Amarillismo inocente

Ilustraciรณn: Manuel Monroy
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El 22 de agosto de 2016, El Universal destacรณ en su primera plana una extraรฑa noticia: โ€œGastan 88 mdp en comprar libros repetidos. Conaculta adquiriรณ bibliotecas de cinco autores. En los acervos se replican 18 mil 543 tรญtulos.โ€ Y al lado, entre notables franjas amarillas, fotos de la Enciclopedia Espasa con el titular: โ€œLas mismas obras a unos pasosโ€. ยฟDesde cuรกndo las bibliotecas son la mayor noticia del dรญa?

El periodicazo continรบa en la secciรณn de Espectรกculos con una pรกgina completa y mรกs fotos y mรกs tinta amarilla. โ€œBibliotecas personales, repetidas y poco funcionales. Los fondos de Castro Leal, Martรญnez, Garcรญa Terrรฉs, Chumacero y Monsivรกis son reiterativos en letras mexicanas; se invirtieron 88 mdp.โ€

Para no dejar lugar a dudas, se muestran fotos de las Obras completas de Alfonso Reyes que llegaron a la Biblioteca de Mรฉxico con la biblioteca de Antonio Castro Leal y tambiรฉn con la de Jaime Garcรญa Terrรฉs. รdem para las obras de Octavio Paz, tanto en la biblioteca de Carlos Monsivรกis como en la de Josรฉ Luis Martรญnez. Tambiรฉn para las de Victoriano Salado รlvarez en las de Alรญ Chumacero y Jaime Garcรญa Terrรฉs.

ยกQuรฉ escรกndalo!

Luego resulta que los nรบmeros no cuadran. Segรบn el reportaje, las cinco bibliotecas tienen โ€œ140 mil 764 tรญtulosโ€. Pero sumando las cantidades que da para cada una, son 220,484: casi 80,000 mรกs. Tampoco cuadra la cantidad pagada: 85.5 millones de pesos, no 88. Vรฉase el cuadro adjunto, donde calculรฉ el precio promedio pagado por volumen, que va de $250 a $781, con un promedio de $388.

El reportaje no investigรณ esas diferencias, porque no se tomรณ el trabajo de calcularlas. Se concentrรณ en los tรญtulos que supuestamente se repiten. Es un porcentaje tan bajo (8.4%) que llama la atenciรณn. Cinco escritores mรกs o menos contemporรกneos, mรกs o menos amigos, todos mexicanos y vecinos de la misma ciudad, todos grandes lectores y participantes en la vida literaria, tenรญan 201,941 volรบmenes que ninguno de los otros tenรญa.

Dicho sea de paso: los $85.5 millones no se pagaron por los 18,543 libros supuestamente repetidos, sino por los 220,484: doce veces mรกs. Si el alegato fuera que solo habrรญa que pagar los no repetidos, el ahorro serรญa del 8.4%. Y eso, suponiendo que el valor de una biblioteca es la suma de lo que valen sus libros sueltos. Lo cual es ignorar el valor que tienen como parte de un conjunto significativo. Por eso, cuando hace falta una pieza para completar una colecciรณn, se paga mucho para conseguirla: por el valor que aรฑade a la colecciรณn completa. Un conjunto significativo vale mรกs que la suma de sus partes.

Otra cosa. En una biblioteca personal, rara vez tiene sentido comprar dos ejemplares idรฉnticos. Pero en las bibliotecas pรบblicas es normal que se compre mรกs de un ejemplar de algunos tรญtulos, porque hacen falta para atender a miles de lectores, no a un lector. La demanda de cada tรญtulo es variable. No tener mรกs que un ejemplar de los libros con mayor demanda provocarรญa tiempos de espera.

El mero hecho de que el mismo libro estรฉ en las bibliotecas de los cinco escritores indica su mayor demanda. Y, una vez que forma parte de su biblioteca personal, ya no es el mismo libro. Desde luego, porque puede tener anotaciones manuscritas. Ademรกs, porque forma parte de un conjunto significativo distinto en los cinco casos. Y, finalmente, por haber estado en manos de una persona que admiramos. ยฟCuรกnto se pagarรญa por un libro que fue de sor Juana? El aura de la persona parece haber quedado en el libro, y por lo mismo hay subastas internacionales donde un libro vale mรกs o menos segรบn de quiรฉn fue.

