Miguel Aguilar
Decía Félix Romeo que la gente se divide entre los que hacen listas y los que no hacen listas. También decía que los problemas de España se explicaban al ver cómo Jorge Semprún era considerado un escritor francés. Más allá de su nacionalidad, La escritura o la vida (1994), el libro que llevaba toda la vida escribiendo, es “uno de esos libros que marcan para siempre a sus lectores”, una frase de Carlos Fuentes que me apropio, porque es verdad. Muchos años antes, me sumergí en las páginas de un libro de la maravillosa Alfaguara de Jaime Salinas y Michi Strausfeld. La historia interminable (1979) fue un libro crossover antes de que se inventara el término, un harrypotter antes de Rowling, un best seller previo a la aparición del marketing. Sobre todo, y junto a la otra joya de Michael Ende, Momo, fue una fábrica de lectores: nadie que conociera a Bastian y a Atreyu pudo ya desengancharse.
En un país marcado por el nacionalismo violento, El bucle melancólico de Jon Juaristi (1999) es la mejor y más hermosa explicación del atractivo imperecedero de esa ideología romántica, “la vieja que pasó llorando”, escrita simultáneamente desde dentro y desde fuera de ese sentimiento, a medio camino entre la repulsión y la nostalgia. Para una generación marcada por el sueño del humanitarismo y el fugaz resplandor de una potencia hegemónica benévola, Una cama por una noche (2003) de David Rieff supuso un rudo despertar. Igual de ruda, pero en otra categoría muy distinta, y mucho más descarnada es la crítica al 68 y sus criaturas que Michel Houellebecq perpetró en Las partículas elementales (1998). Ver qué había realmente debajo de los adoquines de París no deja indiferente a nadie. La terrible enfermedad de un historiador inglés en la cúspide de sus capacidades propició un deslumbrante sprint en el que destaca Algo va mal (2010), el lamento por la desaparición de la forma más elevada de la sociedad humana hasta la fecha, el Estado de bienestar europeo surgido de las ruinas del continente tras la Segunda Guerra Mundial. Con ese libro Tony Judt se convirtió en un referente para toda la descolocada izquierda en el arranque del siglo XXI. El fracaso de Javier Cercas a la hora de escribir una novela sobre el golpe de Estado del 23f alumbró Anatomía de un instante (2009), el libro más importante sobre la transición española. Quien lo probó, lo sabe.
La vergonzante convivencia entre fútbol y literatura en el interior de todo hooligan ilustrado fue aliviada con la aparición en 1992 de Fiebre en las gradas, un maravilloso retrato de la educación sentimental de Nick Hornby aplicable a casi cualquier varón europeo nacido en la segunda mitad del siglo XX con algunos pequeños ajustes (Real Madrid, Ajax o Lazio en vez del Arsenal, por quedarnos con equipos capitalinos). Con 2666, Roberto Bolaño se consagró póstumamente como el gran novelista de su generación. Capaz de encerrar en su literatura su peripecia vital chileno-mexicano-española, no es exagerado decir que ocupa toda la dimensión de la lengua. Otro genio de trágico final, David Foster Wallace, reescribió las reglas de lo que se podía comunicar a través de la literatura. Quizá el libro de crónicas y ensayos Algo supuestamente divertido que no volveré a hacer (1997) sea la mejor muestra de su talento, y el título más adecuado con que terminar este ejercicio. ~
Aurelio Asiain
Me desconcierta la vaguedad de “las últimas décadas”. La lista puede variar enormemente si los límites se ponen en dos décadas o en cuatro. Además, ¿influencia en qué ámbito? ¿Cuántas lecturas comunes tienen un poeta vietnamita y un novelista salvadoreño? ¿O un profesor de letras de una universidad de Arizona y un periodista de Yokohama? ¿Cómo medir, en fin, la influencia perdurable pero indirecta de ciertos autores y libros? Sin la obra de Lévi-Strauss, por ejemplo, no se explican evidentemente ni el posestructuralismo francés ni la vasta producción ideológica de los departamentos de estudios culturales de las universidades de Estados Unidos de nuestros días, aun cuando muchos de sus autores lo ignoren y, a sabiendas o no, la contradigan. Lo mismo podría decirse de la obra de Thomas Kuhn y de muchos otros. La de Borges, sin ir más lejos. Insisto en el término “obra”: sobre todo en casos como los anteriores, no son libros aislados sino visiones generales las que pesan. Mi lista se limita casi a las últimas dos décadas, aunque incluye algún libro anterior, y a títulos influyentes en el ámbito literario hispanoamericano. Excluye, conscientemente, obras determinantes –y por lo mismo fundamentales– pero abominables. Ocuparían buena parte de la lista. Está en orden alfabético.
> Borges (2006) Adolfo Bioy Casares
Un libro mayor de la literatura hispanoamericana de todos los tiempos, y uno de los peor leídos. No disminuye en nada la figura de Borges, y en cambio la enriquece.
> Los detectives salvajes (1998) y 2666 (2004) Roberto Bolaño
No las tengo por grandes novelas pero la opinión mayoritaria sí y su influencia en la idea de la poesía y de la tradición poética que tienen las generaciones recientes es definitiva. Lamentablemente.
