Imagen: Art Garcia/Sipa USA/Newscom/EFEVISUAL

Disenchantment o, ¿la última cruzada de Matt Groening?

Cuando se anunció una nueva serie de Matt Groening y que además saldría a través de Netflix, era obvio que las expectativas eran altas, pero ¿qué sucede con la más reciente serie del creador de series icónicas como Los Simpson y Futurama?
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Cuando se anunció una nueva serie de Matt Groening y que además saldría a través de Netflix, era obvio que las expectativas eran altas, pero ¿qué sucede con la más reciente serie del creador de series icónicas como Los Simpson y Futurama?

La trigésima temporada de Los Simpson está por transmitirse y con cada temporada siempre viene este cuestionamiento: ¿Cuándo van a terminar por fin Los Simpson? Incluso los que alguna vez fueron adeptos a la serie se lo preguntan cada vez más. Si bien Los Simpson gozaron de una gloria inusitada, especialmente en México a raíz de sus constantes repeticiones y del trabajo de los actores de doblaje original, la serie difícilmente verá mejores tiempos.

Por otro lado, con Futurama, la otra gran serie de Groening, la historia fue un poco diferente. La serie gozaba de un éxito más “moderado”, por lo que sólo estuvo al aire (intermitentemente) durante 7 temporadas. Después de su cancelación se ha manejado siempre la posibilidad de un “revival” o incluso de hacer una película; sin embargo, nada concreto ha surgido. Esto mismo le ha dado a la serie un status distinto ante sus fans: la ha convertido en una serie con un pequeño halo de culto. El último episodio de Futurama se transmitió en 2013.

Después de 5 años del final de Futurama y de la mano de Netflix, Matt Groening ha regresado con Disenchantment. La serie tiene lugar en una especie de fantasía medieval y gira en torno a la princesa Tiabeanie (Bean), quien sólo busca escapar de sus obligaciones reales y del matrimonio forzado que le ha impuesto su padre, el Rey Zog. Bean encuentra el día de su boda a Luci, un demonio que enviado para “hacer algo” en la vida de Bean y que más que desatar algo en ella, simplemente complementa su alcoholismo y rebeldía. A ellos se une Elfo, un duende que igual que Bean busca escapar de su vida perfecta en donde todos los duendes son felices.

La serie cuenta con un maravilloso elenco encabezado por Abbi Jacobs (Broad City) como Bean, Nat Faxon (Friends from College) como Elfo y Eric André haciéndolo increíblemente como Luci (el único personaje que me llama la atención). Adicionalmente, también el legendario John DiMaggio –quien en inglés hace la voz de Bender y de Jake en Adventure Time– intepreta a Zog.

Para Disenchantment, Groening recurrió a Josh Weinstein para desarrollar la serie, también escritor en Los Simpson y Futurama. El equipo de escritores se completa con Jamie Angell (quien escribió los guiones de dos videojuegos de Los Simpson), Shion Takeuchi y Jeff Rowe, estos dos últimos –junto con Weinstein– también escribieron capítulos para Gravity Falls, la serie de culto de Disney.

Ahora bien ¿tiene Disenchantment lo necesario para ser buena? Sí ¿lo consigue? Posiblemente no, pero ¿por qué?

En primer lugar, el humor. A lo largo de los capítulos, no pude evitar que una parte de mí sintiera nostalgia por los buenos tiempos de Los Simpson en los que cada capítulo tenía carcajadas aseguradas, pero no es el caso aquí. Los anacronismos contemporáneos –como por ejemplo, una persecución de policía se realiza a caballo con sirenas y todo– tienen la intención de ser, en muchas ocasiones, la base del humor, pero al resultar ser un recurso un tanto gastado, fallan un poco. Los hemos visto desde Shrek hasta Your Highness, pasando por las películas de Mel Brooks y Monty Python. En otras ocasiones, el humor recurre a la comedia lineal y directa, casi física, de esa que Family Dad utiliza y que Los Simpson han imitado durante los últimos 16 años. La comedia “zafia”, digamos.

Por otro lado, hay momentos en los que el humor juega sólo en el terreno del tiempo que se utiliza y eso es muchísimo más valioso. Resulta un humor menos pueril y directo, pero son esfuerzos que se valoran desde el público. Como éste:

En segundo lugar, Disenchantment tiene inconsistencias y con cada capítulo surgen dudas. Desde el trailer, nos intentan dejar claro que Bean quiere controlar su propio destino y pareciera que la historia que iban a contar era la de las aventuras de Bean, Luci y Elfo por el mundo mientras vagaban. Lo que sucede en su lugar es que Bean –por alguna razón que no termino de entender– se queda en el castillo de Dreamland a lidiar con su padre y seguir rebelándose y seguir de fiesta (lo cual no está mal, aclaro, pero me intriga que se quede en el castillo).

Ahora, viene aquí algo que notar: a pesar de que la historia tiene deficiencias, tiene a un equipo interesante detrás y es justo el equipo de Weinstein, Takeuchi y Rowe. Gravity Falls es una de las mejores series animadas de fantasía que se han transmitido en los años recientes –y una de las más exitosas de Disney también. El éxito de Gravity Falls consiste en una historia escrita brillantemente sobre misterio, personajes bien desarrollados y hablarle a un público infantil de forma inteligente, de manera que la serie apelaba a niños y adultos por igual. Con todo lo anterior, es de esperarse que en Disenchantment este equipo tiene posibilidades de hacer algo interesante, sin embargo, se quedan cortos. Parecería que Disenchantment pretendía jugarnos un poco como han jugado tantas series animadas que han salido en los últimos años como Rick & Morty o Adventure Time pero el principal esfuerzo recae en el humor simplón y la verdadera historia pasa a segundo plano.

Lo que funciona a favor y en contra de la serie es algo que no tiene que ver con ella, sino con Netflix: la primera temporada consta de 20 capítulos, los cuales decidieron dividir en dos partes. Y es aquí donde viene lo que nos atañe: La intención principal de este show es  precisamente “intentar” hacer reír a la gente a la vez que les cuentan una historia, pero ninguna de las dos cosas se consiguen con éxito. Y no es sino hasta el final de esta primera parte, que aparece un esbozo de algo parecido a una trama interesante.

Sin tratar de arruinar la serie para quienes la están descubriendo apenas o para los fans empedernidos de Groening, hasta ahora Disenchantment no termina de decidir qué clase de serie quiere ser y da la impresión de que con cada paso, se arrepiente y decide tomar otro camino. No obstante, será interesante ver qué logran hacer en la segunda parte de esta temporada. Es una realidad que Matt Groening siempre ha tenido carta blanca para hacer lo que quiera (¿o cómo nos explicamos que Los Simpson hayan sobrevivido hasta la 30ª temporada) y que en Netflix hay aún más libertades creativas, no sé si esto resulta en algo positivo necesariamente, pero también sería importante preguntarnos ¿qué es lo que quiere Matt Groening en este proyecto? ¿Ser disruptivo o crear una nueva narrativa? Sin duda, ambas se pueden lograr simultáneamente, pero aquí y hasta ahora se da a entender que sólo una es posible. La suerte de Disenchantment la determinarán los otros 10 episodios correspondientes a la segunda parte, de los cuáles aún no hay fecha de estreno.

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