La cosa no va nada mal, no, dice Johannes
y ahora tendrĆ” que darle otro par de caladas al cigarrillo, piensa Johannes, y coge el cigarrillo del cenicero y se lo enciende, y le da unas caladas, y luego vuelve a probar el cafĆ© Āæy no empieza ya a mejorar la cosa? claro que sĆ, piensa Johannes, el dĆa se estĆ” animando y Ć©l piensa darse una vuelta por el oeste de la Ensenada, quizĆ” incluso coja la bicicleta, porque la carretera ya no estĆ” helada, asĆ que podrĆa ir en bicicleta, pero entonces tendrĆ” que ir al almacĆ©n a ver cĆ³mo anda la bicicleta, piensa Johannes, pues sĆ Āæpor quĆ© no coger la bicicleta? piensa Johannes, primero se acabarĆ” la rebanada de pan con queso y se tomarĆ” por lo menos otra taza de cafĆ©, y con eso se sentirĆ” como nuevo, piensa, y suelta el cigarrillo y piensa que se va a comer la rebanada entera sin darle mĆ”s vueltas, piensa, y coge la rebanada y muerde y mastica y bebe cafĆ© y la rebanada de pan va menguando y por fin Johannes suelta la corteza sobre la mesa, tampoco tiene por quĆ© comerse la corteza, se lo puede permitir, piensa, y coge el paquete de tabaco, y se lĆa otro cigarrillo y coge la cajita de cerillas y se enciende el cigarrillo y con el cigarrillo en la boca y la taza en la mano se acerca al fogĆ³n y se sirve otro cafĆ© y vuelve a sentarse a la mesa y si no fuera por aquel seƱuelo que aquel dĆa se negĆ³ a hundirse, hoy saldrĆa a pescar un rato, pero estando la cosa como estĆ”, negĆ”ndose el seƱuelo a hundirse cuando Ć©l lo echa al agua, serĆ” mejor que no salga Āæo quizĆ”? ĀæquizĆ” sĆ que podrĆa salir hoy un ratito con la barca? tampoco tiene por quĆ© pescar, aunque eso sea lo que Ć©l suele hacer, piensa Johannes, y ojalĆ” estuviera aquĆ Erna, piensa, quĆ© pena que se fuera tan de repente, sin previo aviso, y la noche antes de que muriera estuvieron discutiendo aquĆ en la mesa de la cocina, no recuerda ni por quĆ© fue, pero fue por algo, y luego se fueron a la cama, Ć©l en la alcoba de abajo y ella en el dormitorio de arriba, como siempre, y a la maƱana siguiente ella ya no bajĆ³ y eso fue mĆ”s o menos todo, piensa Johannes
En fin, dice
AsĆ es la cosa, dice
Tengo que ponerme en marcha, dice
y apaga el cigarrillo, se levanta, coge la taza y la deja en la encimera y luego coge el paquete de tabaco y sale a la entrada y allĆ tiene la chaqueta colgada del gancho y se la pone y se mete el paquete de tabaco en el bolsillo y la gorra la tiene sobre el estante y se pone tambiĆ©n la gorra, y primero tendrĆ” que pasarse por el retrete, a ver si hace de vientre, aunque tampoco es que tenga mucha necesidad, piensa Johannes, quizĆ” deberĆa pasarse primero por el almacĆ©n, piensa, hace tiempo que no se pasa por allĆ, pues sĆ, mira, eso va a hacer, ver cĆ³mo andan las cosas por allĆ, piensa, y cruza el patio hasta el almacĆ©n y abre la puerta y allĆ, en un rincĆ³n, estĆ” su vieja bicicleta y vaya por Dios Āæno estĆ” pinchada una de las ruedas? pues sĆ que lo estĆ”, piensa, mira quĆ© mala pata, piensa, pues entonces no le va a quedar mĆ”s remedio que ir al oeste de la Ensenada, y la bicicleta serĆ” mejor que la arregle por la tarde, y asĆ tiene otra cosa que hacer, piensa, y sale del almacĆ©n y se queda parado al otro lado de la puerta y de pronto se siente tan, bueno ĀæcĆ³mo decirlo? se siente casi como si una voz le dijera que tiene que volver, vuelve a entrar, Johannes, mĆralo todo bien, parece decirle la voz […]
***
Uy, no, pero Āæesto quĆ© es? dice Johannes
QuƩ cosa tan rara, dice
