La EspaƱa de Vox

El partido defiende un paĆ­s ficticio, de novela histĆ³rica, y sus hĆ©roes nacionales estĆ”n tan alejados de la EspaƱa contemporĆ”nea que podrĆ­a decirse que ya no son ni espaƱoles.
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El nacionalismo espaƱol existe, pero durante aƱos ha tenido mĆ”s presencia en analogĆ­as con el nacionalismo catalĆ”n que en la realidad. Desde una izquierda mĆ”s o menos complaciente con el independentismo, seƱalar un nacionalismo espaƱol era una manera de diluir las culpas del procĆ©s, que no serĆ­a mĆ”s que una disputa entre nacionalismos. Si Torra ha definido a los catalanes castellanoparlantes como ā€œbestias carroƱeras, vĆ­boras, hienas con una tara en el ADNā€, el exministro de EducaciĆ³n JosĆ© Ignacio Wert dijo que habĆ­a que ā€œespaƱolizar a los niƱos catalanesā€ y la guardia civil que fue enviada a CataluƱa gritĆ³ ā€œa por ellosā€. Las culpas repartidas.

Es, por supuesto, una falsa dicotomĆ­a. El nacionalismo catalĆ”n es un proyecto supremacista de construcciĆ³n nacional. El espaƱol, en cambio, suele ser una postura melancĆ³lica e inofensiva, mĆ”s un exabrupto que una doctrina coherente. No ha habido todavĆ­a un partido espaƱol que haya llevado tan lejos el odio al otro como los partidos independentistas.

La victoria de Vox en AndalucĆ­a cambia ligeramente este diagnĆ³stico. El partido crecerĆ” en 2019, tanto a nivel autonĆ³mico y local como europeo. En las elecciones al Parlamento europeo posiblemente obtenga un resultado muy positivo (gracias al sistema de circunscripciĆ³n Ćŗnica y a la idea de que son unas elecciones mĆ”s o menos ā€œexperimentalesā€, en las que el votante se atreve con propuestas heterodoxas). Esto darĆ” municiĆ³n a los independentistas: EspaƱa, al fin, tiene a nacionalistas de verdad en las instituciones, tal y como deseĆ”bamos. Son como nosotros: sentimentales, supremacistas y victimistas, con hambre de Ć©pica.

Vox no habla de EspaƱa en tĆ©rminos de patriotismo constitucional, sino de identidad nacional. En sus medidas, en sus mĆ­tines, en su propaganda hay un complejo de inferioridad, una especie de sĆ­ndrome de imperio perdido (Ā”siglos despuĆ©s!) y un impulso autoritario. La prosperidad llegarĆ” gracias a la autoestima nacional. Su tercer punto del documento ā€œ100 medidas para la EspaƱa vivaā€ habla de ā€œDotar de la mĆ”xima protecciĆ³n jurĆ­dica a los sĆ­mbolos de la naciĆ³n, especialmente la Bandera, el Himno y la Corona. Agravamiento de las penas por las ofensas y ultrajes a EspaƱa y sus sĆ­mbolos o emblemas. Ninguna afrenta a ellos debe quedar impuneā€. En el punto 8, propone un ā€œplan integral para el conocimiento, difusiĆ³n y protecciĆ³n de la identidad nacional y de la aportaciĆ³n de EspaƱa a la civilizaciĆ³n y a la historia universal, con especial atenciĆ³n a las gestas de nuestros hĆ©roes nacionalesā€.

Para Vox, la identidad nacional es algo eterno y rĆ­gido. El partido defiende una ā€œEspaƱa vivaā€ que realmente es una EspaƱa muerta. Como dice el filĆ³sofo Tzvetan Todorov, ā€œsolo las naciones muertas han adquirido una identidad inmutableā€. Al construir una identidad espaƱola tan cerrada, Vox descarta muchos tipos de ser espaƱol: los verdaderos patriotas son cuatro, rodeados de traidores.

Sus hĆ©roes nacionales estĆ”n tan alejados de la EspaƱa contemporĆ”nea que podrĆ­a decirse que ya no son ni espaƱoles. La EspaƱa de los Reyes CatĆ³licos, de la ā€œespada y la cruzā€ como dice su secretario general, Javier Ortega Smith, de Blas de Lezo y Fernando III, no le dice nada al espaƱol contemporĆ”neo. Tampoco las arengas sobre ā€œderramarā€ sangre por EspaƱa, que no estĆ” en guerra con nadie. Los polĆ­ticos de Vox combinan la clĆ”sica exploraciĆ³n del ā€œserā€ espaƱol con una fascinaciĆ³n adolescente por las hazaƱas bĆ©licas y el heroĆ­smo (los cuadros realistas de Ferrer-Dalmau, los libros amateur autoeditados de Blas Lezo).

Ortega Smith despidiĆ³ el aƱo con lo que Ć©l llama ā€œbrindis de AcuƱaā€, un poema que recita uno de los personajes de la obra de teatro En Flandes se ha puesto el sol, de Eduardo Marquina : ā€œespaƱol a toda vena/ amĆ©, reƱƭ, di mi sangre/ pensĆ© poco, recĆ© mucho […] Ā”Por EspaƱa!/ y el que quiera defenderla/ honrado muera/ y el traidor que la abandone/ no encuentre quien le perdone/ ni en Tierra Santa cobijo/ ni una cruz en sus despojos/ ni la mano de un buen hijo/ para cerrarle los ojosā€. Ortega Smith omite en su brindis que estĆ” citando una obra de ficciĆ³n. No es incoherente con la ideologĆ­a del partido, que defiende una EspaƱa de ficciĆ³n, de novela histĆ³rica. Su nacionalismo estĆ” tan alejado de la realidad de su paĆ­s que difĆ­cilmente se les puede considerar patriotas.

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Ricardo Dudda (Madrid, 1992) es periodista y miembro de la redacciĆ³n de Letras Libres. Es autor de 'Mi padre alemĆ”n' (Libros del Asteroide, 2023).


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