> Mansalva (1987) Gerardo Deniz
Es simpática la insistencia de los conversos en presentar a Deniz como un poeta secreto e inasimilable. Hace décadas que el canon incluye a este discípulo de López Velarde, Gorostiza, Paz y Chumacero.
> Designing Design (2007) Kenya Hara
La cultura japonesa –antigua y contemporánea– es una cultura del diseño y Hara, el más influyente de los diseñadores japoneses, es un intelectual de primer orden.
> La carretera (2006) Cormac McCarthy
La influencia de McCarthy en la narrativa hispanoamericana de los últimos años recuerda la de Faulkner hace medio siglo.
> 1Q84 (2009) Haruki Murakami
Hay en el universo de Murakami dimensiones mperceptibles para un lector occidental, cuya ignorancia pesa en el juicio sobre su obra. Pero su huella mundial es innegable.
> Paisajes del pensamiento: la inteligencia de las emociones (2001) Martha Nussbaum
No es el más influyente ni el más popular de sus libros. Pero es uno que todo escritor debería leer. Lo mismo que Justicia poética (1996).
> Poesía completa (1990)n Octavio Paz
Incluso quienes se empeñan en trazar una tradición de la poesía mexicana ajena a la obra de Paz no hacen, con ese gesto, sino reafirmar su importancia.
> Íntegra (2013) Gonzalo Rojas
No desde luego este libro recentísimo, sino la obra que reúne y reordena, leída con fervor, es vivificante en todo el ámbito hispanoamericano.
> El hombre que confundió a su mujer con un sombrero (1985) Oliver Sacks
Este o cualquiera de sus libros. Han nutrido al cine y, más secretamente, a la narrativa y a la poesía. Sacks sigue creyendo, sin mayores problemas, en el alma. ~
Roger Bartra
Ensayos
> La condición postmoderna: informe sobre el saber (1979) Jean-François Lyotard
> Modernidad líquida (2000) Zygmunt Bauman
> La estructura de la teoría de la evolución (2002) Stephen Jay Gould
> Postguerra (2005) Tony Judt
> Diez (posibles) razones para la tristeza del pensamiento (2005) George Steiner
Novelas
> Esperando a los bárbaros (1980) J. M. Coetzee
> La insoportable levedad del ser (1984) Milan Kundera
> El amor en los tiempos del cólera (1985) Gabriel García Márquez
> La montaña del alma (1990) Gao Xingjian
> La carretera (2006) Cormac McCarthy
Si hubiera un aparato capaz de medir con precisión la influencia de un libro, sin duda se crearían muchos problemas. Si alguien inventase un tal aparato, pronto habría otro ingenioso que construiría un instrumento supuestamente mejor. Por suerte no tardaríamos en tener tantas herramientas medidoras que nadie confiaría en los resultados. De hecho, ya existen tales instrumentos: las encuestas que ubican los best sellers, los libros más vendidos. Por supuesto, es un abuso suponer que los más vendidos son los más influyentes. Otro instrumento es el Ngram Viewer, que representa a los libros o autores más citados en el corpus de Google Books. Yo aquí uso mi propio y recóndito aparato y escojo mis diez obras de acuerdo a una mezcla de inclinaciones: los libros que intuyo son influyentes en las esferas intelectuales y los que me influyen a mí personalmente. Como solamente puedo escoger diez, mi selección resulta un poco absurda. He escogido cinco ensayos y cinco novelas. Lamento mucho haber dejado fuera, entre muchas otras cosas, la poesía. Mi única excusa es que no creo que la poesía sea, propiamente hablando, “influyente”. He escogido a diez autores, y después he seleccionado una de sus obras. Pero en realidad lo que propongo es el conjunto de la obra de esos diez escritores. ~
Humberto Beck
> Metamorfosis del trabajo (1988) André Gorz
> El pasado de una ilusión (1995) François Furet
> Una sociedad a la deriva: entrevistas y debates, 1974-1997 (2005) Cornelius Castoriadis
> A Companion to Marx’s Capital (2010) David Harvey
La operación más urgente del pensamiento contemporáneo es la reactivación de la imaginación política, y esta es una tarea solo realizable a partir de la recuperación creadora de los aspectos más distintivos del socialismo, el anarquismo y la democracia. Un cierto reflejo ideológico propio de las últimas décadas dio por confundir el fracaso de la experiencia soviética con una supuesta comprobación histórica de la irrelevancia de las cuestiones de la exclusión y la desigualdad. Pero ahora que ese reflejo ideológico ha mostrado su caducidad, se vuelve evidente que esas inquietudes nunca perdieron su vigencia. Para abordarlas desde las formas que han adquirido en las nuevas circunstancias, es imprescindible volver a las tradiciones del pensamiento social igualitario: leer con nuevos ojos, después de una saludable crítica de las pasiones ideológicas (Furet), a Marx y los clásicos del socialismo (Harvey); ir más allá de una economía crítica para llegar a la crítica de la economía y, desde ahí, imaginar nuevas formas de organización social y distribución de la riqueza (Gorz); nunca olvidar, en fin, que la democracia se funda en la crítica inagotable de sí misma y en su reinvención constante como el proyecto inacabado e inacabable de la igualdad, la autonomía y la emancipación (Castoriadis). ~
Leah Bonnín
La Enid Blyton que llega traducida a finales de los sesenta del siglo pasado antes de iniciarme en la saga de mujercitas y hombrecitos de Louisa May Alcott. Historias ambientadas en internados y orfanatos afortunados y en hogares pobres pero felices que me hacen pensar, mucho antes de leer a Keats, que encontraré la felicidad fuera de casa y, a buen seguro, en territorio americano o inglés.
