Foto: flickr.com/photos/ingridt/39475389391, CC BY-NC 2.0

Los editores, EfiLibros y la vela de Macario

Para muchas editoriales independientes que enfrentan la grave crisis desatada por la pandemia, el EfiLibros, un estรญmulo fiscal, representaba cierta promesa de alivio. Sin embargo, la realidad se impuso sobre las buenas intenciones.
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Prima entre los editores una percepciรณn de su propia circunstancia que bien podrรญa ilustrar una emblemรกtica escena de la pelรญcula Macario, de Roberto Gavaldรณn, y es precisamente cuando, despuรฉs de haber escapado de las garras del Virrey, de Dios y del Diablo, Macario llega a la gruta de la Muerte en busca de su ayuda, pero esta no sรณlo se la niega, sino que le muestra una vela derrengada, de flama dรฉbil y titubeante, la vela que representa el tiempo que le queda al hombre que quiso comer bien una vez en su vida.

Asรญ se siente la grave crisis en la que ha entrado el mundo editorial, especialmente los editores independientes, tras la estrepitosa caรญda de las ventas, con confusas ferias de libro virtuales que no han encontrado una fรณrmula eficiente para seducir al pรบblico consumidor ni para continuar su trabajo como difusores culturales; novedades que se quedaron varadas a pie de imprenta y que difรญcilmente verรกn la luz; la ilusiรณn del libro electrรณnico como respuesta a todos los males (no lo fue antes, no lo ha sido ahora); librerรญas que destinan sus ingresos a asegurar su propia supervivencia, cuando no han optado por cerrar y liquidar sus inventarios; casas editoriales consumiendo recursos que no tienen; editores, correctores de estilo, diseรฑadores, ilustradores reclamando pagos que quiรฉn sabe si lleguen, autores que ignoran quรฉ ha pasado con sus librosโ€ฆ En fin, la crisis sanitaria puso en evidencia la extrema fragilidad de quienes dependen de la cadena de producciรณn del libro impreso, no solo en Mรฉxico sino en numerosos paรญses, y la respuesta de los gobiernos ha sido penosa, una especie de โ€œhay cosas mรกs importantes que atenderโ€.

Mรฉxico cuenta con una serie de programas y estรญmulos que, hasta cierto momento de la cuarentena, representaban una promesa, una luz al final del tรบnel para los editores independientes que, en realidad, no dependen de sus lectores ni de colectas, sino de la venta de libros y los apoyos que brinda el Estado. La realidad se impuso sobre las buenas intenciones. Por un lado, la disoluciรณn de los fondos y fideicomisos pรบblicos ha creado un ambiente de incertidumbre respecto a los procesos que deberรกn llevar a cabo instituciones como el extinto Fonca, ahora Sistema de Apoyos para la Creaciรณn y Proyectos Culturales. Por otro lado, los estรญmulos fiscales aplicados a las artes, o EfiArtes, actualmente administrados por Hacienda, el SAT y el INBA, que al fin se hicieron extensivos al รกmbito literario, tuvieron resultados alarmantes, a pesar de lo previsible, en su periodo ordinario: de los 200 millones de pesos que gracias al Artรญculo 190 de Ley del ISR pueden destinarse a las artes, solo se otorgaron $52,156,749.76, distribuidos en 30 proyectos respaldados por 43 inversionistas: diecisiete para EfiTeatro, seis en EfiMรบsica, cinco para EfiArtes Visuales, dos en EfiDanza, y cero para EfiLibros.

ยฟDeberรญa sorprender que no fuera aprobado ningรบn estรญmulo fiscal a proyectos de inversiรณn en la ediciรณn y publicaciรณn de obras literarias nacionales? No, la adiciรณn al Artรญculo 190 tomรณ por sorpresa a la mayorรญa de los editores, acostumbrados a encontrar en el Estado, en las instituciones educativas y pรบblicas, incluso en los propios autores a sus principales mecenas e inversionistas. El esquema de EfiArtes implica buscar alianzas con la iniciativa privada y trasladar hacia รฉsta la figura del mecenas. Por otra parte, la emergencia sanitaria inhibiรณ toda clase de gestiones con el sector privado y el abanico de posibles candidatos se redujo dramรกticamente: inversionistas que en marzo o en abril tenรญan la intenciรณn de respaldar la publicaciรณn de obras, o que solรญan apoyar a EfiArtes, ahora estรกn en nรบmeros rojos o han concentrado sus recursos financieros en la recuperaciรณn de sus propias empresas.

