1. Hostería del Rubí. Por abyecto. Viejo que no decano, sus señas de identidad están tan roídas que ya es casi místico, como de decoración bávara o alpina, otrora muy señorial, elegante y condecorado. Vale la pena para hacer el viaje por el túnel del tiempo antes de que muera. Una cerveza de barril mientras vuela su mente por no sé dónde. La carta es grande y misteriosísima. Hasta las 10 de la noche. Yacatas 136-A. (5)440-03-10.
2. Cortes argentinos El Fogón de Rodolfo. Un cárnico por excelencia de cortes argentinos con toda la personalidad. Atiborrado con fotos enmarcadas del Boca Juniors de diferentes épocas, también de Diego Armando Maradona, Lionel Messi y eso sí, toda la albiceleste. Buenas florituras: empanadas, ensaladas, platillos de a un lado. Pida el Prime Rib o la Picaña sin abrir, aunque se tarde más de media hora. también sin abrir. Se llena así que no vaya sin tiempo suficiente para esperar su gran corte. Juan Hernández y Dávalos 5, Colonia Algarín, a un par de cuadras de Eje Central.
3. La Memela Nuclear. Querida por lugareños y foráneos, es una fondita fundada el 2 de enero de 1972, que trabaja con un horario poco usual: miércoles a domingo de 8 a 2. Un repertorio radical de maíz frito en manteca de cerdo. Pida usted la “Bomba de neutrones” si se atreve, o vaya por una clásica maravilla que es la “La Amarillita”. Sencillas o de bistec, longaniza, huevo y demás. Barato, sabroso y lo mejor: tradicional. Familiar y efectivísimo punto de encuentro para su hambre o cruda con la realidad concreta. No hay pierde. En la esquina de Dr. Barragán y Morena, muy cerca del Eje Central. (5)538-52.44.
4. Tortas Cachondas. En la Alamos. Su volante promocional dice: “Las más chingonas del rumbo”. Recomendadas sólo para servicio a domicilio o para coetáneos no remilgosos, con flojera de salir y con mucha hambre. Hay tortas y tacos de todo. ¿Los ingredientes? Los clásicos (milanesa, bistec, pierna de cerdo, pavo al horno, huevo, jamón, queso de puerco, bacalao), pero también suadero (recomendable bien frito), bife de chorizo, arrachera, roast beef, jamón serrano, entre otras, con queso oaxaca, manchego, chihuahua o panela. Lunes a sábado de 10 a 8 y domingo hasta las 7 de la noche. Isabel “La Católica” No. 617, esquina con Segovia. (5)440-05-79.
5. Carnitas La Tapatía. Sobre Morena, a una cuadra de Vertiz. Nunca mejor el diminutivo de “carnitas”. Ya saben, tacos de tortilla pequeña, como de hostia, pero con mucho sabor: de cuerito, buche, nana, maciza, costilla. Jugosos. Y Boings fríos, por supuesto. También puede tortear si lo desea, en este bastión de las Chivas del Guadalajara, manejado por lo que a leguas se ve son hermanos chambeadores. Cierra por ahí de las 8 de la noche, así que no se confíe. La Morena 1163, Narvarte poniente, (5)440-01-32
6. Tienda de productos árabes La Fenicia. Una zona libanesa ya sabe. Muy bien surtida, arreglada y limpia. Hojas de parra, tabule, kipe, falafel, humus, empanadas, arroz con fideo o lentejas y dulces árabes dentro de los cuales sobresale el belewe (¿una especie de protomazapán?) con pistache. No coma en el restaurante de a un lado y del mismo nombre ya que nació sin ganas y está oscuro. Xola 1963. (5)696-11-29. ¿Hay otro árabe recomendable? Don Anuar, recientemente abierto, luego de tres generaciones de dedicarse a la gastronomía libanesa. Sobre Morena, barato, sabroso y muy entusiasta. La especialidad es el jocoque artesanal. Hay Kepe bola, crudo y charola, Baba Ganoush (berenjena), Fatayer (empanadas), Maamul de nuez y dátil. Muy buen aceite de oliva prensado en frío y traído desde Libano. Morena 1353. Teléfono: 62940490.
7. La casa de los lechoncitos al horno. Es un huequito muy pequeño en el número 1153-A de Romero de Terreros, casi esquina con Diagonal de San Antonio. La tortita campechana (con chicharrón) y salsa verde de cilantro es muy buena. Y el taco de chamorro también. Hay pollos, frijoles con carne, cazuelas de carne para llevar, cervecitas y refrescos. Para saborear el cerdo en su estado puro. Se llena. De 1 a 6 de la tarde. (5)639-4192.
