Luisgรฉ Martรญn
El amor del revรฉs
Barcelona, Anagrama, 2016, 280 pp.
Luisgรฉ Martรญn, que es autor de novelas en las que a veces ha introducido elementos de su vida personal de manera mรกs o menos disfrazada, se ha propuesto ahora en El amor del revรฉs contar pรบblicamente la verdad de su vida sexual y afectiva, y ponerla por escrito sin tapujos ni disimulo. Es esta una decisiรณn que le honra, y la lleva a cabo con rigor, sin autocomplacencia y con sinceridad.
El que suscribe agradece siempre cuando recibe el regalo de alguien que le cuenta su vida, pues frente al lugar comรบn que reprueba este gesto por narcisista o pretencioso, no encuentro mรกs que generosidad en quien lo hace. Con sus verdades y mentiras, con sus buenas intenciones y sus trampas, con sus aciertos y errores, los relatos autobiogrรกficos autรฉnticos son observatorios privilegiados para entender, con fundamento real, las complejas y contradictorias razones del ser humano. Nos permiten conocer tambiรฉn, si el ejercicio es sincero, de primera mano a la persona que lo escribe, y en su claroscuro le revela al lector sus propias luces y sombras. Por eso hay que agradecerle al autobiรณgrafo el esfuerzo y el riesgo que corre por ser veraz.
La verdad del amor de Luisgรฉ Martรญn es homosexual. No es el primero entre nosotros en contarnos y explicarnos la particularidad de esta opciรณn, pero tampoco estamos tan sobrados de ejemplos. Es, creo, el primer testimonio que afronta el reto de contar la โdiferenciaโ desde la normalizaciรณn que supuso la ley de matrimonio homosexual. Cierra su relato cuando se casa con Axier, es decir, desde una atalaya en la que si bien no se muestra con una plenitud o satisfacciรณn autocomplaciente, indica tรกcitamente que el camino recorrido, con sus dificultades, negaciones y frustraciones, ha merecido la pena.
Apela Martรญn a Michel Leiris, a su ensayo โDe la littรฉrature considรฉrรฉe comme une tauromachieโ, que el francรฉs insertรณ en la autobiografรญa Lโรขge dโhomme en 1946. Leiris establece un paralelismo entre el escritor y el matador de toros, entre la literatura y el toreo. El texto deberรญa ser santo y seรฑa de cualquier autobiรณgrafo, mucho mรกs si se trata de un autobiรณgrafo espaรฑol (perdรณn a los โanimalistasโ). Leiris concedรญa a la sexualidad un papel hegemรณnico en la construcciรณn de la identidad y por tanto en el derrotero vital. Sin abordar este asunto crucial el autobiรณgrafo dejarรญa incompleto el retrato de su personalidad. En Espaรฑa se ha atendido apenas a la consigna de Leiris. Pero evidentemente si se trata de la vida de alguien que se declara homosexual, la narraciรณn de esta parcela de la vida afectiva se hace insoslayable. Martรญn estรก a la altura de lo exigido por Leiris, desafรญa los miedos y las vergรผenzas รญntimas, pisa el terreno peligroso y se coloca entre los astifinos cuernos de la verdad, su verdad, a la que no le vuelve la cara. Se acerca con valor a los recovecos del alma y a sus contradicciones mรกs dolorosas ante las que la mayorรญa de los autobiรณgrafos retroceden para esconderse en los burladeros de la autoficciรณn, en donde el gรฉnero autobiogrรกfico se trivializa en tantas ocasiones. En honor al libro de Luisgรฉ Martรญn y de su valor hay que resaltar que no hay el menor adorno ni desplante autoficticio.
Para comprender lo que supone el eslabรณn del relato de Martรญn en la cadena de la autobiografรญa espaรฑola es preciso relacionarlo con algunos de los que le han precedido en el desafรญo de contar su homosexualidad. Por ejemplo, la dificultad de la empresa de desvelar aquello que se ha ocultado toda la vida vergonzosamente confiriรณ un carรกcter รฉpico a la confesiรณn de Juan Goytisolo en Coto vedado (1985), y convirtiรณ al homosexual en hรฉroe y mรกrtir de las convenciones sociales a las que se enfrenta y de las que sale vencedor. Triunfalmente triunfador. El resultado era una figura de categorรญa sobrehumana: el homosexual egregio y soberbio, que concibe la sexualidad como un camino ascรฉtico y purificador, una santidad laica y maldita, ensombrecida por la culpa.
