El futuro ya no es lo que era antes

Lecciones económicas del 2012.
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Ese es el brillante y surrealista título de un álbum musical que describe perfectamente el punto coyuntural en el que parece estar la economía mundial. 2012 nos dejó lecciones importantes: 1) la economía estadounidense tiene una resistencia sorprendente y 2) la imprenta de los bancos centrales puede funcionar por un largo rato como un bálsamo que adormece –sin curar- heridas graves.

2012 fue el año de la política, con cambios de manos en el poder: Estados Unidos, China, Francia y México, entre otros. En 2013 se reflejarán las secuelas de esas luchas por el poder y en Estados Unidos la primera es el llamado “abismo fiscal”. Escribo esto a diez días de que se llegue al punto límite para que legislativo y ejecutivo de EUA lleguen a un acuerdo fiscal que evite se disparen una serie de ajustes automáticos que incrementarán las tasas impositivas y reducirán el gasto público de una forma que garantizaría una nueva recesión.

Parece poco probable que políticos de uno u otro bando estén dispuestos a cometer ese harakiri, aunque bien podría llegarse a la fecha límite sin acuerdo. En ese caso, seguramente, se llegaría a un arreglo en los primeros días de enero. Es importante recordar que lejos de que la atención esté en el debate sobre plataformas económicas alternativas (los demócratas queriendo corregir el déficit mediante mayor cobro de impuestos y los republicanos buscando hacerlo con un menor gasto público), el foco principal de los políticos está en debilitar a toda costa al partido contrario para las elecciones legislativas de 2014. Como dos niños cuya lucha termina cuando uno de ellos se rinde, los demócratas quieren que los republicanos acepten, por primera vez en treinta años, un aumento de impuestos; y los republicanos quieren que los demócratas concedan, por primera vez en más de veinte años, que dado que los sistemas de beneficencia social están quebrados, deben ser redefinidos. Todo apunta a que los demócratas lograrán una pírrica victoria haciendo algunas concesiones mucho menores que las que ofrecieron hacer hace un año.

Pero, el problema de fondo del gobierno de Obama prevalece: ¿cómo generar los indispensables empleos en medio de un entorno poco favorable de crecimiento mundial, cuando los problemas estructurales de la economía estadounidense empiezan a aflorar? China crecerá menos y 2013 será un año de crecimiento moderado para los llamados BRIC’s (Brasil, Rusia, la India y China). La economía europea será un lastre relevante conforme Francia entra en recesión y Alemania amenaza con seguir el mismo camino. La economía estadounidense difícilmente crecerá en más de 2%.

Las empresas estadounidenses mostraron una extraordinaria capacidad para adaptarse a un entorno complejo. Generaron utilidades sorprendentemente altas al incrementar su productividad –afectando al empleo- y reenfocándose a mercados emergentes con mayor crecimiento. Sin embargo, ese proceso parece haberse agotado. Desafortunadamente, es poco probable que la demanda estadounidense se recupere en forma significativa debido a importantes factores estructurales.  Su población envejece y el alto nivel de endeudamiento del gobierno y de las familias requerirá de un largo proceso de austeridad y desendeudamiento. El enorme lastre de la deuda no ha causado demasiado daño solo porque su costo está en un mínimo histórico. Algún día las tasas de interés regresarán a niveles normales ya sea porque la situación mejora y la demanda por crédito aumenta, o porque empeora y se percibe que el riesgo de prestar es mayor. A pesar de que ese día no parece estar cerca, es indispensable generar crecimiento –e inflación- para amortiguar el golpe.

Como dije antes, la única alternativa que tiene el gobierno estadounidense está en recuperar la capacidad manufacturera del país. Para hacerlo, tendrán que explotar dos ventajas comparativas fenomenales: el acceso a energía extraordinariamente barata y la enorme capacidad de innovación de Silicon Valley. El acceso estadounidense a shale gas a costos equivalentes a la quinta parte de lo que Europa paga por el gas ruso le dará una enorme ventaja para el desarrollo de manufacturas a costos internacionalmente competitivos. Como dije antes, dada la estrecha integración industrial propiciada por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, ese crecimiento generará enormes inversiones y desarrollo de capacidad industrial en México. Si México además logra una reforma energética el beneficio crecería exponencialmente.

