La comunidad armada rebelde y el EZLN, de Marco Estrada

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Contrariamente a lo que muchos puedan creer, no todo se ha escrito sobre el EZLN. Todavรญa pueden aparecer trabajos que hagan grandes aportaciones al conocimiento de esta organizaciรณn. ร‰ste es el caso del libro de Marco Estrada, La comunidad armada rebelde y el EZLN. El joven autor, especialista en Hannah Arendt, entrega aquรญ los resultados de su primera investigaciรณn empรญrica, que depararรก al lector mรบltiples sorpresas. La primera de ellas es que el Subcomandante Marcos aparece mencionado pocas veces. No es que este personaje no resulte crucial para entender el desarrollo del conflicto chiapaneco, pero cuesta trabajo imaginarse a otro lรญder polรญtico capaz de conjuntar simultรกneamente tantos y tan contradictorios apoyos, con su habilidad para mantenerse durante aรฑos en los medios de comunicaciรณn, para finalmente dilapidar todo su capital polรญtico sin haber conseguido nada tangible para sus seguidores.

Sin embargo, un polรญtico sรณlo logra influir en los acontecimientos si cuenta con el apoyo de importantes sectores de la poblaciรณn. Es por ello que un estudio serio sobre el neozapatismo tiene que desentraรฑar las razones de quienes fueron el sustento mรกs sรณlido del Subcomandante: las bases de apoyo del EZLN. Esto es justamente lo que logra Marco Estrada, tras haber realizado repetidas estancias de campo en diversas comunidades tojolabales con presencia neozapatista, haber asimilado la desigual bibliografรญa sobre el tema y haberse armado de un sentido comรบn a prueba de todo discurso demagรณgico.

Obviamente los indรญgenas que aparecen en su libro no conforman una masa indistinta de campesinos manipulados por lรญderes urbanos. Por el contrario, los tojolabales que desfilan por el libro tienen su propia historia personal y sus propios ideales, aunque todos comparten una tradiciรณn de organizaciรณn polรญtica y social. Con el fin de mejorar sus dramรกticas condiciones de vida y de proporcionarles nuevas oportunidades a sus hijos, han sabido apropiarse de muy diversas ofertas polรญticas y religiosas. Han sido โ€“mientras han queridoโ€“ agraristas o resignados peones acasillados; catรณlicos liberacionistas o evangรฉlicos; maoรญstas o cenecistas; bases de apoyo neozapatistas, aliados coyunturales del EZLN u opositores a la vรญa armada; perredistas, petistas o priistas.

Marco Estrada quiere, con una enorme pasiรณn intelectual, comprender las razones de todos y darlas a conocer. Para lograr lo primero, hablรณ con lรญderes y campesinos de todas las organizaciones. Para transmitir sus descubrimientos, recurre a menudo a fragmentos de estas entrevistas, que contextualiza con gran habilidad para develar el significado profundo de estos proyectos encontrados. Marco Estrada no busca juzgar a sus entrevistados ni aleccionar a sus lectores, menos aรบn defender alguna causa polรญtica: sus valores personales son los que aseguran la coherencia de su investigaciรณn. En cambio, se muestra implacable con aquellos que buscan encubrir la compleja realidad chiapaneca para sustituirla con visiones maniqueas.

A pesar de lo que puedan creer los lectores de La Jornada, Marco Estrada tampoco estรก interesado en desenmascarar al Subcomandante o desprestigiar al EZLN. Serรญa pura pรฉrdida de tiempo: el propio dirigente rebelde se ha encargado de convertir lo que llegรณ a ser un amplio movimiento social en una secta polรญtica, cuyos รบltimos seguidores enarbolan retratos de Stalin. Por otra parte, un amplio sector de la izquierda sigue sin asimilar los ataques del โ€œsubโ€ contra Lรณpez Obrador, a pesar de que, desde las elecciones locales de 1995, Marcos dejรณ en claro que iba a sabotear todos los esfuerzos electorales del partido polรญtico que lo defendรญa incondicionalmente. Hay incluso quienes piensan que el abstencionismo promovido por Marcos privรณ a Lรณpez Obrador de los votos que le faltaron para ganar la elecciรณn. Me parece que estas personas sobrestiman el nรบmero de indรญgenas neozapatistas que quedan en Chiapas. En efecto, como muestra Marco Estrada en el รบltimo capรญtulo de su libro, la desbandada de las bases de apoyo, incluso en bastiones del EZLN como Guadalupe Tepeyac, ha alcanzado proporciones altรญsimas.

