Foto: JosĆ© RamĆ³n Ladra / ABC

Enrique Krauze: “EspaƱa no ha reconocido la heroicidad mexica”

"La polƭtica nunca tiene las respuestas correctas, las tiene la historia", dice Enrique Krauze en esta entrevista concedida al diario espaƱol ABC, de la cual reproducimos un fragmento.
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Desde niƱo, el pasado fue para Enrique Krauze un hilo firme que conecta con el presente. Por eso ha dedicado su vida entera a tirar de ese cordĆ³n. “Vengo de una familia de inmigrantes que se salvaron del Holocausto en Polonia y llegaron a MĆ©xico tras huir de Europa. Soy el primer hijo, nieto y bisnieto de esos inmigrantes. Muy pronto descubrĆ­ que vivĆ­a en un paĆ­s con un pasado milenario riquĆ­simo, azteca y espaƱol, lleno de presencias de toda Ć­ndole”, dice el historiador, editor y escritor mexicano ante el ordenador portĆ”til en el que trabaja esta tarde de verano.

Cuando faltaban apenas dos dĆ­as para recibir el III Premio de Historia Ɠrdenes EspaƱolas, con el que han sido galardonados intelectuales como John H. Elliott o el espaƱol Miguel Ɓngel Ladero y que reconoce la trayectoria de una obra relacionada con lo hispĆ”nico, Krauze desglosĆ³ en esta conversaciĆ³n no sĆ³lo una reflexiĆ³n sobre el pasado, sino tambiĆ©n el anĆ”lisis de la politizaciĆ³n de la que ha sido objeto desde el siglo XIX.

Tenochtitlan y CortƩs

Amigo y discĆ­pulo del premio Nobel Octavio Paz, con quien trabajĆ³ en la revista Vuelta, Krauze ha estudiado a fondo la historia y el uso que se ha hecho de ella. Los dĆ­as de revisionismo y agravio que corren son mĆ”s que pertinentes para regresar sobre sus temas capitales de investigaciĆ³n, en especial la conquista espaƱola del continente americano.

Este 2021 se conmemora el quinto centenario de la toma de Tenochtitlan, la gran capital del imperio azteca, que cayĆ³ el 13 de agosto de 1521 tras el asedio de las tropas espaƱolas al mando de HernĆ”n CortĆ©s, con el apoyo de otros pueblos tiranizados por los mexicas, que se sumaron a la ofensiva militar.

La efemĆ©ride, que marca histĆ³ricamente el periodo de la conquista espaƱola, ha generado distintas lecturas, muchas de ellas interesadas, como la que ha hecho el presidente mexicano AndrĆ©s Manuel LĆ³pez Obrador, quien la califica de genocidio y ha exigido tanto a EspaƱa como a Felipe VI una disculpa, cinco siglos despuĆ©s.

“La polĆ­tica nunca tiene las respuestas correctas, las tiene la historia”, contesta el fundador de la revista Letras Libres ante la pregunta sobre los rĆ©ditos que reporta la reescritura de lo pretĆ©rito, ya sea con el derribo de estatuas o las adendas a los hechos que estas simbolizan.

“En el siglo XIX, en toda HispanoamĆ©rica, hubo una querella natural entre las fuerzas que buscaban conservar lo que consideraban valioso de la EspaƱa imperial y quienes querĆ­an romper hacia un futuro republicano, liberal y democrĆ”tico. Pero en el siglo XX, en MĆ©xico, ya no podemos hablar de una querella legĆ­tima sino de otras impulsadas por motivos polĆ­ticos”.

SegĆŗn Enrique Krauze, fueron los gobiernos sucesivos del PRI quienes quisieron vestirse con “atuendos indigenistas” para revivir la confrontaciĆ³n con EspaƱa. Tanto esos intentos como las palabras de LĆ³pez Obrador no fructificaron, insiste, por tratarse de un anacronismo: “Los lazos de solidaridad y afecto entre mexicanos y espaƱoles, que brotaron sobre todo durante la Guerra Civil espaƱola, dejaron atrĆ”s esos anacronismos. Desde entonces, la Ć©poca de la conquista y del virreinato fue objeto de estudios histĆ³ricos. PasĆ³ de ser una provincia del poder para pasar a ser un territorio del saber”.

Memoria comĆŗn

“Su obra abarca toda la historia mexicana como naciĆ³n, desde una amplia perspectiva que acoge tanto a sus actores como a las institucionesā€, dictaminĆ³ el jurado III Premio de Historia Ɠrdenes EspaƱolas de 2021, que Enrique Krauze recibiĆ³ en El Escorial de manos de Felipe VI.

