fundamento a sus actos subversivos.
“Del surrealismo al infrarrealismo, un atajo” forma parte de nuestro convivio de junio en Letras Libres y este es un fragmento:
En pleno trance de disolución del surrealismo, Schuster publicó en 1970 sus Développements sur l’infra-réalisme de Matta bajo el sello de Eric Losfeld, opúsculo que echa una luz hasta ahora inatendida sobre el origen del movimiento infrarrealista en México. Acerca del origen del término “infrarrealismo” y su adopción en México, suele citarse el siguiente testimonio de Roberto Bolaño: “El infrarrealismo es un movimiento que Roberto Matta crea cuando Breton lo expulsa del surrealismo y que dura tres años. En ese movimiento había solo una persona, que era Matta. Años después, el infrarrealismo resurgiría en México con un grupo de poetas mexicanos y dos chilenos.” La mención del pintor chileno Roberto Matta como precursor afianza los vínculos que el infrarrealismo exhibió en su arranque con el surrealismo. Desde luego que Bolaño estimó en Matta una figura ejemplar y afín: el pintor había desarrollado una trayectoria admirable como artista libertario y emancipado del mundillo cultural chileno. En esa estela se reconocía Bolaño, para quien Roberto Matta habría de ser a fin de cuentas un “clásico”.
Por intermediación de Dalí, Matta había conocido en 1937 a André Breton, quien de inmediato lo reconoció como uno de los suyos. Pero efectivamente, Matta fue expulsado del grupo surrealista por un colérico Breton en 1948, luego de una intriga en la que alguien acusó al chileno de haber sido el causante del suicidio de Arshile Gorky.[1] Solo hasta 1959 Matta hizo las paces con Breton, fue “perdonado” y reintegrado al surrealismo. No he hallado mayor noticia de aquel movimiento de un solo miembro que el pintor chileno habría creado en tiempos de su excomunión, pero es un hecho que el término “infrarrealismo”, como opuesto complementario del surrealismo, no fue acuñado por Roberto Matta sino por José Ortega y Gasset.
[1]El caso, sobre el que han corrido tinta y algunos mitos, está expuesto con precisión en Mark Polizzotti, Revolución de la mente. La vida de André Breton, México, Fondo de Cultura Económica y Turner, 2009, p. 537.
[1]El caso, sobre el que han corrido tinta y algunos mitos, está expuesto con precisión en Mark Polizzotti, Revolución de la mente. La vida de André Breton, México, Fondo de Cultura Económica y Turner, 2009, p. 537.