Entro en la literatura clásica con traducciones de la época, de la mano del asesino Rodión Raskólnikov, para quien la pobreza suponía una barrera social a derrumbar a hachazo limpio. Y en los rusos del XIX me quedo antes de peinar la literatura propiciada por la Perestroika y detenerme por dos veces en Vida y destino (publicado originalmente en 1980 y en español en 1985 y 2007), de Vasili Grossman, que deja claro que nada se puede esperar de los distintos comunismos que en el mundo quieren ser.
Deambulo por la literatura española contemporánea con la trilogía de Gonzalo Torrente Ballester Los gozos y las sombras (1957-1962), recomendada por una profesora que sabe de mi voracidad de palabras. Y también por la latinoamericana del boom, pero no me arrastra la tromba de Cien años de soledad (1967), que cito porque, como las vacunas, surte efecto hasta en quienes no se han inoculado los antígenos, aunque sí lo hace la ingeniosidad verbal y cinematográfica del Cabrera Infante de Tres tristes tigres (1964 y 1967). Gracias a Los cuadernos de letra pequeña (2003) de José Jiménez Lozano me engancho a esa literatura propia en la que se decanta una sabiduría que viene de antiguo y de los adentros del alma.
Me inicio en los fundamentales israelíes gracias a las novelas de Batia Gur, pero me importan más otros textos. La no romántica Vida amorosa (1997) de Tsruyá Shalev, por su modo entre carnal y despiadado de acercarse a la pasión. Y Una historia de amor y oscuridad (2002), por el entrañable vínculo que Amos Oz establece entre la vida privada y la creación del Estado de Israel. Y con la magistral dureza de La vida entera (2008), en la que David Grossman novela la desesperación con que una mujer huye del miedo a recibir la noticia de la muerte de su hijo en el ejército.
Sin olvidarme de Los hombres que no amaban a las mujeres (2005), de Stieg Larsson, porque fundamental me parece el hallazgo del personaje de Lisbeth Salander, vuelvo a Norteamérica. Y escojo La conjura contra América (2004), de Philip Roth, por ser una de sus novelas más personales. Y el volumen de relatos Escapada (2004) de Alice Munro, siempre detenida en la descripción de los pequeños y trascendentes universos femeninos. Y la recientemente descubierta Libertad (2010), de Jonathan Franzen, leída con la misma voracidad con que de pequeña me ventilaba de un tirón las historias de las hermanas O’Sullivan.
Como iluminaciones benjaminianas, estos libros se han hecho presencia sin necesidad de recorrer los estantes de la biblioteca. Y añado por último La broma infinita (1996), de David Foster Wallace, todavía sin leer, porque fundamentales son también las expectativas que despiertan ciertos textos. ~
Jorge Carrión
Nací en 1976 y puedo adivinar algunos de los títulos fundamentales de los iberoamericanos que empezamos a leer sistemáticamente en los años noventa. Supongo que en la mayoría de las listas figurarán –entre otros– Pastoral americana o alguna de las novelas mayores de Philip Roth, Bartleby y compañía de Enrique Vila-Matas, Desgracia y Verano de J. M. Coetzee, Los detectives salvajes y 2666 de Roberto Bolaño, tal vez Austerlitz de W. G. Sebald. Pero el objetivo de un escritor no es la semejanza, sino la diferencia. Esos libros fueron tan importantes para mí como lo fueron también otros, intuyo que menos obvios y que por tanto seguramente no comparto con todos mis contemporáneos. Me refiero a Véase: amor, El libro de la gramática interna y La vida entera, de David Grossman; a El desierto y su semilla, de Jorge Baron Biza; a La novela luminosa, de Mario Levrero; o a Europa Central de William T. Vollmann. Libros impulsados por intensos periodos de escritura y atados a fortísimas experiencias de lectura. Supongo que la mejor literatura es a menudo eso: un pulso entre la producción y la recepción, tensión eléctrica entre las intenciones y los resultados del estilo y del sentido. Recuerdo al milímetro los espacios, los días, los viajes en que leí esos libros. Pero no se pueden comparar con aquellos en que se produjeron. El caso más ejemplar –y trágico– tal vez sea el de Grossman.
