En la más reciente película de Paolo Sorrentino, el regodeo en un estilo visual exuberante deriva en una poética forzada llena de metáforas simples. Esto no quiere decir que no tenga momentos sutiles y bien logrados: es en las meditaciones en torno a la vejez que se ponen en boca de los personajes, así como en las actuaciones de Michael Caine y Havey Keitel, donde la cinta brilla más.
es crítica de cine. Mantiene en letraslibres.com la videocolumna Cine aparte y conduce el programa Encuadre Iberoamericano. Su libro Misterios de la sala oscura (Taurus) acaba de aparecer en España.