La cocina ha tenido un desarrollo vertiginoso en las รบltimas dรฉcadas. Pasรณ de ser un oficio a un arte, de una recompensa a un credo. El tema culinario se desplazรณ de los recetarios y revistas especializadas al centro del debate cultural. Muchos son los rostros de esta revoluciรณn, pero uno es ineludible: Ferran Adriร . No menores son los mitos que arrastra: desde la supuesta opulencia del pasado hasta la asepsia de los modernos restaurantes. Y en mitad de la polรฉmica una certeza: la grandeza de la cocina mexicana popular.