Eye Body, Carolee Schneemann, 1963. Tomado de heartstory.org

Performance cuerpo a cuerpo

Es una lรกstima que entre tรบ y yo haya ahora una reja de pรกrrafos: cuando acudas a un performance, no contarรกs con la seguridad de la distancia.
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La historia de las fotografรญas de Jackson Pollock es una que disfruto releer y contar. No es la รบnica. Otras cuentan que en medio de las intrigas polรญticas de la Guerra Frรญa, sus obras sirvieron de propaganda para la potencia que ya era, por entonces, Estados Unidos. No hablarรฉ del Pollock รญcono involuntario del self-made man y el sueรฑo americano, sino de la relaciรณn entre el arte y su propio cuerpo: puede decirse que dejamos atrรกs el รบltimo retorno cuando Hans Namuth fotografiรณ a Pollock en la acciรณn de pintar. 

Apenas se ve el lienzo en el que trabaja; lo que sรญ se ve es el cuerpo de Pollock, dentro de la obra, en cuclillas, pisando lo que pinta, inclinรกndose para luego sacudir la mano y salpicar un color: sus brochazos parecen los gestos de un bailarรญn. Una de las fotos no pudo registrar el brazo derecho del pintor: el movimiento fue tan vigoroso que el lente lo perdiรณ de vista y por eso aparece desenfocado, borroso. El chorro de pintura ondea como un lรกtigo. Pollock estรก a punto de separar el pie izquierdo del piso, dar un paso y emprender otro movimiento de su coreografรญa. โ€œPara comprender el impacto de Pollock, hay que volvernos acrรณbatas y pasar continuamente de la mano y el cuerpo que arrojan la pintura a las marcas que quedan en el lienzoโ€, escribiรณ su contemporรกneo, Allan Kaprow, antes de reprochar a Pollock por no haber abandonado la pintura, por no haberse volcado por completo al cuerpo. La culpa del performance puede repartirse entre estos tres personajes, pero fue Kaprow quien insistiรณ en el valor de las experiencias cotidianas y desterrรณ al arte abstracto. Era previsible que las mujeres aprovecharรญan esta renovada atenciรณn en la experiencia y el cuerpo. Sin saberlo, los happenings y el action painting (a la par que el accionismo vienรฉs y Fluxus) construyeron la puerta por la que se colรณ el performance feminista.

No puedes verlo desde una butaca porque no hay escenario. Quizรก estรฉs en una bodega, en la acera de una avenida, en un estacionamiento subterrรกneo; en cualquier sitio que cancele las nociones arriba y abajo. Es una lรกstima que entre tรบ y yo haya ahora una reja de pรกrrafos: cuando acudas a un performance, no contarรกs con la seguridad de la distancia. Echarรกs de menos el paseo sin sobresaltos que te proponen los museos: si una pieza te desagrada, enseguida pasas a la siguiente y puedes ignorar aquella, la que te incomoda. Rodeado, como estรกs, de objetos, no hay personas que te obliguen a interactuar. Extraรฑarรกs la quieta imagen de las fotografรญas y los manchones de รณleo, cuando te enfrentes a una relaciรณn intransigente (la mรกs inmediata posible) con el cuerpo de la artista. Lo que pase ocurrirรก en ese espacio, en el nivel que ahora comparten. Es normal que te sientas arrinconado. Cuerpo a cuerpo no hay escapatoria.

Dice Rebecca Schneider que el performance escribe sobre el cuerpo la traducciรณn literal de los prejuicios de raza, clase y gรฉnero: lo arbitrario se expone en la carne para que estalle โ€œen una literalidad explosivaโ€. No, los prejuicios no ocurren a la distancia, sino aquรญ mismo, en el cuerpo que los padece frente a ti, en el tuyo mismo. El cuerpo hace que el drama social se vuelva ineludible. Ojalรก estuvieras ante un tratado de anatomรญa โ€“ante un dibujo de las proporciones simรฉtricas de la cabeza, las extremidades, el torso. En cambio, estรกs en un performance para permitir que el cuerpo de una mujer y su experiencia afecten el tuyo.

Ocurrirรก en la forma de un atentado contra las costumbres que separan a los hombres de las mujeres โ€“hay varias formas de hacer que estos significados estallen: pueden combinarse los roles de gรฉnero, se puede exagerar una convenciรณn corporal hasta el absurdo y repetir una acciรณn hasta el fastidio.

Quizรก ahora estรฉs ante una mujer que lentamente se desviste. ยฟEs un objeto o un sujeto? Se parece tanto a las imรกgenes que conoces de los desnudos (a las Venus de la historia del arte, a las modelos de la publicidad, tambiรฉn a la pornografรญa), pero no puedes negar que la mujer frente a ti tiene agencia โ€“despuรฉs de todo, es artista. El cuerpo que miras tiene mirada. Directamente te mira para entorpecer el placer voyeurista al que estรกs acostumbrado. El performance te empuja a la contradicciรณn, a la tensiรณn entre significados.

No te hace guiรฑos, no te regala un sonrisa, pero ella necesita de ti porque la producciรณn de su obra se empalma con la recepciรณn. Tampoco puedes huir hacia una actitud contemplativa. Estรกs en un proceso: el performance es una suerte de ping-pong. Si la artista jugara sola, la pelotita sobrevolarรญa la red, rebotarรญa del lado opuesto de la mesa, caerรญa al piso y seguirรญa rodando hasta parar o perderse. Sรญ, necesita de ti y tus reacciones para que el cuerpo y la identidad se vuelvan gerundio: ยฟes objeto, es sujeto?  La interacciรณn despierta un significado, otro, otro, otroโ€ฆ

Ahora adviertes que el resto de los espectadores (serรก mejor que empieces a llamarlos con otro nombre, ยฟcolaboradores, participantes?) contribuyen con sus reacciones a la creaciรณn de significados: el cuerpo de la artista estรก siendo, se estรก haciendo. โ€œEl significado es un asunto socialโ€, dice Schneider. Incluso cuando repudias el experimento, aportas el significado convencional; junto a ti, alguien celebra la libertad que hay en todo esto; otro suelta una carcajada, su acompaรฑante se excita, alguien los regaรฑa, a los de atrรกs se les escapa una risa nerviosa; algunos siguen perplejos, otros quieren salir de la confusiรณn.

Si el cuerpo de la artista no se oculta, el tuyo menos. Estar en compaรฑรญa de otro supone quedar expuesto. Corres el riesgo de cualquier reacciรณn. En principio, todo podrรญa pasar, pero llegaste aquรญ con las reglas que aprendiste del museo; que no te extraรฑe si la artista se encarga de quitรกrtelas por medio de lo grotesco, lo confuso, lo hilarante, lo absurdo, lo redundante, o del miedo. Empezarรก a menstruar o a automutilarse. Puede darte un abrazo o un cuchillo, pero cuando estรฉs en un performance feminista, no podrรกs librarte de las reacciones cuerpo a cuerpo.

 

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(Ciudad de Mรฉxico, 1986) estudiรณ la licenciatura en ciencia polรญtica en el ITAM. Es editora.


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