En Escribir en la oscuridad reconstruye el camino de lecturas que lo condujo a sus dos primeras obras maestras. Destacan Sholem Aleijem, a quien leyó de niño, y Bruno Schulz, con quien se encontró en la madurez. En la confluencia de ambos nace el primer brote de Véase: amor, una novela magmática que experimenta modos de acercarse a la memoria del exterminio nazi desde la orilla israelí y desde la fuerza de la pasión amorosa, tal vez la única que pueda contener el poder arrollador de la destrucción y de la muerte –el olvido–. Para tratar de comprender el origen de su escritura habla de una “sensación casi física”, de “una forma de claustrofobia, de sentirse encerrado entre las palabras de los demás”, que lo empujó a escribir El libro de la gramática interna, “que es la historia de un joven que no está dispuesto a aceptar el peso de las convenciones y de las costumbres que ve a su alrededor, ni los clichés del lenguaje, ni el dictado físico, limitado y unívoco de su propio cuerpo”. Todas las novelas de Grossman se ubican en ese conflicto entre el yo y un contexto que lo constriñe, que intenta imponérsele y al que solo se puede resistir mediante el lenguaje. Por eso no es de extrañar que La vida entera tenga como protagonista a una madre que rechaza su hogar y emprende un viaje, insumisa, porque no desea recibir la noticia de que su hijo ha muerto durante su servicio militar. Se niega al lenguaje de la muerte. Mientras escribía el libro, Uri Grossman murió en el sur del Líbano, su tanque destrozado por un misil de Hezbolá. ~
> Las canciones de los aborígenes australianos (prologadas por Elias Canetti)
> La Biblia, los escritos bíblicos, parabíblicos, veterotestamentarios y neotestamentarios alojados
en las cuevas y criptas de Nag-Hammadi: una de las conmociones epistemológicas de nuestro tiempo
> La lírica y la literatura religiosa griega arcaica
> Himnos órficos, fragmentos, “sabiduría griega” –Baquílides, Arquíloco, Homero
> Popol Vuh, las múltiples nuevas traducciones
> Cantares mexicanos (editados por Miguel León-Portilla)
> Las 1001 noches en las nuevas traducciones, sin olvidar la de Rafael Cansinos Assens
> Variété (1924-1944) Paul Valéry ~
> El arte de narrar (poemas) (1977) Juan José Saer
> El orden natural de las cosas (1992) Antonio Lobo Antunes
> Mañana en la batalla piensa en mí (1994) Javier Marías
> El día de todas las almas (1998) Cees Nooteboom
> El desierto y su semilla (1998) Jorge Baron Biza
> La inmortalidad (1998) Milan Kundera
> Desgracia (1999) J. M. Coetzee
> Las encantadas (poemas) (2003) Daniel Samoilovich
> Pájaros de América (2003) Lorrie Moore
> El vano ayer (2004) Isaac Rosa
> Don Quijote de la Mancha (1605-1615) Miguel de Cervantes (releído)
> Las flores del mal (1857) y Pequeños poemas en prosa (1862) Charles Baudelaire (releídos)
> En busca del tiempo perdido (1913-1927) Marcel Proust (releído)
> La Divina Comedia (1555) Dante Alighieri (releído)
> Poemas Juan de Yepes, alias San Juan de la Cruz (releídos)
> El Mono Gramático (1974) Octavio Paz (releído)
> Ensayos de G. K. Chesterton (releídos)
> Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy (1759-1767) Laurence Sterne (leído al fin, tras interrupciones)
> Los sueños (1627) Francisco de Quevedo (releído)
> Introducción del Símbolo de la Fe (1583) Luis de Granada (la primera parte, la de las bestias y el cosmos, releída)
> La Cartuja de Parma (1839) Stendhal (releído)
> Automoribundia (1888-1948) Ramón Gómez de la Serna (releído) ~
> Aventura en el circo (1952) Enid Blyton
> La revolución sexual (1970) WilLhelm Reich
> 1080 recetas de cocina (1972) Simone Ortega
> Golpe mortal. Asesinato de Carrero y agonía del franquismo (1983) Ismael Fuente, Javier García y Joaquín Prieto
> Verdad y mentiras en la literatura (1989) Stephen Vizinczey
> El emperador (1989) Ryszard Kapuscinski
> Imposturas intelectuales (1999) Alan Sokal y Jean Bricmont
> Contra la imaginación (2000) Christophe Donner
> La tabla rasa. La negación moderna de la naturaleza humana (2003) Steven Pinker
> Una novela rusa (2008) Emmanuel Carrère
[Las fechas se refieren a la publicación en España.]
> Contingencia, hegemonía, universalidad (2000) Judith Butler, Ernesto Laclau y Slavoj Žižek
> Multitud (2004) Michael Hardt y Toni Negri
> La razón populista (2007) Ernesto Laclau
> La demanda infinita (2007) Simon Critchley
> En defensa de causas perdidas (2008) Slavoj Žižek
> Archipiélago Gulag (1973) Alexandr Solzhenitsyn
> La galaxia Gutenberg (1962) Marshall McLuhan
> El hombre rebelde (1951) Albert Camus
> El castillo de Barba Azul (1971) George Steiner
> La casa de la presencia (1994) Octavio Paz
> Las palabras y las cosas (1966) Michel Foucault
> La cultura de la queja (1993) Robert Hughes
> Las contradicciones culturales del capitalismo (1976) Daniel Bell
> La sociedad del espectáculo (1967) Guy Debord
> Los testamentos traicionados (1993) Milan Kundera
> La escritura o la vida (1994) Jorge Semprún
> Desgracia (1999) J. M. Coetzee
> La fiesta del Chivo (2000) Mario Vargas Llosa
> El adversario (2000) Emmanuel Carrère
> Amor, pobreza y guerra (2004) Christopher Hitchens
> Enterrar a los muertos (2005) Ignacio Martínez de Pisón
> El olvido de la razón (2006) Juan José Sebreli
> Los ángeles que llevamos dentro (2011) Steven Pinker
> Contra la corriente (1979) Isaiah Berlin
> La invención de la tradición (1983) Eric Hobsbawm y Terence Ranger
> Ética para Amador (1991) Fernando Savater
> El fin de la historia y el último hombre (1992) Francis Fukuyama
> Imposturas intelectuales (1997) Alan Sokal y Jean Bricmont
El primer objetivo de este libro era atacar el uso poco preciso de conceptos científicos por parte de filósofos, psicoanalistas y críticos literarios. Pero más allá de eso, fue una demolición general de la retórica y la vaguedad de una parte importante del pensamiento posestructuralista y posmoderno.
