Libromundo

Circular 22

Vicente Luis Mora

Traducciรณn por Ediciรณn de Monika Sobolewska

Galaxia Gutenberg,

Barcelona, , 2022, , 636 pp.

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Circular 22, de Vicente Luis Mora (Cรณrdoba, 1970), constituye un acontecimiento literario, y si Espaรฑa no sestease en brazos de la inercia y la mediocridad, asรญ se reconocerรญa. En 2021, se publicรณ otro libro de caracterรญsticas parecidas, La pasiรณn de Rafael Alconรฉtar, de Mario Martรญn Gijรณn, desbordante de ambiciรณn, inteligencia y pasiรณn lingรผรญstica. En la historia literaria espaรฑola, y en la de cualquier otro idioma, de vez en cuando aparecen libros que aspiran a sintetizar la totalidad, que ya no desean subvertir la forma en la que se representa la realidad ni se formula la literatura, sino ahondar en sus modos predominantes de expresiรณn, desentraรฑar โ€“y exponerโ€“ las raรญces de los mecanismos aceptados de reproducciรณn simbรณlica. No son, pues, revolucionarios, sino abarcadores y enciclopรฉdicos; o sรญ son revolucionarios, pero no por vulnerar lo acostumbrado, sino por profundizar hasta la รบltima sima de lo acostumbrado, por abrir en canal su mรฉdula e iluminar su vastedad.

En Circular 22, Vicente Luis Mora culmina un proyecto nacido en 1998 y que ha conocido dos publicaciones parciales: Circular (2003) y Circular 07. Las afueras (2007). Es, pues, el libro de una vida, aunque de la fecundidad de Mora, demostrada en muchos gรฉneros โ€“novela, ensayo, poesรญa, aforismo, crรญticaโ€“, cabe esperar nuevas y hasta mรกs altas entregas. En el โ€œPrefacio de los autoresโ€ โ€“el autor es solo uno, claro: Vicente Luis Mora; pero tambiรฉn las muchas personas que ha sido a lo largo de los cuarenta aรฑos que ha necesitado para escribir el libro: ellas son las que nos hablan aquรญ y en todo Circular 22; el yo contemporรกneo es poliรฉdrico y fluidoโ€“, califica las primeras versiones de Circular de libro-urbe y esta รบltima, y (aparentemente) definitiva, de libromundo. (Mario Martรญn Gijรณn considera su libro una novelaberinto; urbe, mundo, laberinto: sinรณnimos.) Y, en efecto, la impresiรณn que uno recibe al sumergirse en sus pรกginas es la de adentrarse en un mundo entero, cuya metรกfora es la ciudad: la ciudad como absoluto; la ciudad como ente que lo absorbe y lo proyecta todo; la ciudad como alegorรญa del ser humano, de la efervescencia de su pensamiento y la zozobra de su alma.

Pero este propรณsito totalizador no se realiza unitaria o linealmente, como esas esculturas que surgen de un solo bloque de piedra, sino de la simbiรณtica uniรณn de dos opuestos: el cรญrculo y el fragmento. Vicente Luis Mora traza su circunferencia encadenando escenas diversas, casi infinitas; el camino que construye, lo construye con saltos e interrupciones y fisuras y elipsis. Pero esa pluralidad mosaica, que incorpora las muchas ciudades que hay en (y en que se convierte, con el tiempo) una ciudad, y tambiรฉn los muchos yos โ€“los โ€œautoresโ€ del prefacioโ€“ que viven en esa ciudad, alcanza la unidad: una unidad multifacetada e inconclusa, una unidad permeable y contradictoria, pero cuya indefiniciรณn perfila estrictamente el alboroto social y la angustia existencial. En las cuatro partes del libro โ€“โ€œLas afuerasโ€, cuyo tรญtulo remite al poemario homรณnimo de Pablo Garcรญa Casado, publicado en 2007: poesรญa objetiva, es mรกs, objetual; โ€œEl Paseoโ€; โ€œCentroโ€ y โ€œDerbโ€โ€“, Mora suma capรญtulos (o viรฑetas o episodios o cuadros), todos encabezados por el nombre de una calle o rincรณn de alguna ciudad del mundo, y casi sin excepciรณn precedidos por una o varias citas de la literatura universal, que son relatos (y microrrelatos), o breves ensayos sobre asuntos literarios, estรฉticos o sociales, o poemas. Muchos son dialogados; otros, enumerativos; algunos, โ€œbibliomaquiasโ€: meras relaciones de citas de otros autores. En todos se revela el cosmopolitismo, fundado en una actitud nรณmada, del escritor: cuanto hay en la Tierra, y cuanto el hombre ha creado, merece experimentarse, y de todo cabe apropiarse. Circular 22 incorpora tambiรฉn cuadros sinรณpticos e imรกgenes: fotogramas de pelรญculas, fotografรญas, reproducciones de textos. No todos los capรญtulos del libro son independientes entre sรญ. Varios se entrelazan y desarrollan una historia singular, como la de la joven que, como no puede pagar el alquiler de un piso en Madrid, pasa las noches y algunos dรญas en los apartamentos que le permite ocupar un amigo que trabaja en una agencia inmobiliaria. En algรบn lugar del volumen se dice que estas tramas relacionadas son diecinueve. Su presencia acredita el contrapunto rรญtmico y estructural que persigue siempre Mora: el cordobรฉs inyecta dinamismo a la obra simultaneando lo uno y lo otro, lo uno y su contrario, lo uno y lo mucho. En este caso, la vigencia rectora del fragmento y, a veces, como su negaciรณn vivificadora, la insurgencia de un argumento, de una sucesiรณn ordenada de hechos, de un โ€“lo mรกs arcaico puede ser lo mรกs novedosoโ€“ nudo, un planteamiento y un desenlace.

