Segรบn la verdad oficial โes decir, la mentira oficializadaโ la etimologรญa de la democracia (demos = pueblo, cratos = poder) significa que quien elige la mayorรญa del pueblo para cualquier puesto tiene el mandato legรญtimo de hacer lo que le venga en gana. Cada acto, cada ocurrencia, cada desmesura se justifica porque asรญ “lo votรณ el pueblo”. Obviamente, no es asรญ.
Lo que el rรฉgimen representa es una combinaciรณn de monocracia (el gobierno de uno), kakistocracia (kร kisto = el peor), tรฉrmino utilizado en la Inglaterra del siglo XVII para designar el gobierno de los peores, y oclocracia (de oclos = muchedumbre), concepto acuรฑado por el historiador griego Polibio en sus Historias (200 a. C.) para describir la extrema degeneraciรณn de la democracia provocada por la demagogia (demos = pueblo, รกgo = yo conduzco).
Para prevenir esos y otros engendros derivados de la ambiciรณn de poder aunada a la manipulaciรณn de las masas, la democracia ateniense inventรณ y puso en prรกctica tres conceptos jurรญdicos: Dokimasia, Grafรฉ paranomon y Ostrakismo.1
La Dokimasia imponรญa un filtro รบltimo para impedir que ciudadanos poco calificados, poco afectos a cumplir con las leyes, ocuparan un cargo pรบblico. El funcionario que resultaba inculpado corrรญa el riesgo de sufrir penas severas. Incluso durante su mandato, la Asamblea podรญa destituirlo.
Grafรฉ paranomon era una acciรณn de inconstitucionalidad frente a una ley que contradijese a otra previa. Su interรฉs era doble: otorgar un mecanismo de revisiรณn ante una propuesta dudosa, y derogar una ley ya aprobada pero que afectaba a la ciudadanรญa. Si era el caso, se retiraba la ley y se castigaba a quien la habรญa propuesto con una altรญsima multa transmisible a su descendencia.
Mediante el Ostrakismo, Atenas exiliaba de la vida pรบblica por una dรฉcada a los lรญderes que consideraba sospechosos de buscar un poder excesivo a partir de sus cargos. El nombre proviene de la palabra รณstrakon, que era el fragmento de cerรกmica o arcilla sobre el cual se escribรญa el nombre de los sujetos al proceso.
Este juicio se llevaba a cabo una vez al aรฑo, durante la mitad del invierno. Comprendรญa dos votaciones sucesivas, una en la colina de Pnyx de la Asamblea de Atenas (Ekklesรญa), otra en el รgora, donde los ciudadanos escribรญan el nombre del acusado en el รณstrakon. Si lo decidรญa la mayorรญa, la condena era el exilio. El inculpado tenรญa un margen de diez dรญas para abandonar la ciudad. Durante una dรฉcada no podรญa ejercer cargo pรบblico o participar en asuntos del Estado, tanto al interior como en el extranjero. La pena por ostracismo no implicaba la requisiciรณn de sus bienes o rentas. Cumplida la condena, el sujeto volvรญa a recuperar sus derechos polรญticos.
En el 485 a. C. los atenienses impusieron el ostracismo a Jantipo (nada menos que el padre de Pericles) por “tener demasiado poder”. Poco despuรฉs, lo sufriรณ el heroico Arรญstides. A pesar de la pena, antes de cumplirse la dรฉcada, Jantipo y Arรญstides volvieron a Atenas para enfrentar la invasiรณn persa. Ni siquiera Temรญstocles, vencedor de los persas, se librรณ del ostracismo en 470 a. C. por recibir un soborno.
La democracia griega no era infalible. Sรณcrates, condenado por “pervertir con sus ideas a la juventud”, prefiriรณ padecer la injusticia que desacatar las leyes, y bebiรณ la cicuta. Nunca se opuso a la democracia sino a su degeneraciรณn demagรณgica, encarnada en lรญderes que torcieron el sentido de su enseรฑanza para buscar el รฉxito usando al pueblo como instrumento de su ambiciรณn.
Los obedientes operadores de la monocracia mexicana merecerรญan sufrir las tres penas de la democracia griega. Desde hace aรฑos debieron ser destituidos de sus funciones por entronizar (con raras excepciones) las peores prรกcticas: ineptitud, corrupciรณn, nepotismo, despilfarro, irresponsabilidad. Del mismo modo debรญan haber sufrido multas por haber impuesto, con mรฉtodos demagรณgicos, leyes no solo contrarias al interรฉs pรบblico sino destructivas del orden republicano y democrรกtico. Es el caso de la devastadora “reforma” judicial, que ha borrado doscientos aรฑos de tradiciรณn jurรญdica y cuya derogaciรณn es la รบnica forma de dar un soplo de vida al moribundo Estado de derecho. Pero sobre todas las cosas merecen el ostracismo, no por una dรฉcada sino de aquรญ a la eternidad. Con una actitud soberbia, cรญnica, malsana y cruel, han engaรฑado al pueblo y abusado del poder como nunca antes en nuestra historia. ~
Publicado en Reforma el 16/II/25.
- The Athenian democracy in the age of Demosthenes. Structure, principles, and ideology, de Mogens Herman Hansen โฉ๏ธ
Historiador, ensayista y editor mexicano, director de Letras Libres y de Editorial Clรญo.