> Salidas de tono (1997) Félix de Azúa
> La guerra contra el cliché (2001) Martin Amis
> Amor, pobreza y guerra (2004) Christopher Hitchens
de dictaduras como la española y las comunistas. Y el éxito subsiguiente.
> Las venas abiertas de América Latina (1971), de Eduardo Galeano, vs. Del buen salvaje al buen revolucionario (1976), de Carlos Rangel
> Vigilar y castigar (1975), de Michel Foucault, vs. Archipiélago Gulag (1973), de Alexandr Solzhenitsyn
> Tras la virtud (1981), de Alasdair McIntyre, vs. Cosmopolitismo (2006), de Kwame Anthony Appiah
> El poder de las ideas (2000), de Isaiah Berlin, y La tabla rasa (2002), de Steven Pinker
> Yo acuso (2004) Ayaan Hirsi Ali
> De qué hablamos cuando hablamos de amor (1981) Raymond Carver
> El olvido de la razón (2006) Juan José Sebreli
Para mí, la mejor contrahistoria de la filosofía, de Schopenhauer a hoy, escrita en castellano.
> Diccionario de las Artes (2002; edición ampliada en 2011) Félix de Azúa
> El legado de Humboldt (1975) Saul Bellow Por poner algún título de este autor, tan inteligente.
> Patrimonio (1991) Philip Roth
Por poner también otro título de este autor, tan fundamental.
> Enterrar a los muertos (2005) Ignacio Martínez de Pisón
> La escritura o la vida (1994) Jorge Semprún
Me siento próximo de su escritura y de su europeísmo, algo a lo que sujetarse hoy.
> El dolor (1985) Marguerite Duras
> Famiglia (1977; incluye las novelas cortas Familia y Burguesía) Natalia Ginzburg
Es una de mis escritoras preferidas. ~
> Verdad y método (1960) Hans-Georg Gadamer
> Las palabras y las cosas: una arqueología de las ciencias humanas (1966) Michel Foucault
> Cien años de soledad (1967) Gabriel García Márquez
> La angustia de las influencias (1973) Harold Bloom
> El lenguaje de programación C (1978) Brian Kernighan y Dennis Ritchie
> La lección de anatomía (1983) Philip Roth
> Galaxias (1984) Haroldo de Campos
> Historia del tiempo: del Big Bang a los agujeros negros (1988) Stephen W. Hawking
> El sublime objeto de la ideología (1989) Slavoj Žižek
> The Cathedral & the Bazaar: Musings on Linux and Open Source by an Accidental Revolutionary (1997) Eric S. Raymond
+ Aspiro cuando mucho a lo que Josu Landa llama un “canon reticular”.
+ No digo que la influencia de estos libros me parezca siempre positiva: digo que está ahí.
+La lista podría resultarme ajena la próxima semana. ~
Si estos tres libros tienen razón, la especie humana no valía la pena.
Cuatro libros por los que la especie vale la pena:
Tres libros por los que hallo sentido personal:
(La lista no está construida con un orden jerárquico)
> Pensadores rusos (1978) Isaiah Berlin
La libertad y el socialismo, encarnados en personajes entrañables y complejos del siglo xix ruso.
> Pueblo en vilo (1968) Luis González
> La medusa y el caracol (1979) Lewis Thomas
> El progreso improductivo (1979) Gabriel Zaid
> Sor Juana Inés de la Cruz o Las trampas de la fe (1982) Octavio Paz
> Una historia de amor y oscuridad (2002) Amos Oz
> La fiesta del Chivo (2000) Mario Vargas Llosa
> Imperios del mundo Atlántico (2006) John H. Elliott
Historia integral comparativa que ilumina, como ninguna otra, la historia de América.
