La tarde del 11 de septiembre de 2001, aรบn no estaba claro quรฉ aviones sobrevolaban quรฉ zonas, cuรกl era exactamente el alcance de la amenaza terrorista ni si el atentado al World Trade Center tendrรญa rรฉplicas en otros paรญses occidentales contra aglomeraciones de poblaciรณn civil. Nada de eso impidiรณ que la UEFA decidiera seguir adelante con su idea de inaugurar ese mismo dรญa una nueva ediciรณn de la Champions League y mantuviera en el horario previsto el partido entre el por entonces campeรณn, el Real Madrid, y uno de los aspirantes, la AS Roma, en el Estadio Olรญmpico de la capital italiana.
Aquello fue como mรญnimo una muestra de poco tacto y al extremo un riesgo innecesario para la seguridad de todos los implicados en el encuentro. Un adelanto de lo sucedido este miรฉrcoles en Dortmund. En este caso, no hablamos de amenaza sino de realidad: el autobรบs del equipo alemรกn habรญa sufrido un atentado menos de veinticuatro horas antes y uno de sus jugadores habรญa acabado en el quirรณfano. La policรญa confirmรณ que la cosa iba en serio, vinculรณ la explosiรณn a uno de los tantos โlobos solitariosโ del ISIS encargados de aterrorizar Europa y no descartรณ posibles repeticiones.
ยฟQuรฉ hizo la UEFA al respecto? Apelar al โshow debe continuarโ y obligar al equipo de Dortmund a superar el trauma de la amenaza de muerte deprisa y corriendo y saltar al campo a jugarse contra el Mรณnaco el pase a semifinales. A la media hora iban perdiendo 0-2, como es lรณgico. Puede que en otras circunstancias el resultado hubiera sido el mismo porque el Mรณnaco estรก demostrando ser un equipo temible en esta ediciรณn, pero siempre quedarรก la duda. Hay quien dice que la mejor manera de combatir el terror es ignorarlo, seguir con nuestra vida como si nada. Ahora bien, pedรญrselo a las vรญctimas parece un exceso de optimismo. Te intentan matar el martes por la noche y el miรฉrcoles por la tarde, a darlo todo en la cancha…
No fue el Borussia Dortmund-Mรณnaco el รบnico partido que deberรญa haber sido cancelado. A unos cientos de kilรณmetros jugaba el Bayern de Munich y Real Madrid sin saber si lo del dรญa anterior habรญa sido una excepciรณn o formaba parte de un plan mรกs complejo. El consejo de la UEFA a los jugadores del Madrid rozรณ el esperpento: โQue se agachenโ. A los del Bayern les debieron de decir algo muy semejante.
El caso es que el partido se jugรณ y los madridistas ganaron una vez mรกs a la que no hace tanto era su gran bestia negra. Buena culpa de ello la tuvo Cristiano Ronaldo. Sobre el portuguรฉs se ha escrito mucho en la รบltima dรฉcada y nada mรญnimamente sosegado. O era el mejor jugador sobre la tierra o era un patรกn que solo destacaba por su fรญsico. Es cierto que los inicios de Cristiano, sobre todo tras su traspaso al Madrid, tenรญan algo de excesivo: demasiada participaciรณn, demasiada involucraciรณn, demasiado individualismoโฆ acompaรฑado por un promedio de goles por partido realmente alucinante.
Por entonces, se reprochaba al portuguรฉs que le marcaba a los equipos menores de cinco en cinco pero siempre se arrugaba en los partidos grandes. Aquello, obviamente, era cuestiรณn de tiempo. Ahora que sus cifras no son tan escandalosas, hay que reconocer que sabe cuรกndo aparecer: el aรฑo pasado le metiรณ tres goles al Wolfsburgo que sirvieron para remontar una eliminatoria casi perdida; este aรฑo, tambiรฉn en cuartos de final, encarrilรณ con un doblete en Munich el paso a la siguiente ronda. Uno, que siempre ha sido muy de Messi, no puede sino reconocer lo obvio: nunca, en la historia, ha habido un goleador como Cristiano. Y ante eso, la entidad del rival a menudo tiene poco que ver: cuando aparece, aparece, y el resto poco puede hacer mรกs que apartarse.