El autor tampoco pierde su tiempo en poner en evidencia el autoritarismo y la intolerancia del EZLN, que se esconde tras un discurso demagรณgico. Tiene razรณn: nadie puede competir en ello con Hermann Bellinghausen. En efecto, el cronista oficial del EZLN publicรณ una nota en La Jornada del primero de agosto, en la que, a falta de poder esgrimir argumento alguno contra el libro, acusa al autor โ€“y de paso a El Colegio de Mรฉxico y al Conacytโ€“ de dar โ€œun inusual sustento ideolรณgico y acadรฉmicoโ€ a una โ€œcampaรฑa de contrainsurgenciaโ€ contra la comunidad 24 de Diciembre. No hace falta mรกs para que todos comprendamos quรฉ es lo que el EZLN entiende por โ€œun mundo en el que quepan todos los mundosโ€.

Precisemos que la supuesta โ€œcampaรฑa de contrainsurgenciaโ€ es, en realidad, un conflicto de tierras, como existen decenas en la Selva Lacandona. Casi siempre, el objeto de estas disputas son las tierras invadidas en 1994 y 1995. Por lo general, un grupo โ€“el que se mantiene leal al EZLNโ€“ conserva la posesiรณn de las tierras gracias a sus armas; pero carece de tรญtulos porque se ha rehusado a negociar con el gobierno. El otro grupo โ€“a menudo antiguos aliados del EZLN, mรกs rara vez miembros de otra organizaciรณn campesinaโ€“ ha recibido del gobierno los tรญtulos de propiedad, pero no tienen acceso a la tierra. Huelga decir que lo รบnico que hace Marco Estrada es seรฑalar la existencia generalizada de este tipo de conflictos, sin tomar partido por ninguno de los grupos enfrentados.

Este ataque tan ruin contra un libro que mantiene siempre un tono muy mesurado, que trata con gran respeto a todos los entrevistados โ€“independientemente de su afiliaciรณn polรญtica o religiosaโ€“ y que parecรญa destinado a tener un impacto polรญtico y mediรกtico muy limitado, dado su carรกcter rigurosamente acadรฉmico, puede parecer totalmente injustificado e incluso contraproducente.

Sin embargo, el ataque tiene su razรณn de ser. El libro de Marco Estrada constituye una amenaza para uno de los รบltimos bastiones del neozapatismo: las universidades y los centros de investigaciรณn. En efecto, esta obra โ€“que demuestra que sรญ se puede hacer trabajo de campo en las regiones con presencia del EZLN, que desborda de informaciรณn, que documenta rigurosamente sus aseveraciones y que narra con claridad una historia sumamente complejaโ€“ viene a poner en entredicho decenas de trabajos acadรฉmicos sobre el neozapatismo (por cierto, tambiรฉn financiados por la SEP y el Conacyt), que no pasan de ser alegatos polรญticos, aderezados con algunos datos โ€“a menudo tergiversadosโ€“, con los que se pretende justificar su supuesto carรกcter cientรญfico. Despuรฉs de La comunidad armada rebelde y el EZLN, nada volverรก a ser igual: los defensores de la โ€œciencia comprometidaโ€ van a tener que esforzarse mucho mรกs para convencernos de que lo que hacen es investigar. ~

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(ciudad de Mรฉxico, 1954), historiador, es autor, entre otras obras, de Encrucijadas chiapanecas. Economรญa, religiรณn e identidades (Tusquets/El Colegio de Mรฉxico, 2002).


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