En este difรญcil camino hacia la conquista de la libertad sexual, encontramos un segundo eslabรณn importante, pero con un concepto y tratamiento distintos a Coto vedado. El peso de la paja, concretamente El cine de los sรกbados (1990), de Terenci Moix, presentaba una novedad destacada: sacaba al homosexual del gueto, incluso si se trataba, como en Goytisolo, de un gueto de excelencia, para aproximarlo al mundo de la normalidad. No era fรกcil, pues, en una intimidad tan atormentada como la de Moix, tendente al patetismo y a lo escabroso, en que a veces se demoraba su relato; tuvo que aferrarse al humor como tabla de salvaciรณn. Todo esto, unido a los valores literarios y expresivos, hace de El cine de los sรกbados un referente obligatorio en los relatos autobiogrรกficos homosexuales.
Por tanto, el camino recorrido hasta este libro de Luisgรฉ Martรญn tiene como mรญnimo treinta aรฑos. Ademรกs de las dos autobiografรญas citadas, cabrรญa aรฑadir, entre otros, los diarios de Gil de Biedma o El invitado amargo, de Vicente Molina Foix y Luis Cremades, un libro singular, en forma de intercambio epistolar que aborda de manera minuciosa la relaciรณn de una pareja homosexual aรฑos despuรฉs de que la relaciรณn sentimental entre ambos hubiese acabado. Es precisamente la existencia de esta tradiciรณn la que libera a Martรญn de recurrir a la รฉpica, al malditismo, al patetismo o al humor para explicar su derrotero afectivo. Ademรกs, las circunstancias actuales hacen de la homosexualidad un hecho aceptado socialmente y normalizado por la ley. En pocas palabras, el autobiรณgrafo no tiene que refugiarse en ninguna excepciรณn que no sea el componente personal, el carรกcter propio, con que โheterosโ y โhomosโ tenemos que cargar por igual. Martรญn lo ha entendido perfectamente y no se ha engaรฑado en esta mirada retrospectiva.
A los quince aรฑos, justo en los comienzos de la transiciรณn, cuando una incipiente libertad y cierta tolerancia permitieron salir de las cuevas de la indignidad a tantos proscritos, el joven Luis se reconociรณ homosexual, pero, lejos de salir a la calle y de unirse a la fiesta, en una combinaciรณn de tozudez y timidez hizo una apuesta por negarse a sรญ mismo la evidencia y la verdad de su querencia amorosa. โSoy homosexualโ, se dijo a sรญ mismo en voz alta. Pero jurรณ que nunca hablarรญa de ello, que nadie podrรญa saberlo, y le pidiรณ a dios que le permitiera enamorarse de una chica. Pero dios no le escuchรณ y la rogativa resultรณ completamente inรบtil. El miedo a la delaciรณn y la vergรผenza hicieron el resto. Entendiรณ que la homosexualidad era una tentaciรณn y una prueba contra la que luchar, y se infligiรณ un castigo masoquista que durarรญa hasta la primera madurez. Se encerrรณ en su secreto, creรณ un gueto interior del que este libro cuenta su lenta y a veces tortuosa salida. Fueron aรฑos patรฉticos de fingimiento y enmascaramiento, de vergonzosos ocultamientos y de รญntimo sufrimiento, por lo que tuvieron de rechazo de la propia identidad. El joven, que luchaba a ciegas y en solitario para ser como los otros, se disfrazaba, se borraba, iniciaba terapias y se imponรญa una cruel invisibilidad, sin conseguir erradicar su โpasiรณn dominanteโ: โNo sรฉ bien quiรฉn soy realmenteโ. La conclusiรณn no podรญa ser mรกs alarmante ni patรฉtica.
Cuando Martรญn finalmente acepta y reconoce su verdadera identidad y nos cuenta con detalle las relaciones homosexuales, con sus lugares de encuentro y sus rituales de seducciรณn especรญficos, el amor y los problemas afectivos que surgen no se diferencian gran cosa de cualquier relaciรณn heterosexual. Aparecen las mismas dudas e indecisiones, avances y retrocesos, celos y venganzas, tormentos y amarguras, ilusiones y vacรญos que en cualquier otra pareja de enamorados, y esta constataciรณn no es sino una prueba mรกs de la normalizaciรณn anhelada por el autobiรณgrafo. ~
Es profesor y crรญtico literario. En 2007 publicรณ el pacto ambiguo: de la novela autobiogrรกfica a la autoficciรณn (Biblioteca Nueva)