> La insoportable levedad del ser (1984) Milan Kundera
> Tierras de sangre (2010) Timothy Snyder
> El fiord (1969) Osvaldo Lamborghini
> El apando (1969) José Revueltas
> Seguridad, territorio, población (seminario dictado en 1977-1978, publicado en 2004) Michael Foucault
> La virgen de los sicarios (1994) Fernando Vallejo
> Homo sacer: El poder sobe- rano y la nuda vida (1995) Giorgio Agamben
> El desacuerdo (1995) Jacques Rancière
> Señales que precederán al fin del mundo (2010) Yuri Herrera
> Declaración (2012) Michael Hardt y Antonio Negri
> Ficciones (1944) Jorge Luis Borges
> Molloy (1951) Samuel Beckett
> El libro vacío (1958) Josefina Vicens
> La pasión según G. H. (1964) Clarice Lispector
> Cosmos (1967) Witold Gombrowicz
> El gran número (1976) Wisława Szymborska
> La vida instrucciones de uso (1978) Georges Perec
> El libro del desasosiego (1982) Fernando Pessoa
> Catedral (1983) Raymond Carver
> Los anillos de Saturno (1995) W. G. Sebald
> Eichmann en Jerusalén (1963) Hannah Arendt
> El maestro y Margarita (1967) Mijaíl Bulgákov
> Fragmentos de un discurso amoroso (1977) Roland Barthes
> Lolita (1955) Vladimir Nabokov
> Cien años de soledad (1967) Gabriel García Márquez
> Desgracia (1999) J. M. Coetzee
> Libro de los pasajes (1983) Walter Benjamin
> Aullido y otros poemas (1956) Allen Ginsberg
> Esperando a Godot (1953) Samuel Beckett
Esta lista se hizo a lo largo de una sobremesa en el pueblo de Fosdinovo, entre amigos de distintas nacionalidades, edades y profesiones, con más vino y desparpajo que convicción por los cánones. Mientras hacíamos la lista, era cada vez más claro que lo más interesante del ejercicio estaba en su espacio negativo –es decir, en aquello que dejábamos fuera a pesar de que, en la mayoría de los casos, apelara más a nuestro gusto individual que aquello que decidíamos incluir.
Estuvimos de acuerdo, por ejemplo, en que Pedro Páramo de Juan Rulfo y El Aleph de Borges son mucho mejores libros que Cien años de soledad; en que Youth o Waiting for the Barbarians, de J. M. Coetzee,nos marcaron más como lectores que Disgrace; o en que faltaban, entre muchos otros que recordamos, Yourcenar, Duras, Perec, Salinger, Levi, tal vez Carver, Calvino y Cortázar, y definitivamente Kawabata y Pessoa, cuyo Livro do desassossego no se publicó sino hasta 1982. (La lista de verdad, la más interesante, está en el espacio negativo de estas omisiones.)
Faltan, además, libros de historia, antropología, ciencia, economía y libros para niños. La lista tampoco incluye más que un poemario, y eso es imperdonable, aunque también creo que la mayoría de los poemas más importantes del siglo se escribieron antes de 1945: The Waste Land, Residencia en la Tierra, Trilce, “A”, The Cantos, por nombrar solo algunos.(The Cantos es un caso raro, pues los poemas fueron escritos a lo largo de seis décadas, empezando en 1914 o 15, y publicados de forma fragmentaria hasta su edición completa en los años sesenta.)
El criterio que reúne los títulos que sí están en lista, entonces, no es su “superior” calidad literaria o conceptual respecto de otros, sino la manera en que fueron absorbidos y el papel que jugaron como catalizadores de cambios en los discursos culturales globales de la segunda mitad del siglo XX y los primeros años del XXI. En todos los casos, creo, los libros de la lista han rebasado el espacio de su disciplina y lenguaje original, para convertirse en moneda de corriente de otras lenguas y disciplinas humanísticas. En unos casos, novelas como Cien años de soledad o Desgracia, y no otros tal vez mejores,están presentes porque pusieron sobre la plataforma de la lectoría internacional realidades y regiones antes ajenas al interés literario. Finalmente, está el caso del Libro de los pasajesde Benjamin o El maestro y Margarita de Bulgákov, ambos publicados con muchos años de diferencia respecto de su fecha de escritura. Su presencia en la lista, más allá del valor intrínseco de cada uno, está justificada porque ambos son testimonio de una época anterior del siglo XX, silenciada y reprimida brutalmente.
Finalmente, no creo que una lista, o una lista de listas, “tome el pulso” de nada más que del contexto específico y las personas que la produjeron. Una antología siempre dice más del antologador que de los antologados. Tal vez una lista como esta se deba leer simplemente como una lista de supermercado en un país extranjero: con desconcierto, curiosidad y resignación anticipada. ~
> Léxico famililar (1963) Natalia Ginzburg
> Las vidas de las mujeres (1971) Alice Munro
> La guerra del fin del mundo (1981) Mario Vargas Llosa.
> Reunión en el restaurante Nostalgia (1982) Anne Tyler
> La tentación del fracaso (1992) Julio Ramón Ribeyro
> Bartleby y compañía (2001) Enrique Vila-Mata
> El olvido que seremos (2005) Héctor Abad Faciolince
> Novela familiar (2007) John Lanchester
> El hacedor (1960), de Jorge Luis Borges
> Rayuela (1963), de Julio Cortázar
> La realidad y el deseo (1964), de Luis Cernuda
> Paradiso (1966), de José Lezama Lima
> Cien años de soledad (1967), de Gabriel García Márquez
> Los hijos del limo (1974), de Octavio Paz
> Claros del bosque (1977), de María Zambrano
> Descripción de la mentira (1977), de Antonio Gamoneda
> Material memoria (1979), de José Ángel Valente
6. Volverás a Región (1967) de Juan Benet leída en la “mili”. Sin comentarios.
> Las muertas (1977) Jorge Ibargüengoitia
>Diarios 1984-1989 (1997) Sándor Márai
> La mancha humana (2000) Philip Roth
> Abecedario. Diccionario de una vida (1997) Czeslaw Miłosz
> Las armas y las letras. Literatura y guerra civil (1936-1939) (1994, 2010) Andrés Trapiello
> La tentación del fracaso (1992) Julio Ramón Ribeyro
> La visita del médico de cámara (1999) Per Olov Enquist
> Desgracia (1999) J. M. Coetzee
> Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio (2001) Alice Munro
Una de mis escritoras preferidas. Sabe contar las situaciones con sencillez.
