El sábado 7 de julio el periódico español El mundo transcribió una nota del diario The Mobile Press-Register según la cual el martes 2 de este mismo mes un auto Chevy Monte Carlo que iba con exceso de velocidad (160 kph) y perseguido por un coche policiaco en una carretera de Alabama, USA, golpeó lateralmennte a otro vehículo y fue a chocar contra una torre de apartamentos del Gulf Coast Town en la zona costera llamada Orange Beach, y que al acercarse uno de los patrulleros perseguidores al estrellado automóvil advirtió que la vertiginosa conductora era una niña de 11 (¡once!) años que se hallaba con heridas leves pero en un aleve estado de ebriedad. (La nota concluía diciendo que la chavita, tras ser llevada a un hospital para ser asistida con yodo y curitas, fue acusada de conducción automovilística temeraria, y entregada en custodia a los parientes mientras se le entablaba juicio.)
La policía de Alabama no ha dado nombre, apellido y fotografía de la niña superautomovilista, pues los (y las) menores de edad deben, por ley expresa, ser protegido(a)s de la obscena avidez de los mass media cuando resultan protagonistas de algún escandaloso accidente o incidente… Pero no me extrañaría que la niña innombrada resultara ser nadie menos que Dolores “Lolita” Haze, la de Humbert Humbert y Vladimir Nabokov, que, devuelta a sus adorables fogosos once años de edad por uno de esos efectos de “cinta de Möbius” con los que suele jugar el Tiempo (véase el famoso libro de J. W. Dunne: An Experiment with Time), estuviera nuevamente “en activo”, ahora más intrépida y decidida a poseer el mundo y a que la joven generación norteamericana le rinda culto llevando tatuada en la numerosa frente la proclama LOLITA IS ALIVE!
P.S.- ¿Y Paris Hilton no estará rabiando de envidia?
Es escritor, cinéfilo y periodista. Fue secretario de redacción de la revista Vuelta.
