Juan Villoro tiene razรณn cuando dice que Dios es redondo. Por suerte, yo soy ateo. Mas no deja de interesarme este deporte por sus efectos sociales, polรญticos, econรณmicos y religiosos. El รบltimo partido que intentรฉ ver fue el Mรฉxico-Brasil en el mundial de Rusia. Cuando Neymar comenzรณ a hacer unas estrafalarias cabriolas de dolor, apaguรฉ el televisor. โNo mรกsโ, me dije, y me fui a la plaza de toros.
Ayer leรญ una nota que me sorprendiรณ. Un famoso comentarista deportivo celebraba como โuna muy buena noticiaโ la creaciรณn del Fan ID. Pensรฉ que habรญa ironรญa en sus palabras, pero no.
Segรบn la nota: โAl comprar un boleto, se tendrรก que registrar el aficionado, meter sus datos e incluso una selfie, con el objetivo de no hacer un INE y encontrar fotografรญas de mesas, sillas, escritorio, etc.; despuรฉs, vendrรก el proceso para registrarse y poder entrar a los partidos. El sistema arrojarรก un QR que se presentarรก junto con una identificaciรณn en la puerta de acceso del Estadio Azteca, donde deben respetarse los nรบmeros de asiento que fueron adquiridosโ.
No entendรญ eso de las mesas y sillas, pero veo que entre el orden y la libertad, cada vez mรกs se estรก optando por el orden, la sumisiรณn y el castigo. โCon este controlโ, dice la nota, โa quien grite se le sacarรก del estadio.โ Espero que no se refiera a gritar ยกgol!
Precisamente en aquel mundial de Rusia, a la podrida Fifa le dio por censurar a los aficionados mexicanos por el famoso grito de โeh putoโ y comenzรณ a llamรกrsele โgrito homรณfoboโ, cuando en su origen nada tenรญa de homofobia. Las redes sociales y memes apoyaron abrumadoramente el grito. La actitud mayoritaria de deportistas, columnistas, directivos e intelectuales en aquel entonces fue defender el grito. El estadio era un espacio de libertad, y el grito, una travesura pueril.
Muy sabiamente, Hรฉctor de Mauleรณn escribiรณ: โDoble moral: la Fifa quiere prohibir un grito que le parece homofรณbico pero da sede del mundial a Qatar, donde ser gay es ilegalโ.
El grito lo defendiรณ Miguel Herrera, que entonces era el entrenador nacional, asรญ como Hรฉctor Gonzรกlez Iรฑรกrritu, al decir que se trata โde una expresiรณn normal que se ha hecho costumbre. Cada futbol tiene sus costumbres y esa es una de las nuestrasโ.
Varios escritores recurrieron a la mรกxima de Terencio, โHomo sum, humani nihil a me alienum putoโ. Yo escribรญ que era preferible el grito de marras que las vuvuzelas del mundial de Sudรกfrica. Y siempre podรญa recurrirse a tal palabra en femenino o masculino como mera expresiรณn. Cuando Sancho Panza dice โy la cabeza cortada es la puta que me pariรณ, y llรฉvelo todo Satanรกsโ, ni siquiera estรก pensando en su madre. Tal como en la misma novela explica el escudero del Bosque que esa palabra no ha de ser a fuerza ofensiva, pues: โCuando alguna persona hace alguna cosa bien hecha, suele decir el vulgo: ยซยกoh hideputa puto, y quรฉ bien que lo ha hecho!ยปโ.
Molotov tiene una canciรณn con ese tรญtulo y varias veces explicaron por quรฉ la letra no es homรณfoba. Pero igual los fueron reprobando cada vez mรกs en ese su primer disco con portada que tambiรฉn se volviรณ incorrecta, aunque hay que decir que โGimme tha powerโ se ha vuelto mรกs actual.
Hoy no puedo defender el famoso grito, puesto que se perdieron a golpe de fifazos todas las posibles acepciones y excusas para tal bisรญlabo, y se le condenรณ a bailar irremisiblemente con el adjetivo โhomรณfoboโ. Bien se conoce la mรกxima goebbeliana de la repeticiรณn. Simplemente quiero hacer notar eso mismo: lo que era un grito inocente se volviรณ pecado, luego delito deportivo. La propaganda funciona; por algo se invierte millonadas en ella. Los aficionados estรกn ahora dispuestos a ceder su libertad y anonimato. Regalarรกn a la Federaciรณn de Futbol datos personales que terminarรกn vendidos a empresas comerciales.
Es un grano de libertad que se pierde a nombre de causas justas. Tal como perdemos otros granos de independencia por muchas otras causas nobles, correctas e indiscutibles.
Mi alejamiento del futbol es tal, que no sรฉ si aรบn se permita insultar al รกrbitro.
En Qatar no usan el grito, pero sรญ el yugo de la ley. Los migrantes que han ido a trabajar allรก en condiciones vejatorias para construir los templos de la Fifa han tenido que pasar por ciertas pruebas fรญsicas y mรฉdicas tambiรฉn vejatorias para demostrar que no son homosexuales. Tal experiencia puede narrarse con las palabras de Ibargรผengoitia:
Me vestรญ y salรญ tambaleรกndome. En el pasillo me encontrรฉ a Sarita ataviada con una especie de mandil, que al verme (supongo que yo estaba muy mal) me preguntรณ quรฉ me pasaba.
โMe metieron el dedo. Dos dedos.
โยฟPor dรณnde?
โยฟPor dรณnde crees, tonta?
Se sabe que en Qatar no hay democracia ni libertad de expresiรณn ni de pensamiento ni de culto. Que las mujeres no son enteramente libres. Menos aรบn los homosexuales. El adulterio puede llevar a la pena de muerte, tal como desencantarse de Allah. Los poetas van a prisiรณn. Una noche de copas se castiga con al menos cuarenta latigazos. Campea el trรกfico de mujeres. Existe la esclavitud y el amo tiene derecho de golpear a sus esclavos. Los obreros migrantes trabajan en condiciones semejantes a la tortura. Tan malas son sus condiciones que hace un aรฑo ya habรญan muerto 6,500 de los peones que construyen las instalaciones para el mundial. Falta ver cuรกntos se suman. Por si fuera poco, en ese mundialucho estarรกn prohibidas las Chiquitibum y las Larissas Riquelme.
Pero ya Qatar repartiรณ suficiente dinero para que esto no le importe a Infantino & Co. Y no ha de importarle a nadie mientras se callen los mexicanos y ruede el omnipotente dios redondo.
(Monterrey, 1961) es escritor. Fue ganador del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2017 por su novela Olegaroy.