y prueba a sacudir la mano y no sirve de nada Āæy de quĆ© iba a servir? piensa Johannes Āæy no tiene tambiĆ©n la
cara un poco adormilada? pues la verdad es que sĆ, piensa Johannes, con lo sano que ha estado Ć©l toda la vida, pero seguro que esto tampoco son mĆ”s que imaginaciones suyas, serĆ” mejor que salga un rato con la barca, que intente pescar como antaƱo, pues claro que sĆ, eso harĆ”, no va a dejarse amedrentar por ese seƱuelo que aquel dĆa se negĆ³ a hundirse, y como consiga pescar algo igual cruza a la ciudad y atraca allĆ y trata de vender el pescado, pues mira, sĆ, eso harĆ”, piensa Johannes, y que sea lo que Dios quiera con eso de que en realidad habĆa decidido dejar la pesca, porque Āæacaso tenĆa Johannes otra cosa que hacer esta maƱana que salir con la barca? ĀæquĆ© iba a hacer si no? ĀæAcaso no le pasaba lo mismo ayer y antes de ayer? ĀæNo eran asĆ todas las maƱanas? ĀæO es que no salĆa Ć©l con la barca cada maƱana, o casi todas las maƱanas que el tiempo lo permitĆa? Por supuesto que sĆ, asĆ era la cosa, y eso que a Ć©l nunca le habĆan gustado gran cosa las maƱanas, la casa siempre estaba tan frĆa y hĆŗmeda por las maƱanas y aunque la mayorĆa de los dĆas eran frĆos y grises, nunca eran tan frĆos y grises como por la maƱana, y el cielo estaba siempre mĆ”s cargado por la maƱana, pues sĆ, eso le parecĆa a Ć©l, aunque tambiĆ©n hubiera maƱanas de verano despejadas y tempraneras, claro, de cielo intenso y azul, y a veces la luz del cielo incluso amanecĆa suave y liviana, quĆ© duda cabe, solo que Ć©l nunca la veĆa asĆ, y a menudo se habĆa preguntado por quĆ© las maƱanas siempre le parecĆan frĆas y grises, ya fueran suaves y luminosas o fueran sombrĆas, incluso negras, o terriblemente frĆas. A Ć©l nunca le gustaron las maƱanas, tan poco le gustaban que de toda la vida lo primero que sentĆa al despertar eran arcadas, un apretĆ³n en el vientre de algo que trataba de salir y de hecho salĆa, mĆ”s que nada aire y saliva, aunque a veces tambiĆ©n otras cosas, en ocasiones incluso vomitaba en el orinal, y eso le pasaba desde que tenĆa memoria, despertarse, levantarse, sentir arcadas. Aunque a partir de ahĆ la cosa mejoraba, una vez que sacaba las arcadas. Se sentĆa mejor. Y podĆa empezar el dĆa, solo que hoy no habĆa tenido arcadas, y eso que habĆa tenido arcadas a diario desde que muriĆ³ Erna. ĀæSerĆa entonces que la maƱana de hoy sĆ que habĆa sido distinta? ĀæY de verdad habĆa desayunado? ĀæO solo habĆa pensado en hacerlo? ĀæEn prepararse un cafĆ© y una rebanada de pan con queso de cabra? No, probablemente desayunĆ³, se debiĆ³ de tomar su rebanada de pan, se beberĆa su cafĆ© e incluso se fumarĆa unos cuantos cigarros, piensa Johannes, sĆ, seguro que sĆ, piensa Johannes mientras baja por el camino cubierto de maleza que conduce hasta la Ensenada. Y ahora saldrĆ” un rato al mar, y estando el mar tan tranquilo como estĆ”, y se detiene y contempla el agua haciĆ©ndose sombra con la mano sobre los ojos ĀæpodrĆ” aventurarse a coger rumbo hacia el oeste? aunque es una lĆ”stima que
tuviera la torpeza de agenciarse una barquita de remo, fue una verdadera desgracia que su barco se fuera a pique, una noche de tormenta y ventisca se soltĆ³ y se estrellĆ³ contra el cabo y se fue a pique cargada hasta arriba de redes y palangres y otros aparejos de pesca, quĆ© gran pĆ©rdida, piensa Johannes […] ~
TraducciĆ³n de Cristina GĆ³mez-Baggethun y Kirsti Baggethun.
Los dos primeros capĆtulos del libro pueden descargarse aquĆ.
(Haugesund, Noruega, 1959) es un escritor noruego. En 2023 ganĆ³ el premio Nobel de Literatura.