Esto lo confirma un detalle del reportaje. Dice que โ€œsu instalaciรณn en la Biblioteca de Mรฉxico, en crujรญas diseรฑadas por arquitectos renombrados, y bajo la idea de que se mantengan con el orden [en] que cada escritor las tenรญa en su casa, ha convertido esas bibliotecas en espacios muy visitadosโ€. Es decir: son salas de lectura, pero tambiรฉn de museo. Tan legรญtimas como las salas de un museo de escritores con escritorios, plumas, mรกquinas de escribir, archiveros.

Un subtema del reportaje, en el cual insiste como si fuera algo terrible, es la relaciรณn de los cinco escritores con el Fondo de Cultura Econรณmica. โ€œChumacero fue una de las figuras claves en la historia del fceโ€; Martรญnez y Garcรญa Terrรฉs, directores; โ€œMonsivรกis tambiรฉn fue muy cercano al fceโ€ y Castro Leal ยกโ€œle tradujo varios librosโ€ al Fondo! Como Consuelo Sรกizar tambiรฉn dirigiรณ el Fondo y, โ€œal tomar las riendas del Conaculta emprendiรณ la compra de las bibliotecas personalesโ€, queda clarรญsima la siniestra conspiraciรณn.

Un amarillismo menos inocente habrรญa investigado otras cosas. Por ejemplo: se decรญa que Castro Leal habรญa enriquecido su biblioteca con libros de sus amigos y de la Biblioteca Nacional. No serรญa tan difรญcil investigar si hay volรบmenes con exlibris y otras marcas de propiedad ajena.

En los Recados entre Alfonso Reyes y Antonio Castro Leal compilados por Serge I. Zaรฏtzeff (El Colegio Nacional, 1987), hay siete donde Reyes le pide cortรฉsmente que le devuelva libros.

โ€œSegรบn mis datos, tiene usted los siguientes libros mรญos.โ€ Sigue una lista de once y termina: โ€œTal vez puede usted ya devolverme algunas cosasโ€ (21 de noviembre 1939).

โ€œยฟHa desocupado usted ya las publicaciones alarconianas que le prestรฉ en meses pasados?โ€ (5 de septiembre 1940). Castro Leal le ofrece โ€œque llegarรกn a su poder la semana prรณximaโ€ (10 de septiembre 1940). Pero no cumple, y Reyes tiene que insistir.

โ€œLe devuelvo muy agradecido el libro de Lascelles Abercrombie y le pregunto si a su vez puede usted devolverme las publicaciones alarconianasโ€ (16 de octubre 1940).

โ€œLe recuerdo los papeles alarconianosโ€ (22 de enero 1941).

โ€œNo me tome aversiรณn, pero una vez mรกs le recuerdo las publicaciones alarconianas que todavรญa tiene usted en sus manos, rogรกndole que me las devuelva si puedeโ€ (11 de febrero 1942).

โ€œ…las consabidas cosas alarconianas que todavรญa conserva ustedโ€ (27 de marzo 1942).

รšltima reclamaciรณn: โ€œCasi sintiรฉndome culpable, le ruego me diga si me puede ya devolver algunas de las publicaciones siguientesโ€, y pone la lista (16 de noviembre 1942).

Castro Leal aprovechรณ los prรฉstamos de Reyes para el libro que estaba preparando: Juan Ruiz de Alarcรณn, su vida y su obra (Cuadernos Americanos, 1943). Y, como si fuera poco, le pidiรณ a Reyes el prรณlogo. Con una generosidad asombrosa, Reyes lo escribe y Castro Leal se lo agradece: โ€œMuy agradecido por su Presentaciรณn. Sobre todo porque sin conocer totalmente el libro me abriรณ usted un crรฉdito tan generoso.โ€ Finalmente, le anuncia la devoluciรณn de cinco de los libros reclamados (19 de abril 1943).

No serรญa tan difรญcil investigar si estรกn todavรญa en su biblioteca o llegaron a la de Reyes. O se perdieron, porque tambiรฉn es fama que la biblioteca de Castro Leal (valuada por sus herederos en dos millones de dรณlares) estuvo desairadamente en venta muchos aรฑos, a lo largo de los cuales fue descremada de sus libros mรกs valiosos en el mercado anticuario. ~

 

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(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.


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