Dolor y belleza, de Fernando Ortiz Monasterio y Pablo Ortiz Monsaterio

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POR UNA NARIZFernando Ortiz Monasterio y Pablo Ortiz Monasterio, Dolor y belleza. Gaspare Tagliacozzi, cirujano del Renacimiento, Secretarรญa de Salud-Landucci Editores, Mรฉxico, 2000.En la vida civil se establecen guerras simbรณlicas. Entre el pรกrroco que domina la plaza y el cantinero de la esquina, entre los dos sastres que compiten por la misma clientela, entre el propietario del muro residencial reciรฉn repintado y los grafiteros que lo apaรฑarรกn con aerosol. Son guerras de baja intensidad que expresan discordias y dan forma a campos de fuerzas, inaparentes de tan presentes, que al cabo disuelven su inquina en rutina. Una guerra semejante se ha sostenido durante siglos en contra de las narices de las estatuas. Y las narices se defienden.
     Durante siglos, el atentado contra la escultura antigua se justificรณ por tratarse de imรกgenes paganas. La querella contra las estatuas incluye derribarlas, partirlas, arrancarles miembros y descabezarlas. Aunque no se menciona en los libros de arte, casi no existe hoy en dรญa escultura griega antigua o copia romana โ€”en mรกrmol, por lo menosโ€” que no haya sido restaurada y vuelta a restaurar. Muy especialmente de la nariz. Mientras tanto, la imposibilidad de reducir la apariencia destrozada del Torso de Belvedere, de la Venus de Milo y de la Victoria de Samotracia โ€”son tres despojos muy obviosโ€” acrisola ese gusto burguรฉs por la autenticidad de la ruina y el saqueo de la pedacerรญa. Si se trata de un fragmento de friso, uno entiende; un torso acรฉfalo, una hermosa cabeza arrancada, incluso un pie o una mano, pasan. Se pueden vender. Los hemos visto en los bazares y en las mejores casas de antigรผedades. Pero, ยฟuna nariz?
     En la portada del bello libro que el cirujano plรกstico Fernando Ortiz Monasterio y su hijo el fotรณgrafo Pablo Ortiz Monasterio han dedicado al mรฉdico boloรฑรฉs Gaspare Tagliacozzi (1545-1599) โ€”fundador de la moderna rinoplastia o cirugรญa reconstructiva de la narizโ€” aparece una cabeza en relieve que ha sufrido tremendo tajo en el rostro. Al lector le sorprenderรก el pie de foto en interiores: "Nariz accidentada". ยฟSe trata acaso de la representaciรณn de un ciudadano de aquellos que sufrieron en batalla la mutilaciรณn del apรฉndice nasal, los pacientes naturales de Tagliacozzi?, ยฟo de alguien que perdiรณ la nariz en un accidente? No. Esa escultura fue tambiรฉn vรญctima de la ancestral nasomaquia, cuyas imรกgenes de vandalismo Pablo Ortiz Monasterio reparte conocedoramente a lo largo del libro como contrapunto de la exposiciรณn de su padre sobre la gรฉnesis del procedimiento quirรบrgico de restauraciรณn de la nariz. Las narices se reponen.
     El mรฉdico cirujano Gaspare Tagliacozzi injertaba carne. Mediante incisiones, cortaba un colgajo de carne del brazo de su paciente y lo adherรญa al rostro, manteniรฉndolo fijo y vivo mediante un arnรฉs que sostenรญa el brazo pegado a la nariz que iba formando durante meses. Con tรฉcnica semejante restaurรณ tambiรฉn las orejas perdidas y los labios. Inmovilizaba a su paciente y moldeaba el nuevo รณrgano. Habรญa en ello una tangible voluntad escultรณrica que se expresa con toda exactitud en la talla en madera, conservada en el Archiginnasio de Bolonia, que representa al cirujano sosteniendo, casi ofreciendo una nariz perfecta que lleva en la mano, como si pudiera sencillamente adherirla sobre la cavidad nasal de un infortunado. O de una estatua.
     Dolor y belleza, el tรญtulo que han elegido los Ortiz Monasterio para su libro, es epรญtome de la medicina del Renacimiento en su cohesiรณn con las artes plรกsticas y el ideal estรฉtico, como lo sostiene el doctor al discurrir sobre la bรบsqueda de la belleza en el origen de la cirugรญa reconstructiva. En el contexto iconogrรกfico armado por su hijo, el contrapunto de la estatuaria venturosa o desventurada de la ciudad de Bolonia no puede ser mรกs convincente respecto a los orรญgenes de la rinoplastia en el seicento. Este rejuego exhibe de otro modo la mutua pertenencia entre escultura, anatomรญa y cirugรญa que campeรณ en la obra de cรฉlebres estudiosos de la anatomรญa humana que llevaron por nombre Leonardo, Miguel รngel, Tiziano, Donatello, Verrocchio. Asรญ, en el manuscrito de la Chirurgia del mรฉdico Guido Guidi (Parรญs, Biblioteca Nacional) los ejemplos de vendajes se representan sobre dibujos โ€”atribuidos a Primaticcioโ€” de estatuas destrozadas sin cabeza, sin miembros pero, eso sรญ, provistas de capa. El dolor alcanza dignidad clรกsica en la medida en que la estatuaria es un arte vulnerado.
     En la nasomaquia existe una evidencia segura: los ataques contra el sexo y la nariz de las estatuas son los mรกs recurrentes. Se dirรก, con razรณn, que son los puntos mรกs dรฉbiles tanto de las estatuas como de los hombres. Ahรญ, la mutilaciรณn adquiere visos de deshonra. No hay que dar el salto hasta Freud para establecer la correlaciรณn entre sexo y nariz. Ya Cyrano de Bergerac fue explรญcito cuando en su primera Historia cรณmica (1657) sostuvo que los habitantes de la luna estaban provistos, como รฉl, de una gran nariz, que los hacรญa espirituales, corteses, afables, generosos y liberales. ยกAh!, y si por azar nacรญa en la luna un chato, ยกlo mandaban castrar inmediatamente! Que conservar la nariz es cuestiรณn de honra, lo subrayaba Artemidoro de Daldis al escribir sobre un sujeto que soรฑaba recurrentemente que perdรญa su apรฉndice nasal: "Era de esperar que aquel hombre quedase privado de su buena reputaciรณn" (Oneirocrรญtica, iv, 27). Que la reposiciรณn de la nariz en el Renacimiento fue tambiรฉn objeto de honra, se desprende de las tres causas de mutilaciones nasales que enumera el doctor Ortiz Monasterio: heridas recibidas en duelos con arma blanca, castigo a violaciones de leyes y estragos de la sรญfilis. Tres privaciones de honra, tres reposiciones de nariz.
     La nasomaquia tiene pues sus adalides y restauradores. El libro de los Ortiz Monasterio entrega un hermoso final: las fotografรญas en las que Pablo se dilata mostrando los aรฑosos muros y galerรญas de Bolonia, sugiriendo otros pasos en este paseo por la plasticidad: la relaciรณn entre arquitectura y dermatologรญa. โ€“

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(ciudad de Mรฉxico, 1956) es poeta y ensayista. Su libro mรกs reciente es 'Persecuciรณn de un rayo de luz' (Conaculta, 2013).


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