Tótem, la antihistoria de los desaparecidos en México

El ensayo documental Tótem, que forma parte de la programación del FICUNAM, aborda, en la forma de una narrativa invertida, los intrincados mecanismos de la desaparición de personas en México.
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“Era imposible no verlos”, se escucha en los primeros minutos de Tótem (2022), película que trata el problema de las personas desaparecidas en México. Si en algo insiste el ensayo documental de la Unidad de Montaje Dialéctico es en la liminalidad de los desaparecidos, cuerpos que no están ni en un sitio ni en otro. Aunque la operación criminal de desaparecer tiene como objetivo eliminarlos, esta normalmente presenta fisuras: los cuerpos des-aparecidos pueden volver a manifestarse; lo simple y llanamente aniquilado, no. La frase anotada arriba da cuenta de ello: se refiere a los cuerpos torturados de 12 mujeres y 23 hombres que fueron abandonados en la avenida Ruiz Cortines en Boca del Río, Veracruz, que aparecieron a plena luz del día, en el peor momento del tráfico. 

Tótem funciona como una narrativa invertida, como una antihistoria que revela los sofisticados mecanismos de la desaparición sin caer en lecturas maniqueas de criminales contra patriotas. Una lectura de malos contra buenos invalida el entendimiento en circunstancias de la historia donde los pactos del Estado y el crimen organizado son tan intrincados que es complejo desentramar el problema de quiénes son objeto de desaparición: antes se decía que los enemigos políticos, frase que se retrotrae a las dictaduras militares en América Latina en los años setenta –una película imperdible del argentino Patricio Guzmán, El botón de nácar (2015), retrata ese momento de manera excepcional–; hoy son simplemente cuerpos sin valor para la violencia estructural.

Enterrar, ahogar, pozolear, incinerar o zarandear. La taxonomía que propone el documental es aterradora, pero no efectista, a contrapelo de la espectacularidad de series, películas y canciones sobre narcotraficantes. Si algo alteró y aumentó la violencia en México fue su establecimiento como un corredor para el flujo de tráfico de sustancias. Tótem acierta en caminar por otras sendas. En primer lugar desecha la hipótesis de que la violencia actual es una prolongación del culto a la muerte de los pueblos originarios; descarta la idea de la muerte como el rasgo distintivo de lo mexicano, una especie de tótem que se adoptó como marca identitaria. También problematiza el trabajo de las buscadoras, de los grupos que buscan a sus familiares desaparecidos integrados principalmente por mujeres. La Unidad de Montaje Dialéctico menciona que las buscadoras han sido motivo de varias exploraciones por parte de las disciplinas artísticas, pero muchas cosas quedan sueltas, sin abordarse, por ejemplo, que es un trabajo muy peligroso a nivel político y que las consecuencias físicas y psicológicas de la labor son funestas.

Pronto en la película aparece una segunda capa, otra narrativa que se cruza con la idea de encontrar un cuerpo o, en realidad, la representación de uno que dé identidad a un nuevo momento histórico. Se trata de las investigaciones para encontrar una cabeza olmeca en las aguas del río Grijalva. Una leyenda local dice que al trasladar la pieza de enormes dimensiones, que estaba en el predio de un hombre poderoso, se hundió en el fondo. El gobierno mexicano subvencionó expediciones para encontrar la pieza como una manera de buscar lo real en lo simbólico. Además de su propuesta ensayística, Tótem de verdad encandila al espectador para saber qué sucede con la búsqueda arqueológica.

La narrativa invertida del filme está en las imágenes. Varias de ellas –por ejemplo vistas de figuras prehispánicas y del Museo de Antropología– tienen un contraste de color invertido, en tonos grises; su tesis ciertamente trastoca y cambia de foco, ¿dónde podría estar el símbolo para entender la historia reciente en la que aparecen aquí y allá cuerpos?

A veces, algunos rasgos, un diente o un anillo, confirman la identidad de la persona des-aparecida, entonces sí es posible enterrarla como ceremonia de restauración del retorno del amado. La Unidad de Montaje Dialéctico propone que este tótem simbólico esté bajo la tierra, invertido, en los múltiples lugares donde se sabe que están los cuerpos de las personas desaparecidas, en el agujero negro que las engulle. ~


Tótem es parte de Ahora México, la sección del Festival Internacional de Cine de la UNAM (FICUNAM) que presenta lo más destacado de la producción fílmica nacional.  

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es periodista cultural, crítico de cine y traductor literario.


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