En Circular 22, todo lo homogeneiza la voluntad globalizadora del autor โ€“que tambiรฉn podrรญa calificarse de fagocitadoraโ€“ y un estilo (o muchos estilos) del que han desaparecido las excrecencias retรณricas, en particular aquellas que buscan dar al texto una factura reconociblemente literaria. Mora quiere โ€“y consigueโ€“ que Circular 22 sea literatura โ€“alta literaturaโ€“ sin el concurso de muletillas estetizantes, de tropos con los que uno tropieza, de un lรฉxico abstruso o jergal. De nuevo, se funden los contrarios (algo, como toda paradoja, radicalmente poรฉtico): el carรกcter รฉpico del libro, alimentado por la multitud de voces que lo integran y la permanente brega de su autor por abarcar la plenitud de la aventura humana, se construye con un lenguaje llano y fluido, culto pero no culturalista, a veces elรฉctrico, pero siempre limado de grandiosidad.

โ€œDerbโ€, la cuarta parte del libro, constituye un libro dentro del libro: โ€œun experimento literario de escritura en tiempo real, llevado a cabo en el aรฑo 2010โ€, coincidiendo con el inicio del desempeรฑo del autor como director del Instituto Cervantes de Marrakech, que consiste en โ€œuna escritura discontinuaโ€, durante un mes, que recoja el presente, โ€œlo que estรก sucediendo en el tiempo en que se escribeโ€, y que โ€œse puede corregir, pero no retocarโ€. Mora โ€“que ademรกs de polรญgrafo es licenciado en derechoโ€“ formula aquรญ la sugerente teorรญa de los derechos de los textos, que es coherente con un mundo cambiante, en el que los derechos ya no solo asisten a los seres humanos, que son quienes los han creado y sus titulares imprescriptibles, sino tambiรฉn a los animales y hasta a las realidades inanimadas, como la Manga del Mar Menor. ยฟPor quรฉ no, pues, atribuรญrselos a los objetos y las obras literarias? En โ€œDerbโ€, estructurado como un diario, prosigue la andadura fragmentaria de Circular 22, aunque ahora basada en la autoficciรณn. El yo del autor es quien nos habla, pero tambiรฉn de quien se nos habla; un personaje que vive situaciones reales o fabuladas, y que practica eso que tambiรฉn Jorie Graham o John Ashbery han procurado: la traducciรณn inmediata del tiempo a lenguaje, la conversiรณn fulminante de lo que pasa en lo que se dice, y que revela la naturaleza esfรฉricamente lingรผรญstica de Circular 22 y de toda la obra de Vicente Luis Mora: el lenguaje es el todo y lo รบnico, el cuerpo y el alma, la sola certeza, la infinita realidad.

De esta convicciรณn hay otra prueba en Circular 22: la ediciรณn a cargo de una dudosa Monika Sobolewska, profesora de la universidad de Lodz, que firma un โ€œepรญlogo crรญticoโ€. Uno sospecha que Vicente Luis Mora se ha envuelto en su piel para aportar sus propias explicaciones teรณricas, no exentas de humor, de Circular 22. No es la primera vez que hace algo asรญ: en 2010, รฉl solo compuso el nรบmero 322 de la revista Quimera, de la primera a la รบltima lรญnea: otra esplรฉndida humorada. La apรณcrifa Dra. Sobolewska revela, una vez mรกs, la voluntad omnicomprensiva de Mora, su empeรฑo por ocupar con palabras โ€“y con las ideas que esas palabras vehiculanโ€“ todos las facetas de la realidad, y tambiรฉn, o sobre todo, la faceta de los otros, que en su caso no son el infierno, sino el pretexto para que el lenguaje se expanda, para que siga nutriรฉndonos de vida.

Circular 22 es un libro gozoso y descomunal, cuyas 636 pรกginas parecen pocas: uno desearรญa que no se acabara nunca, como desearรญa que no se acabara nunca la vida, como desearรญa que nunca dejase de haber lenguaje. ~

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(Barcelona, 1962) es poeta, traductor y crรญtico literario. En 2011 publicรณ el libro de poemas El desierto verde (El Gato Gris).


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