Jane Smiley y la vida de las familias

Los protagonistas de la nueva novela de la escritora estadounidense han conseguido cumplir su deseo: ser autosuficientes y librarse de la tiranía del dinero.
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El paraíso. Bob Miller, protagonista y narrador de La mejor voluntad, novela de Jane Smiley (Los Ángeles, 1949) que acaba de publicar Sexto Piso con traducción de Inga Pellisa, ha cumplido su sueño: compró unos terrenos en Pensilvania y ha construido ahí una casa con sus manos. Vive con su familia, su mujer, Liz, y Tom, un chico de unos ocho años. Y han cumplido lo que deseaban: ser autosuficiente y librarse de la tiranía del dinero, recurriendo al trueque o a trabajos puntuales a cambio de pequeñas cantidades. La novela se abre con Miller contando sus ingresos del año anterior, 343,67 dólares, a una periodista que ha acudido a la granja de los Miller para incluir su historia en el libro que está escribiendo. Aunque al principio era Bob el que estaba ilusionado con la idea de que contaran su proeza –lo construye todo con sus propias manos, viven a 5 kilómetros del pueblo, no tienen coche, etc.– y Liz la que parecía más reticente, según cuenta Bob, a lo largo de la entrevista las tornas girarán levemente.

La educación de los hijos. Liz y Bob tienen algunas diferencias respecto a cómo educar a su hijo. Liz va a la iglesia y Bob está en contra. Boicotea sutilmente sus salidas y maniobra para que no se lleve al niño. No están de acuerdo en el momento de escolarización, pero Bob ha cedido y el niño va al colegio en el autobús que pasa cada mañana puntual. Allí sucede el incidente que empieza a cambiarlo todo: el niño destroza dos muñecas nuevas de una compañera, Annabel, y la llama negrata. Miller le da una tunda a su hijo, que después revela que el “negrata” se lo ha oído decir a compañeros y profesores, acude a hablar con la directora y va también a casa de la niña. Lydia Harris es profesora en la universidad, “Soy la única mujer matemática negra que conozco dando clases en la universidad en este país”, dice. Bob Miller promete reponer las muñecas, su hijo le ayudará a conseguir el dinero y así comprenderá que hay consecuencias, y tal vez le sirva de lección. Cuando Bob Miller acuda a casa de los Harris a realizar pequeños trabajos para compensar otro objeto destrozado por su hijo, se preguntará cómo es criar a un niño con dinero. Ellos, los Miller, le han construido todo al niño, la cunas, los peleles, los juguetes; su ropa sale de la tienda de beneficencia y sus zapatos le van grandes.

Caballos y ponis. Los Miller tienen una yegua. Tom se encarga del hijo, un pony. Los Miller viven cerca de un lago que se congela en invierno y sobre el que patinan. Liz parece una patinadora profesional. Hay una escena en la novela en la que la familia patina y parece feliz y unida. Aunque hay algo también perturbador: el padre se pone a hacer círculos alrededor de su hijo, a orbitar como los planetas. Es enero. Poco después reciben las pruebas del capítulo del libro en el que se cuenta su historia. “Un hermano de Liz trabajó una Navidad en correos, y contaba que les indicaron que, si la furgoneta se quedaba atascada, cogiesen correo de cuarta clase y lo tirasen bajo las ruedas. Esa es la clase de paquete que nos llega a final de mes: unas páginas embarradas y numeradas de la 6 a la 15, metidas en una bolsa de plástico junto con un fragmento de sobre de manila en el que aparece solo nuestra dirección y un matasellos del 12 de diciembre”.

Las grietas. La mejor voluntad es un libro sobre la fragilidad del ecosistema familiar y la vida cotidiana. También sobre las cesiones, sobre los problemas a los que te expone criar a una persona y sobre cómo al final es un asunto de equilibrio entre renuncias e imposiciones. Como otras novelas de Smiley, aquí el conflicto está contado en elipsis. Cuando llega el libro de la periodista, los Miller ya no son los mismos y es ya un retrato falso, pero al menos queda ese testimonio de lo que fueron. Smiley escribe con elegancia, maneja el ritmo y la atmósfera. Introduce la tensión levemente y sabemos que algo va a suceder.

La mejor voluntad

Jane Smiley, traducción de Inga Pellisa

Sexto Piso, 2021, 131 pp.

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(Zaragoza, 1983) es escritora, miembro de la redacción de Letras Libres y colaboradora de Radio 3. En 2023 publicó 'Puro Glamour' (La Navaja Suiza).


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