Si damos por paulinas las epรญstolas a Timoteo, Pablo tiene dos referencias deportivas para sustentar sus argumentos de salvaciรณn o condenaciรณn. โY tambiรฉn el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legรญtimamenteโ, escribe en 2 Timoteo 2:5. Aunque bien se sabe que a muchos deportistas se les premia sin que hayan presentado una lucha legรญtima. E incluso se llega a justificar la artimaรฑa si el resultado es el deseado o el atleta es endiosado. Peter Shilton fue el รบnico que no supo percibir la justicia divina en 1986; a nadie en el Estadio Olรญmpico le preocupรณ que el Sargento Pedraza adoptara la carrera en vez de la caminata en el รบltimo tramo de su competencia en 1968. Ejemplos los hay infinitos.
En su compilaciรณn de mรกximas de espartanos, Plutarco cita a Leรณn, hijo de Euricrรกtidas, diciendo que, al ver a los competidores en Olimpia tratando de sacar ventaja en la salida, exclamรณ: โยกCuรกnto mรกs los corredores se preocupan de la rapidez que de la justicia!โ.
ยฟY quรฉ hay de la rapidez de la justicia?
San Pablo no se preocupa por estas trampas, pues รฉl piensa en un รกrbitro al que no se puede engaรฑar. El VAR es una tecnologรญa primitiva si se le compara con el ojo de dios.
Su otra cita deportiva es aun mรกs olรญmpica. Estรก en 1 Corintios 9. โBien saben ustedes que de todos los que participan en una competiciรณn atlรฉtica, sรณlo uno recibe el premio. ยกCorran como para ganar! Y ya ven de cuรกntas cosas se privan los que se entrenan con vistas a una prueba deportiva. Ellos lo hacen para conseguir una corona que se marchita; nosotros, en cambio, aspiramos a un trofeo imperecedero. En cuanto a mรญ, no corro a ciegas, ni lucho como quien da golpes al aire. Si golpeo mi cuerpo con rigor y lo someto a disciplina, es porque yo, que he proclamado a otros el mensaje, no quiero quedar descalificadoโ.
Estas palabras recuerdan el texto homรฉrico del momento en que Aquiles persigue a Hรฉctor, pues aquรญ tampoco se compite por una corona que se marchita: โDelante huรญa un valiente, pero uno mucho mejor lo perseguรญa aprisa: no era la vรญctima de un sacrificio ni una bovina piel por lo que competรญan, premios comunes en las carreras humanas, sino que corrรญan por la vida de Hรฉctor, domador de caballosโ. Le dan cuatro vueltas a Troya y, segรบn mis cรกlculos, esto equivale a correr ocho kilรณmetros en terreno difรญcil. Si Aquiles no le dio pronto alcance, entonces no era tan veloz, o quizรกs a Hรฉctor le ayudaba Apolo o el miedo. Lo cierto es que ambos tenรญan capacidades de fondistas.
Los corintios sabrรญan mucho de competencias por ser la sede de los juegos รญstmicos, que habรญan de ser cosa grande, pues Pausanias nos cuenta que con motivo del evento โse reunieron en Corinto casi todos los hombres mรกs famosos del universoโ; y, aunque no lo sรฉ de cierto, supongo que de aquรญ parte la idea de que un equipo de futbol de Sรฃo Paulo o San Pablo se llame Corinthians.
Por su parte, no parece que Jesucristo tuviese una cultura deportiva. Correr era poco elegante, pues habรญa que arremangarse la tรบnica. El renacimiento se inclinรณ por darle un cuerpo atlรฉtico en la cruz, pero en las primeras crucifixiones, como la de Gero, luce panzรณn y de pecho flรกcido. En cuestiรณn de deportes, triunfรณ lo griego sobre lo cristiano. Digo con palabreo que el Cristiano con mรกs seguidores es Cristiano Ronaldo, que cuenta setenta veces mรกs que el papa cristiano. Los goles se celebran con mรกs grande fervor que la resurrecciรณn, si bien muchos futbolistas rezan para anotar el gol o parar el penalti.
Cuando corro me vienen mรกs epifanรญas que cuando rezo. Ahora escribo esto reciรฉn llegado de correr. Parafraseando a Hรฉctor Viel Temperley, โvengo de correr y estoy en รฉxtasisโ.
Me encuentro en Cracovia y ciertamente esta ciudad tiene muchas rutas agradables para correr. Hoy hice mi sprint final por el dique del rรญo Rudawa, paralelo a la calle Emaus. Cualquier catรณlico conoce el nombre de esta calle. โPor la calzada de Emaรบs un peregrino iba conmigo, no le conocรญ al caminar, ahora sรญ, en la fracciรณn del pan.โ Esa fracciรณn del pan la pintรณ muy bien Caravaggio.
Ninguna mรกxima justifica tan categรณricamente el รญmpetu por hacer ejercicio como la de Juvenal: โMens sana in corpore sanoโ. La famosa canciรณn de Radiohead se aproxima: โI want a perfect body, I want a perfect soulโ. Acaso estos rockeros piensan en una vanidad externa y, a edades mรกs avanzadas, se piensa en la interna.
Cito a uno de mis personajes que lo dijo bien: โDe joven, tu cuerpo es lo que se ve; cuando vas envejeciendo, eso se vuelve solo la cรกscara, y tu verdadero cuerpo lo llevas por dentro; ahรญ donde algo se puede averiarโ.
Relegada la vanidad externa, el perfect body tiene un corazรณn que bombea bien, unos riรฑones que no se cansan de limpiar y dar esplendor, un rubicundo apetito amoroso, una tiroides que no escatima su manรก, un aparato general que me permita cada dรญa tres cervezas, una botella de vino y al menos un trago de tequila, que reciba impunemente una abundancia de tacos y salsas picantes. Especรญficamente el dรญa de hoy en Polonia, espero que mi cuerpo apruebe con agrado una buena dosis de vodka y la enorme golonka que se estรก cocinando poco a poco en el horno.
Siempre he tenido a don Quijote como mi maestro, pero uno de sus sabios consejos lo paso sin ver: โCome poco y cena mรกs poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estomagoโ. En estas cosas, el gran maestro clรกsico es Lรบculo. ~
(Monterrey, 1961) es escritor. Fue ganador del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2017 por su novela Olegaroy.