México se presenta como la gran oportunidad internacional de 2013[1], pero me parece está recibiendo la luz del reflector prematuramente. Esto ocurre por varias razones. Primero, porque hay una colosal liquidez buscando acomodo en un mundo en el que invertir en bonos es cada vez más riesgoso y menos rentable. Segundo, porque se está moviendo mucha capacidad industrial de China a México y mucha inversión de portafolios de Brasil a México. Pero, se ve con ligereza el difícil trayecto que tendrán que recorrer las reformas que ha planteado la administración de Enrique Peña Nieto. Como dice el lúcido economista Luis de la Calle:

la mejor forma de medir la potencial efectividad de las reformas propuestas es viendo el tamaño de las protestas públicas que provocan; a mayor protesta, más relevancia.

Nunca ha existido un poder fáctico con el aplomo para ver que le quitan poder sin defenderse como gato boca arriba. Por ello, si no hay una lucha política encarnizada, simplemente nos están tomando el pelo y lo propuesto no cambia nada de fondo. El proceso será todo menos sencillo.

Además, habrá que ver cómo evoluciona el peso mexicano en un escenario tan optimista. Brasil perdió competitividad internacional al ponerse de moda porque vivió una apreciación de su moneda con respecto al dólar de alrededor de 75%. Por ello, los inmuebles en Sao Paulo están entre los más caros del mundo, y los ejecutivos brasileños perciben ingresos en dólares superiores a sus similares en Londres y Nueva York. Evidentemente, los mercados se anticipan a estos procesos y por ello la bolsa en México ha dado un rendimiento de 38% en dólares en los últimos tres años, mientras que la brasileña ha perdido 27%. Por ello, hay que tener cuidado de la tentación de perseguir modas. En Brasil y China se perdieron fortunas en años recientes, a pesar de ser países que se pusieron de moda.

En el mejor de los casos, durante 2013 Europa podría sobrevivir sin confrontar sus problemas estructurales (tarde o temprano tendrán que hacerlo, pero parecen dispuestos a postergar el trago amargo). Alemania seguirá dispuesta a financiar a Grecia para evitar contagios en España e Italia, mientras que el Banco Central Europeo dará un aval ilimitado y seguirá imprimiendo los euros que sean necesarios para adquirir cuantos bonos se pongan a la venta, evitando así un encarecimiento excesivo del crédito griego, italiano, español y, eventualmente, francés. Sin embargo, siguen renuentes a conformar una unión bancaria real, a mutualizar la deuda, o a ir hacia una unión fiscal. En el corto plazo, los riesgos provendrán de un agotamiento político en los países forzados a la austeridad eterna. La coalición griega puede desmoronarse y las protestas pueden intensificarse tanto ahí como en España. Alemania hará lo necesario para llegar en paz a las elecciones federales de septiembre(cuando se determinan los 600 miembros del 18º Bundestag, el parlamento). Angela Merkel quiere reelegirse y mientras no haya caos, tiene una alta probabilidad de lograrlo.

En mi opinión, uno de los mayores riesgos para el año está en Medio Oriente. El gobierno israelí radicalizará sus posiciones apoyado en el relativo éxito del sistema antimisiles “Domo de Hierro” que los protegió de la andanada de proyectiles lanzados desde Palestina. Esa sensación de invulnerabilidad ha incrementado la presión política de los grupos más conservadores para asumir una posición más dura en la región, lo cual podría provocar un conflicto con Irán en 2013. Esto sería por demás inoportuno pues cualquier incremento en el precio del petróleo tendría un impacto negativo en las economías de Europa, EUA y China.

Ya veremos qué nos depara el 2013, número controversial en muchas culturas, una vez que sobrevivamos las mal interpretadas profecías mayas. Para ellos, parece, este momento marcaba un nuevo inicio y no un abrupto final. Ojalá que así sea y que está lleno de progreso, prosperidad, sabiduría y oportunidades. Por lo pronto, aprovecho para desearle que sea un año lleno de realización personal y que recuerden todas las cosas que son más importantes que la economía y los mercados.

 



[1]Además de México, Perú y Colombia deben beneficiarse de la redistribución de activos en mercados emergentes.

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Es columnista en el periódico Reforma.


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