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Las inteligencias artificiales sirven de apoyo para tareas intelectuales relativamente simples o de respuesta estandarizada; su uso puede democratizar el acceso a los servicios legales y a la justicia.
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Buscar un abogado puede ser cualquier cosa salvo una labor placentera, menos aun si ocurre en medio de una emergencia personal. Imagรญnate en cualquiera de estos dos escenarios:

1) Eres ajeno al mundo jurรญdico y de pronto necesitas un abogado. En el mejor de los casos, recordarรกs vagamente que alguno de tus conocidos o familiares se dedica a tan antigua profesiรณn y lo buscarรกs. Si esa persona no se aventura a aconsejarte sobre algo que no sea su especialidad, te explicarรก que el derecho tiene distintas รกreas y te recomendarรก con un especialista. Ahรญ empezarรกs a sudar pensando en honorarios, terminajos legales, tiempos de espera. Te carcomerรก la incertidumbre de si vas a encontrarte con Saul Goodman o Jimmy McGill. Tal vez la tuya sea una consulta sencilla y rutinaria, y en ese caso pensarรกs que ese trabajo bien podrรญa hacerlo un mono. O quizรกs estรฉs por iniciar un largo proceso en el que acabarรกs por darle la razรณn a Kafka.

2) Aseguras que te estacionaste bien, pero tu auto tiene un inmovilizador. Los honorarios de un abogado por pelear esa multa serรญan mรกs altos que la propia multa. Es una ecuaciรณn de perder-perder, asรญ que, en contra de tu voluntad y tu bolsillo, decides pagar. 

ยฟEs posible que en plena era digital el acceso a los servicios legales siga siendo tan complicado?

En Tomorrowโ€™s lawyers, Richard Susskind narra lo que le parece un futuro posible de la profesiรณn legal, que por su naturaleza conservadora se resiste al cambio. El autor refiere que la utilizaciรณn de tecnologรญas darรก paso a la automatizaciรณn de labores rutinarias, con lo que se ampliarรก el acceso a servicios legales y a sistemas de justicia en lรญnea, como las cortes virtuales. Aunque en ese futuro no hay robo-jueces, ni robo-abogados como los que aparecen en Futurama, la utilizaciรณn de herramientas de inteligencia artificial representarรญa un cambio significativo en los roles tradicionales de los abogados.

A lo largo del tiempo, la adopciรณn de tecnologรญas ha permitido optimizar la utilizaciรณn de recursos en tareas repetitivas. Los mรกs jรณvenes podrรกn imaginar las horas que se invertรญan en redactar y corregir documentos a mรกquina, en lugar de una computadora personal. Y si hasta hace poco la tecnologรญa solo facilitaba ciertas labores manuales, las inteligencias artificiales pueden servir de apoyo para tareas intelectuales relativamente simples y rutinarias, repetitivas o de respuesta estandarizada, por ejemplo conocer los plazos para presentar un documento o saber cuรกntos dรญas de vacaciones corresponden por ley.

En el fondo, el uso de estas tecnologรญas busca democratizar el acceso a los servicios legales y a la justicia. Por ejemplo, DoNotPay, el primer robo-abogado del mundo, es un chatbot (una inteligencia artificial capaz de conversar), que apela gratuitamente multas de estacionamiento en Nueva York y Londres. Fue desarrollada por Joshua Browder, quien consideraba que tales multas eran impuestas a la poblaciรณn mรกs vulnerable que difรญcilmente tendrรญa tiempo y recursos para impugnarlas. Su idea fue brindar ayuda en masa en lugar de hacerlo individualmente porque la respuesta era estandarizada. Despuรฉs comenzรณ a ofrecer asistencia para obtener reembolsos por vuelos atrasados en Europa. Y aunque al inicio se centraba en asuntos triviales, Browder no se quedรณ ahรญ y hoy asiste a los solicitantes de refugio en Estados Unidos y Canadรก.

Otras inteligencias artificiales con aplicaciรณn en sistemas legales son Ross y Lex Machina. Ambas se utilizan para facilitar la investigaciรณn legal, disminuir el tiempo invertido en ella y, en consecuencia, reducir costos. Sus servicios resultan igualmente รบtiles para estudiantes, acadรฉmicos y personal de juzgados. Ross, al igual que DoNotPay, surgiรณ para subsanar las deficiencias en el acceso al sistema de justicia, segรบn cuenta su creador, Andrew Arruda

En Mรฉxico tambiรฉn existe una inteligencia artificial que facilita el trance del primer contacto legal. Su nombre es Max y brinda ayuda gratuita en materia laboral a travรฉs del messenger de Facebook. Sus creadores, รngel Sumano y Adriรกn Castillo, planean ampliar sus servicios al derecho marcario y notarial. Max responde a preguntas estandarizadas, pero puede referir con un abogado humano si se requiere asesorรญa especรญfica. 

Asรญ, se hacen visibles dos ventajas de estos servicios: brindan un primer contacto con respuesta inmediata y en cualquier momento y refieren con un despacho en caso de necesidad. Pero no todo es miel sobre hojuelas. Existen voces que consideran que la supuesta democratizaciรณn traรญda por las inteligencias artificiales, que empodera al individuo al facilitarle el uso y control de ciertos servicios, es en verdad un negocio en que el usuario intercambia sus datos por un servicio que se dice gratuito. Otra de las desventajas es que, si bien buscan ayudar a poblaciones vulnerables, como los solicitantes de refugio, estas son, paradรณjicamente, las que menos acceso a internet tienen

La arena legal no estarรก a salvo de la disrupciรณn traรญda por la inteligencia artificial. La tecnologรญa utilizada, como todo lo que crea la humanidad, tiene el potencial de ser mayoritariamente benรฉfica o abusiva, cosa que dependerรก de los intereses que se mezclen en su evoluciรณn. Esperemos, por lo pronto, que el espรญritu que dio paso a su creaciรณn se conserve. 

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Naciรณ el mismo aรฑo que se estrenรณ Blade Runner. Abogada, especialista en tecnologรญa y protecciรณn de datos.


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