> Tiempo de vida (2010) Marcos Giralt Torrente
> El amante (1984) Marguerite Duras
> Caperucita en Manhattan (1990) Carmen Martín Gaite
> Patrimonio (1991) Philip Roth
> Mi abuelo (1999) Valérie Mréjen
> Experiencia (2000) Martin Amis
> París no se acaba nunca (2003) Enrique Vila-Matas
> Un pedigrí (2004) Patrick Modiano
> Enterrar a los muertos (2005) Ignacio Martínez de Pisón
> Un año ajetreado (2012) Anne Wiazemsky
> Generación X (1991) Douglas Coupland
> American Psycho (1991) Bret Easton Ellis
> Nación Prozac (1994) Elizabeth Wurtzel
> Ensayo sobre la ceguera (1995) José Saramago
> Harry Potter y la piedra filosofal (1997) J. K. Rowling
> No es país para viejos (2005) Cormac McCarthy
> La carretera (2006) Cormac McCarthy
> Los detectives salvajes (1998) Roberto Bolaño
> El hombre que amaba a los perros (2009) Leonardo Padura
> Soldados de Salamina (2001) Javier Cercas
> La fiesta del Chivo (2000) Mario Vargas Llosa
> Gomorra (2006) Roberto Saviano
> El día del oprichnik (2006) Vladimir Sorokin
> La montaña del alma (1990) Gao Xingjian
> Ensayo sobre la ceguera (1995) Jorge Saramago
> lti. La lengua del Tercer Reich (1947) Victor Klemperer
> Persépolis (2000) Marjane Satrapi
> Cien años de soledad (1967) Gabriel García Márquez
> El nombre de la rosa (1980) Umberto Eco
> La fiesta del Chivo (2000) Mario Vargas Llosa
> Las correcciones (2001) Jonathan Franzen
> Ada o el ardor (1969) Vladimir Nabokov
> ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? (1976) Raymond Carver
> La vida instrucciones de uso (1978) Georges Perec
> Espejo roto (1974) Mercè Rodoreda
> Una tumba para Boris Davidovich (1976) Danilo Kiš
> El elefante desaparece (1983-1990) Hakuri Murakami
Elijo únicamente libros de narrativa, el género que mejor conozco, pero sé que hay obras de igual o mayor valía en otros campos de las letras y las humanidades. Las novelas y las colecciones de cuentos que incluyo han tenido un público amplio, es decir, no solo fueron éxitos de crítica. La repercusión es un factor importante para determinar si una obra se perfila ya como un clásico moderno pues yo creo, como Boileau, que la gran literatura debe contener “cierto encanto y cierta sal que pueda picar el gusto general de los hombres”. A veces la crítica repara injusticias cuando rescata del olvido a escritores valiosos, pero confío más en el jurado plural que acepta o rechaza sus dictámenes. No puedo resistirme a enaltecer la propia lengua (y una lengua hermana: el catalán), pero en todo caso, mi selección es menos etnocéntrica que el discutido “canon occidental” de Harold Bloom. Hay una ausencia notable: Jorge Luis Borges. Yo lo incluiría, sin duda, entre los autores más importantes del siglo XX, pero Borges publicó sus mejores obras antes de 1963. En cuanto a Julio Cortázar, lo excluyo deliberadamente porque a mi juicio, su obra dependía demasiado de una atmósfera cultural extinta y no ha resistido la prueba del tiempo. En cambio, la portentosa imaginación de Mercé Rodoreda se agiganta con los años, y como en América Latina todavía se le conoce poco fuera de los círculos intelectuales, creo que sus fieles devotos deberíamos hacerle más ruido. Por supuesto, en todo juicio de valor hay un ingrediente subjetivo, porque el gusto es un rasgo de carácter tan personal como el adn. Seguramente dejé fuera muchas obras importantes del mundo oriental por lagunas culturales que espero subsanar con el tiempo. ~
Por “nuestra era” entiendo la posguerra:
> The Framework of Language (1980) Roman Jakobson
> El opio de los intelectuales (1955) Raymond Aron
> El pensamiento salvaje (1962) Claude Lévi-Strauss
> Física y filosofía (1962) Werner Heisenberg
> ¿Qué es la vida? (1944) Erwin Schrödinger
> Los arquetipos y el inconsciente colectivo (1934) Carl Gustav Jung
> Archipiélago Gulag (1973) Alexandr Solzhenitsyn
> Political Ideas in the Romantic Age: Their Rise and Influence on Modern Thought (2006) Isaiah Berlin
> Of Molecules and Men (1967) Francis Crick
> Consilience: la unidad del conocimiento (1998) Edward O. Wilson
> El señor de los anillos (1954-1955) J. R. R. Tolkien
> La muerte de la tragedia (1961) George Steiner
> Enfant d’ Europe et autres poèmes (1980) Czesław Miłosz
> Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia (1983) Elizabeth Burgos
> El autor y la escritura (1984) Ernst Jünger
> Corriente alterna (1967) Octavio Paz
El libro rebelde, alucinogénico, chido, de Paz.