Los mĆ”s de veinte volĆŗmenes que integran el trabajo de Krauze sobrepasan los lĆ­mites entre continentes, tiempos y gĆ©neros. Mezclan la historia de las ideas con la biografĆ­a y el ensayo, asĆ­ lo atestiguan Siglo de caudillos, que forma parte de su trilogĆ­a histĆ³rica de MĆ©xico junto con BiografĆ­a del poder y La presidencia imperial, tambiĆ©n La presencia del pasado, en cuyas pĆ”ginas aborda los temas fundacionales de la historia mexicana. La conquista es, sin duda, uno de ellos.

“Octavio Paz pidiĆ³ siempre que nos reconciliĆ”ramos con la figura de HernĆ”n CortĆ©s, que acabĆ”ramos con el mito negro que se le habĆ­a atribuido. En lugar de detestar o amar a las figuras histĆ³ricas, hay que comprenderlas y conocerlas”, plantea para ampliar en la polĆ©mica avivada en los Ćŗltimos aƱos alrededor del conquistador espaƱol y subrayar la apariciĆ³n de investigaciones que explican mĆ”s ajustadamente lo que significĆ³ la conquista en el continente y, sobre todo, en MĆ©xico, cuyo poderoso imperio mexica se encontraba en una fase crepuscular.

Los mexicas

“Lo que han hecho las Ćŗltimas corrientes de historiadores es valorar el papel de los pueblos indĆ­genas que apoyaron a CortĆ©s. La conquista no fue la hazaƱa de un hombre o de 400, sino la conjunciĆ³n de muchas fuerzas internas de ese mundo prehispĆ”nico. Desde hace ya tiempo se conoce que no eran unos pocos, sino una constelaciĆ³n de pueblos que tenĆ­an agravios con los mexicas, un imperio que se volviĆ³ particularmente sangriento y violento en la Ćŗltima etapa”.

La civilizaciĆ³n conquistada “no era la arcadia que pinta la historiografĆ­a indigenista, pero tampoco el infierno de su contraparte hispanista”, leyĆ³ en su discurso de aceptaciĆ³n del premio, una idea que amplĆ­a en esta conversaciĆ³n al insistir el territorio compartido que existe mĆ”s allĆ” de la desafecciĆ³n o la polarizaciĆ³n sobre lo que ocurriĆ³.

“En MĆ©xico ha habido una repulsa histĆ³rica de HernĆ”n CortĆ©s, de acuerdo, pero creo tambiĆ©n que ya muchos historiadores e investigadores han contribuido a colocar su figura en la historia, no en el mito. Del mismo modo, a mĆ­ me gustarĆ­a que en EspaƱa se hiciera un reconocimiento historiogrĆ”fico de la heroicidad del pueblo mexica”.

Enrique Krauze hace una pausa, como si sacara brillo a su idea, y continĆŗa con su tesis sobre la necesidad de generar una memoria conjunta: “DigĆ”moslo, aunque pueda parecer impopular: si se revisa la conquista de MĆ©xico se ve que CuauhtĆ©moc, el Ćŗltimo emperador azteca, es una figura extraordinaria de la historia y eso en nada se resalta”. Krauze cita tambiĆ©n otros personajes cuya importancia no se subraya lo suficiente, desde el emperador inca Atahualpa hasta Tupac Amaru y su impronta en la historia de PerĆŗ.

Estudiar, no juzgar

Cuando Krauze indaga sobre la historia de su paĆ­s interpela tambiĆ©n el pasado de AmĆ©rica y EspaƱa, asĆ­ como los conceptos de poder, naciĆ³n y memoria que atraviesan los Ćŗltimos siglos, incluidos fenĆ³menos en marcha como los nuevos populismos que retratĆ³ en sus ensayos Redentores y El pueblo soy yo.

Su reflexiĆ³n estĆ” ligada no solo a lo hispĆ”nico, sino que adquiere una proyecciĆ³n mucho mĆ”s amplia. Ā«No he estudiado la historia de MĆ©xico para juzgarla, al contrario. He procurado conocer y entender a indĆ­genas y conquistadores, a liberales y conservadores, para ponerlos a dialogar en mis librosĀ». “Ha hecho mucho daƱo la idea de la historia como un tribunal de la inquisiciĆ³n. Llevamos siglos juzgando a los personajes. Insisto: Āæpor quĆ© no mejor los comprendemos?”.

 

Sigue leyendo la entrevista en ABC.

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(Caracas, 1982) es escritora y periodista. Su libro mƔs reciente es El tercer paƭs, publicado por Lumen este aƱo.


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