Secundarios memorables: Wayne Gale en Natural Born Killers

Wayne Gale representa a la televisiรณn misma: sus mรฉtodos, sus formas y sus mentiras.
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Los noventas llegaron con una irrupciรณn masiva de monitores. La televisiรณn finalmente alcanzรณ una escala global sin precedentes. Cadenas noticiosas de cobertura mundial como CNN (consolidada con su espectacular cobertura de la Guerra del Golfo en 1990 y 1991)  tenรญan una programaciรณn extenuante, incluso de hasta 24 horas diarias. Se podรญa ver la transmisiรณn de noticias sin parar. A mediados de los noventas apareciรณ una pelรญcula que condensรณ perfectamente esa atmรณsfera decadente y excitante, saturada de violencia y pantallas de televisiรณn por todas partes: Natural Born Killers de Oliver Stone de 1994. Film sui generis porque aunque estaba dirigida por un director de la vieja guardia, en cierto sentido hot, el guiรณn de la misma estaba basado en la historia de un futuro director cool, Quentin Tarantino. Sin duda, una mezcla explosiva. Aquella pelรญcula, hoy ya referente obligado en los anรกlisis sobre el papel de los medios en la sociedad, hizo famosa a la pareja de asesinos sexy formada por Mickey Knox, y Mallory Wilson Knox (Woody Harrelson y Juliette Lewis). Sin embargo, un personaje en apariencia secundario, el periodista Wayne Gale, hacรญa que la idea de Oliver Stone resultara mรกs interesante sociolรณgicamente hablando. Ese personaje representaba a la televisiรณn misma, sus mรฉtodos, sus formas y sus mentiras. Ese memorable Wayne Gale, maniรกtico, tierno y estridente a la vez, lo hizo ni mรกs ni menos que Robert Downey Jr, viejo lobo de mar. Un papel que parecรญa hecho a su medida, no sรณlo digamos por sus dotes histriรณnicos sino tambiรฉn por su conocimiento de los entretejes televisivos.

         La violencia en el film de Stone estรก enmascarada con un pastiche estilรญstico y un tono humorรญstico, usando muchos soportes y formatos a la vez (animaciรณn, sitcom, noticiero, anuncios comerciales, etc.). Los mรบltiples emplazamientos de cรกmara y la falsa iluminaciรณn, acentuaban la idea de lo televisivo, siempre en un mood irreal, de fascinaciรณn obsesiva y de zapping.

         Robert Downey Jr. construye admirablemente al tal Gale. Con ese rostro tรญpicamente chaplinesco (combinaciรณn de seria tristeza al mismo tiempo que invitaciรณn a la hilaridad). No es casualidad que haya hecho el personaje de Chaplin en 1992. Mediante ese rostro de payaso tristรณn, lograba reflejar la condiciรณn bipolar tragicรณmica. Los mass media, humoristas en medio de la tragedia e irremediablemente trรกgicos en medio de la broma, estaban representados por Wayne Gale, siendo el payaso posmoderno perfecto, el merolico arrogante y repetitivo, egocรฉntrico hasta el hartazgo. En ese sentido es hermano gemelo del personaje interpretado por Tommy Lee Jones, el jefe de la prisiรณn McClusky, pues ambos representan a las sociedades de control. Uno desde la alienaciรณn televisiva, el otro desde el espacio de confinamiento. Ambos locos y bufonescos, empoderados en su trono que es mando de control, simbolizado por las llaves de la prisiรณn y el micrรณfono. Por otro lado, lo que mejor define a este fantoche de la pantalla chica es la simulaciรณn y por eso mismo causa fascinaciรณn, todo en รฉl es falso, incluso su aparente liberaciรณn hacia el final de la pelรญcula. Eso lo comprenden los Knox, por eso lo matan tambiรฉn. Ya el filรณsofo Jean Baudrillard ha hecho notar hasta quรฉ punto la cultura del simulacro estรก relacionada con la seducciรณn. El rostro de Robert Downey Jr, interpretando la mรกscara de este narcisista seduce, y รฉl lo sabe muy bien. Wayne Gale, estelar dentro de los estelares, sรณlo encuentra competencia real para disputarse el trono de seductor en esos asesinos seriales. Sรณlo algo llevado al extremo, deformado, multiplicado en serie, es decir lo hiperreal, podrรญa imponerse y matar a lo real. El asesinato real es superado por el asesinato televisivo. En ese sentido la pareja de los Knox, al final del film, sรณlo llevan a cabo una venganza, la restituciรณn de lo real sobre lo hiperreal. El uso de la cรกmara como parte del ritual de esa revancha, hace evidente la operaciรณn de reversibilidad que existe entre lo real y lo videograbado.     

         Lo televisado es de alguna manera tambiรฉn lo tele-viciado, el grito de guerra de Wayne Gale es la repeticiรณn, se lo dice a su editor mientras le indica las escenas que debe poner y quitar en la postproducciรณn. La secuencia donde el reportero entrevista al temible Mickey Knox es el momento climรกtico, finalmente se verรกn sentados frente a frente, delante de toda la naciรณn, transmitiendo en circuito cerrado desde la prisiรณn, con un rating envidiable. Vemos al entrevistador irse transformando paulatinamente, la inflexiรณn de la voz ya no es la misma, los arrebatos emocionales y los tics de Gale, revelan a un enfermo impulsivo (potencialmente tambiรฉn un asesino) y no al conductor sosegado y humano que aparenta normalmente ante las pantallas. Ese es otro rasgo del personaje que se transfiere a todo el film, la esquizofrenia. Algo que se escinde y queda trastocado. Rompe su relaciรณn falsamente amorosa con una llamada telefรณnica, la corbata termina en la cabeza, el telรฉfono celular deshecho, la camisa manchada de sangre, la sed de salir al aire y capturar mรกs televidentes se transmuta en sed de matar. La cรกmara encuentra su aliado en el arma en la mano. Sin embargo, al final del film, es tan entraรฑable el personaje que sentimos un poco de pena por รฉl. Es encantador porque es ingenuo y sobre todo amoral, como si fuera un bufรณn de la corte, que se burla del rey en pleno carnaval. Reta al poder creando su propio poder, justo como lo hacen los mass media. Y sin embargo sucumbe bajo ese mismo poder, se deja comer por la transmisiรณn en vivo y por el espectรกculo montado por la propia televisiรณn.

         Robert Downey Jr, es un cazador, nunca descansa, lo ha dicho en entrevistas, no cuestiona mucho los motivos profundos de sus personajes, simplemente parece esperar ansiosamente el momento del rodaje para actuar, liberarse en su animalidad nata frente a las cรกmaras. Esa premura, de animal que caza, hizo que Wayne Gale fuera tan autรฉntico aรบn dentro de la falsedad en la que estรก hundido. Hoy parece imposible olvidarse de รฉl y del personaje tipo que ayudรณ a construir.

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Es escritor de cuento, poesรญa y ensayo. Maestro en Lengua y Literatura Hispanoamericana, por la UDLA Puebla. Actualmente produce y conduce el programa โ€œPerifonรญaโ€ (revista radiofรณnica especializada en


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