El secreto de Joan Didion

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El carisma de Didion. Hace unos días, a propósito de la publicación de Sur y Oeste en español, un amigo me preguntó por qué me gustaba tanto Joan Didion. ¿Qué tiene exactamente Didion que no tenga nadie más que hace que despierte una fascinación casi unánime? Carisma, desde luego. Es una observadora muy inteligente, eso también. Y tiene la capacidad de mantenerse en segundo plano sin desaparecer del todo en sus crónicas, como diciéndole al lector: no te preocupes, estoy aquí y al final sobreviví. Sobreviví al Oeste del que vengo, a los sesenta, a Los Ángeles, a los asesinatos de Cielo Drive, a los setenta, a Nueva York y a la muerte de mi marido y de mi hija. Sabemos que Didion sobrevivió a todo eso porque lo cuenta, y en parte sobrevivió gracias a contarlo. También me gusta porque escribe frases como esta: “Detrás del hotel hay un centro comercial nuevo construido alrededor de una galería cubierta con aire acondicionado, y empecé a escaparme de allí para intentar regresar a la América normal”.

Los reportajes que no escribió. Sur y Oeste reúne dos cuadernos de Didion que rellenó durante la preparación de dos reportajes que nunca llegó a escribir. Es algo así como acceder a los brutos, y en ese sentido es un auténtico privilegio. El segundo cuaderno, “Apuntes de California”, es mucho más corto y pretendía ser un futuro reportaje sobre el juicio de Patricia Hearst. Respecto al primero, “Apuntes sobre el Sur”, Didion explica qué pretendía: “John y yo estábamos viviendo en la avenida Franklin de Los Ángeles. Yo llevaba tiempo queriendo revisitar el Sur, de forma que en 1970 tomamos un avión para pasar allí un mes. Habíamos pensado en empezar en Nueva Orleans y a partir de ahí no había nada planeado. Íbamos a donde nos llevara la jornada. Creo recordar que conducía John. Yo no había vuelto al Sur desde 1942-1943, cuando mi padre estaba destacado en Durham, Carolina del Norte, pero no parecía que hubiera cambiado mucho. En aquel momento, yo pensaba que quizá de ahí saldría un reportaje.” Y en parte salió, al menos es posible imaginar el reportaje que Joan Didion habría escrito a partir de estas notas que ocupan más de cien páginas. Y un poco más adelante, ya en el cuerpo del texto, escribe: “tenía la vaga e informe sensación de que durante unos años el Sur, y sobre todo la Costa del Golfo, había representado para América lo que la gente seguía diciendo que era California, y lo que a mí me parecía que California ya no era: el futuro, la fuente secreta de energía tanto benévola como malévola, el centro psíquico”.

Una chica en bikini. Didion recorre Misisipi, Alabama y Luisiana; la invitan a almuerzos y aparece el asunto de la segregación, escucha a otros hablar del esclavismo, las plantaciones y el Klu Klux Klan. También se habla de música. Didion mira a la gente ver Hospital general. Hace calor y viaja en coche con su marido. Va a cementerios, escucha conversaciones –el FBI es un tema recurrente–, a veces habla con desconocidos, observa y toma notas hasta de los carteles que se encuentra. Evita ir a Jackson, donde vivía Eudora Welty: “me daba miedo acercarme demasiado a Jackson porque de allí salían aviones para Nueva York y para California, y sabía que en Jackson no duraría ni diez minutos sin llamar a Delta o a National para que me sacaran de allí”. Después de una visita a un cementerio, cuenta que “En el motel Saint Francis de Birmingham me puse a nadar, lo cual suscitó una gran atención en el bar. –Eh, mirad, hay una chica en bikini.” Al final, Didion y su marido abandonaron el Sur después de una discusión: “Un absurdo desacuerdo en la carretera, palabras desabridas y luego silencio. Pasamos una noche sin hablarnos en un motel de aeropuerto y tomamos el vuelo de National de las 9.15 a San Francisco. Nunca escribí el reportaje.”

Vuelta a casa. “Apuntes de California” habla en realidad de volver: Didion nació en Sacramento, estudió en la Universidad de Berkeley en California y, como recuerda al principio de estos apuntes, el primer avión al que se subió era un vuelo de American Airlines que iba de San Francisco a Nueva York. Estas notas se tomaron en 1976 y, aunque el reportaje para el que iban destinadas no llegó a escribirse, cuenta Didion que todo eso “con el tiempo –con el paso de los años– me llevó a Where I was from (2003).” En estos breves apuntes aparece la primera casa familiar, cuyas cortinas, dice Didion, “no se habían cambiado desde 1907”, y no es una hipérbole. Es un cuaderno donde está Joan Didion antes de Nueva York, una Didion que “creía en los tejidos de algodón oscuros. Creía en los sombreros pequeños y en los guantes blancos. Creía que los viajeros transcontinentales no se ponían zapatos blancos para ir a Nueva York”. Escribe: “He vivido la mayor parte de mi vida sumida en alguna clase de malentendido”; “En el centro de esta historia hay un secreto terrible, un grano de cianuro, y el secreto es que la historia no cuenta, que no cambia nada, que no cuenta para nada”; “Estoy intentando encontrar mi lugar en la historia”; “Llevo toda mi vida buscando la historia y aún no la he encontrado”.

 

Joan Didion

Sur y Oeste

Traducción de Javier Calvo

Barcelona, Literatura Random House, 2018, 166 pp.

 

 

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(Zaragoza, 1983) es escritora, miembro de la redacción de Letras Libres y colaboradora de Radio 3. En 2023 publicó 'Puro Glamour' (La Navaja Suiza).


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