> Esculpir en el tiempo (1986) Andrei Tarkovski
Todo el cine se trata y trata acerca de la resurrección. Eso escribió allí el director de Stalker.
> Diarios (1995) Victor Klemperer
> Obras reunidas (2006) Iván Illich
> Beowulf (2000) Seamus Heaney
> Ficciones (1944) y El Aleph (1949) Jorge Luis Borges
> Mitologías (1957) Roland Barthes
> Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano (1964) Marshall McLuhan
> A sangre fría (1966) Truman Capote
> Contra la interpretación (1966) Susan Sontag
> Simulacro y simulación (1981) Jean Baudrillard
> La era del vacío (1983) Gilles Lipovetsky
> Sexual Personae. Arte y decadencia desde Nefertiti a Emily Dickinson (1990) Camille Paglia
> En la corte del lobo (2009) y su secuela, Una reina en el estrado (2012) Hilary Mantel
> Una historia de amor y oscuridad (2002) Amos Oz
> La vida entera (2008) David Grossman
> Me llamo Rojo (1998) Orhan Pamuk
> Dios no es bueno (2007) Christopher Hitchens
> Deng Xiaoping and the Transformation of China (2011) Ezra Feivel Vogel
> Los que susurran. La represión en la Rusia de Stalin (2007) Orlando Figes
> Good and Bad Power: The Ideals and Betrayals of Government (2006) Geoff Mulgan
> Por qué fracasan los países (2012) Daron Acemoglu y James A. Robinson
> On Politics. A History of Political Thought from Herodotus to thePresent (2012) Alan Ryan
> La broma infinita (1996) David Foster Wallace
> Meridiano de sangre (1985) Cormac McCarthy
> La maravillosa vida breve de Óscar Wao (2007) Junot Díaz
> Suite francesa (2004) Irène Némirovsky
> Soldados de Salamina (2001) Javier Cercas
> El nombre de la rosa (1980) Umberto Eco
> Vida y época de Michael K (1983) J. M. Coetzee
> El hombre sin cualidades (1930-1942) Robert Musil
> Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy (1759-1767) Laurence Sterne
> Maquillaje (1979) Pedro Casariego Córdoba
> Jakob von Gunten (1909) Robert Walser
> Calle de dirección única (1928) Walter Benjamin
> Cartas a Louise Colet (1973) Gustave Flaubert
> Rayuela (1991, edición crítica) Julio Cortázar
> El primer hombre (1994) Albert Camus
> Diarios (1910-1923, primera edición íntegra en castellano en Galaxia Gutenberg en 2000) Franz Kafka
> Cartas a Katherine Whitmore (2002) Pedro Salinas
> El Aleph (1949) Jorge Luis Borges
> Minima moralia (1951) Theodor W. Adorno
> Tristes trópicos (1955) Claude Lévi-Strauss
> Pedro Páramo (1955) Juan Rulfo
> Lolita (1955) Vladimir Nabokov
> La galaxia Gutenberg (1962) Marshall McLuhan
> Mitologías (1957) Roland Barthes
> Apocalípticos e integrados (1965) Umberto Eco
> Esperando a Godot (1952) Samuel Beckett
> Modos de ver (1972) John Berger
>Una mitología griega (podría ser la de J. Humbert, que frecuenté en mis primeros años)
> Ensayos (1580) Michel de Montaigne
> El Quijote de la Mancha (1605-1615) Miguel de Cervantes
> Orlando furioso (1532) Ludovico Ariosto
> Orlando (1928) Virginia Woolf
> La tempestad (1611) William Shakespeare
> Guerra y paz (1869) Lev Tolstói
> Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas (1865) Lewis Carroll
> Poesías seleccionadas (1887-1919) Rubén Darío
> Poesías completas Jorge Luis Borges
> Vida y destino (1980) Vasili Grossman
Un mural complejo y omniabarcante de la Segunda Guerra Mundial.
> ¿Qué socialismo? (1976) Norberto Bobbio
> La responsabilidad de vivir (1994)
> Historia del siglo XX (1994) Eric Hobsbawm
La historia del siglo corto (1914-1991); en buena medida, auge y desplome del “socialismo real”.
> Autobiografía (1952-54) Arthur Koestler
> Contra la corriente (1979) Isaiah Berlin
> Tras el diluvio. La izquierda ante el fin de siglo (1988) Ludolfo Paramio
> La broma (1967) Milan Kundera
La tragedia y la comedia, la libertad y el totalitarismo, el amor y sus equívocos. Entrañable, reflexiva.
> Patrimonio (1991) Philip Roth
El deterioro, la agonía y la muerte. La relación tensa y amorosa de un hijo con su padre. ~
Los siguientes libros, publicados entre 1971 y 2003, influyen hoy en muchos países:
> La sociedad desescolarizada (1971) Iván Illich
> Lo pequeño es hermoso (1973) E. F. Schumacher
> Archipiélago Gulag (1973) Alexandr Solzhenitsyn
> La institución imaginaria de la sociedad (1975) Cornelius Castoriadis
> Búsqueda sin término (1976) Karl Popper
> Libertad de elegir (1980) Milton y Rose Friedman
> La guerra del fin del mundo (1981) Mario Vargas Llosa