8. Cantina La Reforma. De las mejores de la zona, querida por centenares de parroquianos, algunos de ellos inmortalizados en sus muros. Iluminada, limpia y espaciosa. Y no se come nada mal. Hay botana y un menú muy abierto. Tortas (la llamada “cebollosa” está muy bien), machitos, tártara, lengua, carnes y pescados, servidos por meseros en verdad atentos y con ganas de trabajar. Con un espacio para fumar. Una cosa que para muchos no está bien: que cierra tempranón, como a las 10 de la noche. Pero así es la vida. Diagonal de San Antonio 1947, casi esquina con Eje Lázaro Cárdenas. (5)519-77-12.
9. Taquería La Casa del Bauce. O la casa del beso porque bauce es beso en árabe. Una vieja joya en medio de un pantanar, fundada en 1967. Aunque de entrada no lo parezca, se trata de un espacio de lo más auténtico y valorado por gente de buen comer. Un lugar honesto, que nos lanza puros platillos de creación con base en el cerdo, los champiñones, el queso y la salsa mexicana: “El Tusho”, “El Voy a ver”, “El no que no”, “El Juanito”, “El Popochis”, “El qué me notas” y otros. Lo reto a que se apersone y calibre el gesto del dueño en la parrilla: el famoso Don Juanito, muy especial. Eso es tener personalidad. México profundo. Barato. Avenida Universidad, casi Eje 5 sur, frente a la cantina Don Camilo. Cierra tarde.
10. Carnitas Los Luises. Así de sencillo. Para Daniel Lezama, artista de la localidad y erudito en el tema, se trata de las mejores carnitas del Valle de México. ¿Usted le cree? ¡Pues compruébelo! El taco de costilla o de surtida rifa. Vaya temprano para que la carne le toque recién frita. No pida las gorditas. Atendido por Alfonso Barragán, el dueño. Castilla 344, en la Colonia Postal. De 10 a 5 de la tarde, pero ya a las 4 ya casi no hay nada. (5)696-67-49.
11. Barbacoa El Solar de Actopan. Muy buena barbacoa por kilo o taco. Parece un estacionamiento más que un castillo como se pretendió, pero totalmente funcional: mesas blancas, platos de plástico y párele de contar. Quesadillas y jugos naturales. La gente pide mucho obispo (panza). Para ir en pijamas porque se acaba muy rápido, como a las 2 de la tarde. Unión Postal 123, esquina con Andalucía. Al salir voltee a la derecha, en la esquina del parque hay una pequeñita nevería que trabaja desde 1935, La Heroica, que muestra su vieja bicileta con la que vendía nieves en Álvaro Obregón. Par echarse una de limón mientras da unas vueltas al parque de la Postal.
12. Restaurante oaxaqueño La Guelaguetza.
En la Alamos, en la calle de Andalucía número 241, esquina con Xola. De un ambiente familiar y muy cálido, tanto que se llena los fines a la hora de la comida. Se trata de una embajada dignísima de la buena comida del bello estado. Con productos de primera y de muy buen sazón. Tlayudas, tamales, amarillo, chiles rellenos, quesillo, tasajo. Y buenos helados oaxaqueños para terminar. Además tiene su barrita muy completa y abre toda la semana, de 9 de la mañana a 8 de la noche. Se aceptan tarjetas de crédito. (5)590-27-61.
13. Café Do Brasil.
Una sucursal del lugar asentado en Bolívar, en el Centro Histórico, desde hace décadas. Muy buen café y nada más, con mobiliario involuntariamente minimalista, pero que viene a darle una patina histórica a una zona que tiene centenares de cafés pero muchos de muy mala pinta: demasiado pequeños, casi asfixiantes, en espacios otrora caseros e improvisados, o muy cursis con ínfulas de bohemia parisina. Lástima que su lugar es muy vertiginoso: está en la mera glorieta de Vertiz, a la que deberíamos de llamar “La glorieta de la muerte”.
14. Ensaladas Sund.
“Donde comer rico y sano es lo mismo”, reza una publicidad. Para los culpígenos que se arrepienten luego de comer en exceso y de manera insalubre. Se recomienda para pedir a domicilio. Es un restaurantito atendido por la familia propietaria, que se especializa en jugos, licuados, cocteles de frutas y ensaladas muy diversas que uno mismo puede inventar. Todo fresco y bien puesto. De esos respiros para iniciar “como se debe” la semana. ¡Túpale a lo verde! Hasta las 7 de la noche. Xola 1615. Casi con La Quemada. (5) 550-62-18.
15. Ostionería Rómulos.
Se trata de un pez grande que se comió literalmente a los puestos pequeños. No todo es bueno, pero hay cosas que se pueden presumir como la mojarra, los camarones y los coctelitos de mariscos. Sobre todo por esa bella sensación de comer frutos del mar en la ciudad, un domingo de sol, junto a otras 200 personas, como si el mundo no se fuera a acabarse. ¡En medio del bello tintineo de vasos y platos! Esperanza 959 F. Dentro del mercado de la Narvarte Poniente.(5) 538-3177.
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Escritor, editor y promotor cultural. Ha publicado 8 libros, entre ellos Zopencos (2013), Yendo (2014) y Sayonara (2015). Es propietario de Hostería La Bota.