Para entender de quรฉ se habla cuando nos referimos a estรญmulos fiscales, comenzarรฉ por el principio. En 2004 se decidiรณ apoyar al cine mexicano mediante un esquema de inversiรณn indirecto a travรฉs de un mandato de ley, el cual facilita la obtenciรณn de recursos para la industria cinematogrรกfica a travรฉs de crรฉditos fiscales, no para el realizador, sino para el potencial inversionista, quien recupera su aportaciรณn รญntegra, que, bajo ciertas condiciones (que tienen que ver con el tope de los montos, el porcentaje de ISR que se le puede acreditar, el historial de la empresa ante el SAT, y otros factores), se le descuenta de sus impuestos. Esto es: si un realizador necesita 20 millones de pesos para echar a andar su pelรญcula, EfiCine le garantiza al inversionista, llamado Contribuyente Aportante, que no perderรก un solo peso porque en vez de darle al SAT un porcentaje de sus impuestos, se los darรก directamente a un proyecto cultural. Esta inversiรณn no debe suponerse a fondo perdido, pues se espera que la misma industria cultural recupere con creces este recurso mediante la recaudaciรณn fiscal que se derive del proyecto de inversiรณn. Pero ocurrรญa que, contando ya con los fondos para producir, los proyectos se veรญan en dificultades para cumplir con su fin รบltimo, la exhibiciรณn, debido a los altos costos de distribuciรณn, asรญ que a partir de 2014 se ampliรณ el estรญmulo fiscal para cubrir este aspecto, completando de esta manera el cรญrculo virtuoso del apoyo.

El estรญmulo fiscal al cine naciรณ con la intenciรณn de โ€œreactivar a las industrias culturales de Mรฉxicoโ€, y con este mismo argumento la comunidad teatral se acercรณ entonces al Conaculta para que se promoviera un estรญmulo similar destinado a la producciรณn escรฉnica. La iniciativa se aprobรณ en 2011, teniendo ya en la mira la inclusiรณn de las otras disciplinas artรญsticas. Las diferentes iniciativas de reforma que se han presentado al Artรญculo 190 de la Ley del ISR son de lo mรกs variadas, aunque en el fondo han buscado lo mismo: replicar el modelo de EfiCine con la intenciรณn de crear fuentes de empleo, reforzar la cadena productiva del arte y promover la cultura.

No fue sino hasta 2016, ya conformada la Secretarรญa de Cultura, cuando se presentรณ la coyuntura para ampliar este recurso. La propuesta que finalmente fue aprobada buscaba favorecer los โ€œproyectos de inversiรณn en la producciรณn nacional de artes plรกsticas, danza, obras literarias y mรบsicaโ€, adicionando un 190 Bis a la Ley del ISR. Al final, el estรญmulo fiscal se consolidรณ dentro del correspondiente a EfiTeatro, convirtiรฉndose de esta manera en EfiArtes; el rubro correspondiente a literatura se introdujo en diciembre de 2019, tras dos aรฑos de operaciรณn y con un remanente de 40 a 60 millones de pesos por ejercicio. El aumento de la asignaciรณn presupuestal no representarรญa, con la inclusiรณn de las publicaciones literarias, un riesgo adicional al fisco. Bajo este modelo de inversiรณn, ademรกs del presupuesto asignado anualmente a Cultura, el gobierno deja en manos de los contribuyentes el empleo de 900 millones de pesos a las industrias culturales: 650 a la producciรณn cinematogrรกfica, 50 a su distribuciรณn, y 200 a las otras artes.

Como todo apoyo, los estรญmulos fiscales tienen sus reglas y lineamientos de aplicaciรณn y operaciรณn. Lamentablemente, EfiLibros aรบn estรก lejos de convertirse en un apoyo que en verdad represente un oasis para los editores y no un mero espejismo, empezando por el hecho de que se considerรณ que un proyecto de inversiรณn en la โ€œediciรณn y producciรณn de una obra literariaโ€ equivale a un libro y no a un programa editorial. Esta limitada comprensiรณn tiene como resultado que un libro puede ser beneficiado con medio millรณn de pesos para cubrir exclusivamente gastos de ediciรณn y producciรณn, y cada Empresa Responsable del Proyecto de Inversiรณn (o ERPI) solamente puede aspirar a que dos proyectos sean aprobados. Para dimensionar tal desatino, basta con volver la vista al Programa de Coinversiones y Apoyos a Proyectos Culturales del ex Fonca, que en la modalidad de Coinversiรณn otorga hasta 400 mil pesos a los editores para la publicaciรณn de una o mรกs obras.