Hubo otro factor importante en el partido: los encuentros de ida de cualquier eliminatoria destacan por la necesidad de calma y paciencia. Si no puedes arrasar, gana por la mรญnima; si no puedes ganar, empataโฆ y si no puedes siquiera empatar porque no tienes el dรญa, intenta dejar la eliminatoria abierta para la vuelta. Esto sirve, por cierto, tambiรฉn para casi todo lo que hacemos en nuestra vida. No lo vio asรญ el Bayern de Munich y sobre todo Javi Martรญnez. Despuรฉs de encontrarse con un 1-0 y penalti a favor en el descuento del primer tiempo, el Bayern soรฑรณ con la goleada. Todo saliรณ mal: Vidal fallรณ la pena mรกxima, Cristiano empatรณ apenas se reanudรณ el partido y a Martรญnez le dio un ataque de ansiedad al recordar que esa idรฉntica sucesiรณn de eventos les eliminรณ el aรฑo pasado ante el Atlรฉtico de Madrid. Donde el partido exigรญa prudencia y quizรก un 2-1 o incluso un empate, el navarro se liรณ a dar patadas y acabรณ en la calle en cuatro minutos, condenando a su equipo a una derrota que pudo ser mucho mรกs abultada.
Nadie maneja mejor esa necesidad de paciencia que el Atlรฉtico de Madrid. El Leicester tiene fama de equipo pesado, defensivo, que estรก dispuesto a aprovechar cualquier fallo del rival. Le pasรณ al Sevilla en octavos: se puso 2-0 muy pronto, quiso machacar con un 3-0 y acabรณ recibiendo gol y perdiendo en la vuelta. El Atlรฉtico tratรณ al Leicester como se merece: como se trata al campeรณn de la Premier League (es decir, con todo el respeto del mundo). 1-0 y ahora te toca a ti. Toma la pelota y a ver quรฉ haces con ella. Por supuesto, los aficionados esperarรญan una goleada, pero esas cosas no existen a estas alturasโฆ o no existen salvo que el Barcelona estรฉ de por medio.
Y es que uno ya no sabe cรณmo calificar lo del Barcelona esta temporada. Un continuo agonizar. Ya no es cuestiรณn de mentalidad ni de โtropezar en la misma piedraโ, como muchos dicen. El Barรงa perdiรณ 4-0 en Parรญs porque futbolรญsticamente no daba para mรกs y perdiรณ 3-0 en Turรญn, pese a jugar considerablemente mejor, porque no hay organizaciรณn en el campo y eso lo paga la defensa. Todo es un arriba y abajo a ver si la enganchan los tres de delante. El problema, como repetรญa Guardiola, es que tan rรกpido como la pelota va acaba volviendo con todo el mundo descolocado. El paraรญso para un equipo que se maneja tan bien al contraataque como la Juventus.
Apelar a la baja de Busquets como razรณn para la hecatombe tendrรญa sentido si no fuera porque Busquets jugรณ en Parรญs y no se supo nada de รฉl. Busquets es un director de orquesta, pero por eso mismo necesita un conjunto alrededor y no una colecciรณn de solistas. ยฟEs todo culpa de Luis Enrique? Bueno, desde luego las alineaciones del tรฉcnico no ayudan, pero la confecciรณn de la plantilla es la que es, con multitud de jugadores sobrevalorados fichados a golpe de talonario y un perfil que apunta a todo menos a la calma.
Porque hay que insistir: aquรญ se gana con calma y no con รฉpica. Cuidando los detalles y capeando temporales. La Juventus saliรณ a ganar 1-0, como el Atleti, y se encontrรณ con tres goles casi por puro accidente. Si no fueron mรกs probablemente se debiรณ a que los italianos no se creyeron que aquello pudiera ser tan fรกcil. Hicieron bien. Queda la vuelta y el Camp Nou y tres goles parecen ventaja suficiente como para andar pidiendo aรบn mรกs. En una semana saldremos de dudas.
(Madrid, 1977) es escritor y licenciado en filosofรญa. Autor de varios libros sobre deporte, lleva aรฑos colaborando en diversos medios culturales intentando darle al juego una dimensiรณn narrativa que vaya mรกs allรก del exabrupto apasionado.