Conversaciones con Mary Shelley es un libro atรญpico y arriesgado en nuestro panorama poรฉtico, tanto en la forma como en los contenidos que propone. No contiene un โpoemarioโ para lectores pasivos y complacientes, sino un โpoema inteligenteโ que nos interroga y retrata algo que nos concierne en lo profundo, dibuja un territorio incรณmodo en el que cada uno de nosotros somos los protagonistas. Apela, interpela, a nuestra emociรณn y a nuestro intelecto, porque se refiere a โnuestro temorโ y a โnuestro temblorโ (โRecorrer el recinto a ojos asustados/ de la que es perseguida y persigue/ imรกgenes residuo/ construcciรณn/ evoluciรณn/ nociรณn de โvida propiaโโ). Son versos en los que vemos en pleno funcionamiento โlas neuronas espejoโ (โalquilar sus ojos/ ver quรฉ observanโ), la capacidad y la voluntad de ponerse en el lugar del otro, pero no un โotroโ tomado como grupo social, sino como seres individualizados en constante roce con una sociedad que nos agrede en lo mรกs profundo de ese โser individualโ (โยฟcuรกnto durarรก entero/ un animal plisado/ bajo la lluvia/ entero/ bajo la atmรณsfera/ bajo la ventisca?โ). No interpela a una colectividad abstracta, sino a la primera persona, a la contingencia de nuestras โidentidades reversiblesโ, denuncia un mundo que nos confunde en el rasero de anular las diferencias (โPensamientos/ de humanos diseรฑados/ con nรบmero de serieโ). Nos sitรบa allรญ donde todos podemos ser esa mezcla de cyborgs y seres biรณnicos, seres mutados en virtualidades clรณnicas. Es un poema de conciencia, que afecta a lo social, pero formalmente se sitรบa en las antรญpodas de la โpoesรญa socialโ. Una reivindicaciรณn de lo humano desde la โprovocaciรณn a las masasโ (como dice Sloterdijk: โSรณlo a travรฉs de la provocaciรณn surgen posibilidades de no seguir desmoralizรกndoseโ) porque pone en evidencia la โdeslocalizaciรณnโ del sujeto, la caducidad de lo humano, petrificado en la ataraxia o la anestesia de la โcomplacencia globalizadaโ, porque como escribe la autora en uno de sus versos โla civilizaciรณn perfecciona la barbarieโ.
En cuanto a la forma, un trรญptico (tan simbรณlico como la trinidad o el triรกngulo del ojo vigilante del dios) es la estructura elegida por la poeta para mostrarnos โun escenario poรฉtico distรณpicoโ. Un retablo de palabras, que a su vez utilizan el gรฉnero cinematogrรกfico (a travรฉs de tres referentes: Los pรกjaros, El espรญritu de la colmena y Blade Runner) como espejo y pantalla multiplicadora de sentidos, palabras que resuenan en imรกgenes en movimiento y consiguen un retrato complejo del ser y el estar en el mundo. Llama la atenciรณn la capacidad de Julia Piera para jugar con estos efectos. Su formaciรณn interdisciplinar se hace notar en esta profunda vinculaciรณn de los distintos campos de la cultura y el conocimiento. Asรญ los motivos literarios, arquitectรณnicos, cinematogrรกficos o filosรณficos conviven con la misma naturalidad que lo harรญan en manos de un humanista del Renacimiento. Como ella misma escribe, โla palabra funciona de puente entre registros fรญlmicos, biotecnolรณgicos, sociopolรญticos y las naturalezas fรญsicas que con ellos palpitanโ. Es un libro polifรณnico, que en su aparente economรญa de recursos es capaz de hacer reverberar multitud de significados esenciales que liberan sus esporas desde unos pocos nudos semรกnticos y formales, convirtiรฉndose en ondas expansivas y semillero de voces (โque hay otra voz/ que alienta los brotesโ). Un verso pulido que prescinde de adornos innecesarios, que apenas necesita de unos pocos trazos para poner ante nuestros ojos todos los matices de la mirada, una mirada que por momentos se posa en lo alucinatorio o lo onรญrico para iluminar lo trascendente, que configura un mundo complejo, un secreto a descifrar (โla versiรณn de los que niegan/ que la nieve sirva/ para tenerlos a todos/ envueltosโ).
La inquietud de lo โsecretoโ ya estaba presente en su primer libro, Al vรฉrtice de la arena. Pero si en aquรฉl Julia Piera contemplaba el paso del tiempo, volvรญa los ojos hacia el pasado, nos invitaba a visitar las palabras que cobija la memoriaโฆ, en Conversaciones con Mary Shelley la autora nos coloca con frecuencia en un tiempo neutro (cuando utiliza la fรณrmula verbal del infinitivo: โevitar el ruido de fondo/ prestar oรญdo a las vรญas del trenโ), como si โpara conjugarseโ, para concretarse en โpresenteโ necesitase un interlocutor. Ese infinitivo nos estรก emplazando a un diรกlogo, a una conversaciรณn que demanda en nosotros poner tiempo a ese verbo, que nos obliga a tomar partido. No es Mary Shelley con quien conversa la autora, somos todos nosotros. O todos somos Mary Shelley.
Poesรญa y pensamiento se han interrogado constantemente a lo largo de la historia y alcanzan en este libro una relaciรณn peculiar, una nueva forma de mirarse. Si al fondo podemos percibir el existencialismo precoz de Temor y temblor de Kierkegaard, lo que llama la atenciรณn de esta poesรญa es sobre todo su acierto para formular intuiciones fuertes que se sitรบan en una รณrbita de preocupaciones absolutamente contemporรกneas y que podemos encontrar en los filรณsofos actuales. Por fin un libro de poemas que se sitรบa en esa รณrbita contemporรกnea. Un libro en el que ya estรกn formuladas poรฉticamente las โfรกbricas del sujetoโ de Toni Negri (โAlucinada ante la cosecha de embriones/ seres humanos diminutos,/ hรญbridos tamaรฑo de la bacteriaโ); la sociedad โlรญquidaโ de Zygmunt Bauman (โAnte la fluidez, interferencias;/ ante el fanatismo, un despliegue de antenas;/ ante las categorรญas, matrias permeablesโ);o el Anthony Giddens de โla transformaciรณn de la intimidadโ (โHay tantos y todos miran fuera./ Cuando salgo estรกn. Esperan. No entiendo/ por quรฉ se fijan. Quisiera/ poder abrir una maรฑana. Abrir la puertaโฆโ). Y a este respecto conviene tambiรฉn fijarse en el lรบcido texto introductorio de la autora, que nada tiene que ver con una poรฉtica convencional o una mera declaraciรณn de intenciones, sino que constituye en sรญ mismo una pieza interesantรญsima sobre el hecho creativo y la funciรณn de la palabra poรฉtica en el mundo contemporรกneo. Ahรญ se nos ofrecen tambiรฉn algunos posibles senderos de interpretaciรณn de los poemas. La autora nos habla de โun escenario poรฉtico distรณpicoโ, de la indagaciรณn sobre la vulnerabilidad del individuo, sobre las agresiones que sufre el sujeto en su interacciรณn con la sociedad, su fragilidad, su aislamiento, el terror de lo artificial, la violencia del simulacro, las estrategias de control, lo que significa ser โhumano o inhumanoโ, โuna fuga asistidaโ y โun regreso a la responsabilidadโ. En definitiva, un texto que pone en evidencia la potencia de la poesรญa para iluminar los territorios del โLogosโ, para traer hasta nosotros los lugares del conocimiento y sus โtemoresโ sin renunciar al โtemblorโ estรฉtico de la palabra. ~