Hoy dรญa โconocerรกn ustedes montones de personas asรญ, y hasta podrรญa darse el caso de que usted fuera una de ellasโ, casi nadie celebra ya nada. Nada รญntimo, me refiero, propio, personal, exclusivo. Por el contrario, las celebraciones impersonales y multitudinarias โgregarias es aquรญ tรฉrmino mรกs exactoโ abundan cada dรญa mรกs โla victoria de un equipo de fรบtbol es quizรกs el mejor ejemploโ, podrรญa pensarse que para suplir la carencia de las otras. Claro que no lo consiguen, no pueden conseguirlo, pues en el fondo son dos manifestaciones antitรฉticas. De hecho estas celebraciones, todas ellas de un modo u otro vinculadas al juego, son propiamente hablando profanaciones. Porque la celebraciรณn tiene un carรกcter sagrado โde ahรญ quizรกs provenga pre-cisamente el rechazo actualโ vinculado al gasto, al despilfarro, y a la ostentaciรณn en el sentido batailleano de estos tรฉrminos. De modo que si hemos dejado de celebrar, tambiรฉn hemos dejado en consecuencia de profanar. Las turistas que visitan el Vaticano obligadas a cubrirse los generosos escotes no son conscientes ni por asomo de la profanaciรณn que significarรญa no ir cubiertas. Toman la imposiciรณn por una especie de rito, como el llevar al fรบtbol la bufanda de tu equipo. De modo que cuanto menos celebramos, menos posibilidades de profanaciรณn tenemos. Y de la profanaciรณn sรญ que podemos decir en cambio que responde a la misma necesidad, sรณlo que en el sentido contrario, claro, que la celebraciรณn. Una necesidad, de nuevo un tรฉrmino denostado, de trascendencia.
Giorgio Agamben, el filรณsofo italiano que ha acuรฑado una nueva categorรญa antropolรณgica, el homo sacer, โel individuo excluido de la comunidad que puede ser asesinado impunementeโ, habla en este รบltimo libro de โla divinizaciรณn de la persona, el principio que rige y expresa su existencia enteraโ, y llama a este principio con el tรฉrmino latino genius, tรฉrmino derivado de โengendrarโ (gignere) y del que derivan a su vez โgenialโ, โcongeniarโ, โingeniarโ, โingenieroโ, โcongรฉnitoโ, e incluso โgenitalโ y โgenitivoโ. Una cadena etimolรณgica como para hacer soรฑar a cualquiera. Genius viene a ser la suma de nuestras cualidades fรญsicas y
morales innatas, nos dice Agamben, y aรฑade a renglรณn seguido que debemos ser condescendientes con genius y abandonarnos a รฉl, ya que nuestra felicidad depende de un acuerdo mรกs o menos tรกcito con รฉl. No sรฉ si cuando dice โabandonarnosโ Agamben quiere decir โconformarnosโ, porque algunas cualidades innatas (fรญsicas o morales) pueden hacernos un flaco favor. Pero tanto si quiere decir โconformarseโ o โabandonarseโ, lo que posiblemente en muchos casos viene a ser lo mismo, la felicidad que pueden procurar esos predicados no parece ser algo muy feliz en el fondo. Creo mรกs bien, que a las cualidades que debemos abandonarnos (y con las que debemos conformarnos) es a las adquiridas y no a las innatas, aunque el genio (genius), como รฉl sugiere, posiblemente resida en las cualidades innatas, y el carรกcter en las adquiridas. Por lo demรกs, los ejemplos de Agamben son en sรญ mismos elocuentes. โSi, para escribir, tienes necesidad de ese papel amarillento, de esa pluma especial, si se prefiere ademรกs esa luz excelente que cae desde la izquierda, es inรบtil decirse que cualquier pluma harรญa el mismo servicio, que todo papel y toda luz son buenasโ. Sin duda Rilke estarรญa completamente de acuerdo con esto, o Schiller, quien al parecer no podรญa trabajar sin aspirar los efluvios de un cajรณn de manzanas podridas, pero tambiรฉn puedo imaginar la sonrisa de Wittgenstein mientras escribรญa el Tractatus en las trincheras. Digamos simplemente que cuando hay papel amarillento uno puede permitirse necesitarlo imperiosamente, pero que cuando no lo hay, el dilema se reduce a escribir o no escribir.
Pero volvamos a genius y a la tra-scendencia. โLa espiritualidad es ante todo conciencia del hecho de que el ser individuado no estรก enteramente individuado sino que contiene aรบn cierta carga de realidad no-individuada; y que es necesario no sรณlo conservar esta carga sino ademรกs respetarla y, de algรบn modo, honrarla, como se honran las propias obligacionesโ. Genius no es sรณlo lo impersonal, es tambiรฉn la emociรณn, el misterio, el aliento vital que no nos pertenece pero sin el que no podrรญamos vivir. Y genius es, como no podรญa ser menos en este mundo en el que casi todo tiene dos caras, doble. Nos guรญa y nos desorienta. Puede llegar a ser nuestra salvaciรณn y puede llegar a ser nuestra perdiciรณn. Tambiรฉn, naturalmente, las dos cosas a la vez, pues hay quien se salva perdiรฉndose y quien se pierde al salvarse.
Agamben prosigue su sugestiva deriva filosรณfico-literaria con una serie de calas sobre asuntos diversos, motivos de reflexiรณn, o lo que tal vez sea lo mismo, de contemplaciรณn y de lectura. Una nota sobre lo que representa la fotografรญa, otra sobre el papel de los ayudantes en las novelas y en la vida, un texto sobre la parodia, otro sobre el deseo, una especulaciรณn sobre los espejos, y otra mรกs sobre el autor. Sin duda se trata de profanaciones. Diversos tipos y diversas formas de profanaciones. En unos ca-sos somos nosotros el objeto, sujeto a la vez inevitablemente, de la profanaciรณn; como es el caso de la fotografรญa o de los espejos que profanan nuestra imagen, o tambiรฉn del deseo que profana nuestro amor. En otros son nuestras obras las que son objeto de profanaciรณn, las novelas, es decir la ficciรณn, el concepto, es decir el estatuto de autor, o la funciรณn-autor que Foucault analizara (o โdeconstruyeraโ si hubiera aceptado la particular terminologรญa derrideana) en su cรฉlebre ยฟQuรฉ es un autor? Pero todas ellas, a la postre, profanaciones retรณricas, en un mundo que al renegar de lo sagrado ha vuelto la profanaciรณn imposible. Lo que en el fondo no importarรญa demasiado, si no fuera porque la profanaciรณn, lo mismo que la celebraciรณn, y por idรฉnticos, aunque antitรฉticos, motivos, es una necesidad del hombre. Tal vez por eso termina diciendo Agamben: โLa profanaciรณn de lo improfanable es el deber polรญtico de la prรณxima generaciรณnโ. ~
(Madrid, 1950) es crรญtico literario y traductor. En 2006 publicรณ el libro de relatos Esto no puede acabar asรญ (Huerga y Fierro).