Voy a escribir de Michelle Williams. Porque esta pelรญcula es ella.
No la tenรญa fรกcil. Interpretar a Marilyn y no caer devorado por el personaje era todo un reto. Marilyn es, probablemente, la estrella de cine a la que mรกs se ha caracterizado en la historia, tanto en pantalla como en producciones fotogrรกficas, y su melena corta platinada es, desde hace dรฉcadas, uno de los mรกs reconocibles sรญmbolos de la sensualidad femenina.
Ya sabรญamos que lo habรญa hecho bien, y muy bien, debido a que habรญa ganado el Globo de Oro y habรญa sido nominada al Oscar a mejor actriz protagรณnica, entre otras mรบltiples nominaciones y premios por ese papel.
Pero querรญamos ver si tanto premio, nominaciรณn y elogio era merecido.
Lo era.
Probablemente, Michelle Williams no es, de todas las actrices del mundo, la mรกs parecida, fรญsicamente, a Marilyn Monroe. Y la semejanza fรญsica deberรญa ser algo muy importante cuando se interpreta a una persona que existiรณ o existe fuera del celuloide. Pero la actuaciรณn de Williams nos hace olvidar si es mรกs o menos objetivamente parecida a Marilyn.
Por otra parte, sรญ creo que su rostro es muy acertado para interpretar a Monroe debido a que comparten una carnalidad –labios gruesos y mejillas generosas– que le otorga a Michelle un tipo de sensualidad de la que carecen actrices de rasgos mรกs refinados.
(En ese sentido, habrรก que ver la caracterizaciรณn que muestre Naomi Watts en la versiรณn cinematogrรกfica de Blonde, la portentosa biografรญa ficcionalizada de Joyce Carol Oates, que se estrenarรก probablemente este aรฑo: el fรญsico que le conocemos es notablemente menos generoso que el de Marilyn).
Insisto. Lo que tenรญa por delante Michelle Williams era difรญcil, muy difรญcil. Hacer una Marilyn creรญble. Que cuando uno viera la pelรญcula no pensara en si la actriz estaba interpretando bien o no a Marilyn. Que viera a Marilyn.
Lo logrรณ. Mรกs allรก de la historia, uno se da cuenta, al finalizar, que ha visto una pelรญcula al servicio de un personaje, y no al revรฉs. Como sucediรณ en el biopic The Doors de Oliver Stone y la espectacular caracterizaciรณn de Jim Morrison por parte de Val Kilmer. Al igual que en ese caso, Williams interpretรณ ella misma las canciones cantadas por Marilyn, y era difรญcil no creer que estรกbamos escuchando a Monroe.
La pelรญcula, claro, tiene otros aspectos, que quedan relegados a un segundo plano frente a la actuaciรณn de Williams. La historia que se cuenta, por ejemplo.
My week with Marilyn estรก basada en las memorias de Colin Clark, un productor cinematogrรกfico inglรฉs fallecido en 2002, cuyo primer trabajo en la industria del cine fue a los 23 aรฑos, como tercer asistente de direcciรณn (en sus propias y sabias palabras, el mandadero) en The Prince and the Showgirl, pelรญcula cuyo rodaje fue muy recordado debido a los quebraderos de cabeza que la continua falta de disciplina de Marilyn generรณ en el equipo de trabajo y, en especial, en el director, productor y protagonista masculino, el cรฉlebre Laurence Olivier, interpretado aquรญ por Kenneth Branagh.
Un espectacular Kenneth Branagh. Inmenso. Tambiรฉn lo intuรญamos por la, tambiรฉn, enorme cantidad de premios y nominaciones por este papel, tambiรฉn desafiante, tambiรฉn difรญcil.
Pero la pelรญcula tiene otras virtudes, mรกs allรก de estas dos actuaciones. Una de ellas es la banda sonora. Otra es la eficaz sencillez con la que retratan la compleja personalidad de la actriz y de las situaciones en las que se encuentran quienes la rodean.
Utilizando una semana de rodaje de Marilyn Monroe, con su relaciรณn con Colin como hilo conductor, el director (Simon Curtis) y el guionista (Adrian Hodges) hicieron un retrato convincente de la estrella a travรฉs de diรกlogos directos y eficaces, que tocan los rasgos mรกs salientes de su personalidad: su talento natural frente a la cรกmara, su magnetismo (casi) irresistible, esa inseguridad patolรณgica que la llevรณ a abusar de las drogas legales y del alcohol, su insaciable necesidad de sentirse querida y protegida, sus paranoias, la explotaciรณn a la que fue sometida por aquellos que se podรญan beneficiar tanto de sus debilidades como de sus fortalezas, su vulnerabilidad y los orรญgenes de la misma (su falta de un hogar y de una familia en la infancia), su naturalidad respecto a la sexualidad, y a la vez, la utilizaciรณn intencionada de la misma.
Hay varios diรกlogos sencillos pero memorables. Comola escena de un minuto en la cual Arthur Miller le explica a Sir Laurence Olivier el nivel de absorciรณn al cual Marilyn le sometรญa. Dougray Scott, el actor que encarnรณ a Miller, casi no actรบa en el filme, salvo en esa escena. Magistral.
“I can’t work. I can’t think. She is devouring me”, le dijo, tras anunciarle que necesitaba volver a Estados Unidos a ver a sus hijos: no sรณlo Williams retrata a Marilyn en la pelรญcula.
“Cuando lo hace bien, uno no puede dejar de mirarla”, dice el personaje de Laurence Olivier mientras mira las escenas en la sala de visionado.
Michelle Williams lo hizo bien. Y uno no podรญa dejar de mirarla.
Periodista todoterreno, ha escrito de polรญtica, economรญa, deportes y mรกs. Ademรกs de Letras Libres, publicรณ en Clarรญn, ABC, 20 Minutos, y Reuters, entre otros.