Ademรกs, hay cuestionables restricciones de participaciรณn para los escritores, ya que se asume que un autor que ha publicado en el extranjero no requiere de este apoyo, pues se le considera un autor consolidado. Veamos: ocurre que a un amigo poeta lo invitaron a Espaรฑa a una especie de congreso polรญtico, intelectual y artรญstico; en Valencia conociรณ a otro poeta que, ademรกs, es editor; trabaron cierta amistad y publicรณ un librito. Este amigo poeta, que podrรญa ser Octavio Paz en 1937, no podrรญa publicar Libertad bajo palabra, uno de sus libros mรกs relevantes, con este apoyo. Tener obra publicada en el extranjero, el dรญa de hoy, puede ser tan azaroso como el caso de Paz; y puede suceder que un desastre como esta pandemia impida la publicaciรณn de una obra con la trascendencia de Libertad bajo palabra. Pero estos son supuestos, la realidad es que los libros de los escritores viven en medio de un mercado feroz y volรกtil, donde tres, cuatro meses es el periodo de exhibiciรณn de una novedad literaria en los puntos de venta; despuรฉs, la frรญa oscuridad de los anaqueles, las devoluciones, los almacenes, la venta hormiga en ferias y de mano en mano. Consagrado o no.

Estas pautas, que aspiran a ser candados para asegurar que el estรญmulo fiscal llegue a quien lo necesita, revelan que Hacienda, Cultura y la Cรกmara de Diputados no tienen claridad en cuanto a quiรฉn es el verdadero beneficiario: la obra, el autor, el editor. Cuando se propone favorecer al teatro, no hay duda de que se trata de un todo que implica al libro dramรกtico, el montaje, vestuario, actores, etcรฉtera. Lo mismo ocurre con la โ€œediciรณn y producciรณn de una obra literariaโ€, implica al autor, al corrector, diseรฑadores, impresoresโ€ฆ Y distribuidores y libreros, tambiรฉn.

De acuerdo con la iniciativa que permitiรณ esta reforma, EfiLibro tiene como objetivo โ€œapoyar la creaciรณn literaria e impulsar el surgimiento de nuevas propuestasโ€, es decir, beneficiar al รบnico que no puede optar por el estรญmulo: el autor, en vez del editor. El objetable argumento es que las editoriales no apuestan por los nuevos valores ni por propuestas diferentes, que sรณlo publican a escritores consagrados y obras redituables. Prejuicios y frases hechas que, ademรกs de ser falso, revelan el total desconocimiento del mercado del libro, porque poner a la venta un libro sobre el cual hay poca expectativa de venta tiene un costo muy alto, aunque su producciรณn no le haya costado un solo peso al editor. ยฟY quรฉ se debe entender por โ€œautores consagradosโ€? ยฟEl Sistema Nacional de Creadores, los autores que publican en corporativas trasnacionales? ยฟHay alguna lista negra de escritores que no deben recibir apoyos del Estado porque son exitosos? En fin, las editoriales, continรบa el Ejecutivo Federal, prefieren invertir en libros que se puedan vender (โ€œde consumo rรกpidoโ€, precisan) y no en las obras que no se venden; por ello, desde el Artรญculo 190 se propone respaldar a esta legiรณn de escritores inรฉditos en otros paรญses, con la esperanza de que esta apertura aliente la creaciรณn y se amplรญe nuestra oferta literaria.

EfiLibro tiene una visiรณn romรกntica de los autores. No basta con la publicaciรณn del libro, hay que promoverlo, hay que venderlo. Es insultante seguir pensando en el escritor y su obra como entidades que no reportan beneficio, como parรกsitos que hay que alimentar con pastelillos. Si EfiLibro pretende ser un factor para reactivar la industria editorial, tiene que ampliar las fronteras que actualmente se ha planteado desde la Ley, las Reglas Generales y sus Lineamientos de Operaciรณn, y, sobre todo, debe discutirse con los editores para conocer cuรกles son sus necesidades reales, porque estรก claro que, tal como ahora funciona este estรญmulo, las desconocen quienes tienen la responsabilidad de asignarlo.

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Director editorial de Universo de Libros y autor de la novela El capitรกn implacable (Alfaguara Juvenil, 2018), entre otros.


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