Nada hay de nuevo al asegurar que en los รบltimos aรฑos el documental mexicano ha sido responsable directo de la buena reputaciรณn general de nuestro cine. No sรณlo mantiene un nivel de calidad estilรญstica y temรกtica muy superior al de la ficciรณn nacional, sino que se estรก convirtiendo en actor principal dentro de la agenda social de nuestros dรญas. Ahรญ estรก Presunto culpable como el mรกs reciente ejemplo de un debate necesario mรกs allรก de la polรฉmica alrededor de sus realizadores y su controversial censura temporal.
De reciente reconocimiento como el Mejor Documental en Competencia en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, Morir de pie de Jacaranda Correa deberรญa ser uno de los prรณximos documentales a exhibirse comercialmente en nuestro paรญs. Un claro ejemplo de cรณmo la realidad supera (y por mucho) a la ficciรณn.
Morir de pie es el crudo retrato de un personaje รบnico: un luchador social que se aferrรณ a la vida construyendo su propia y singular imagen: un Chรฉ Guevara a la mexicana que buscaba (con la misma energรญa que el lรญder argentino de la Revoluciรณn Cubana) el nacimiento de El Nuevo Hombre, aquel dispuesto a cualquier sacrificio por un bien colectivo.
En una de las primeras escenas del documental observamos un video de archivo en el que el protagonista, en un evento donde se enviaba un buque con petrรณleo mexicano hacia Cuba para apoyar a la isla tras el embargo, asegura micrรณfono en mano que de ser necesario, para terminar con el embargo, darรญa su sangre y su vida. En sus ojos se ve que no es simple retรณrica.
En esos primeros minutos conocemos su difรญcil infancia en hospitales de Rumania y la URSS tratando de diagnosticar sin รฉxito una polineuropatรญa degenerativa que lo iba postrando en una silla de ruedas. Los principios ideolรณgicos socialistas-comunistas que rigen su vida lo motivan a seguir adelante a pesar de constantes prognosis mรฉdicas poco alentadoras.
Pero, curiosamente, su mรกs importante lucha inicia cuando abandona la causa social para enfrentar la personal: Aceptarse como mujer e iniciar un largo proceso hormonal, sicolรณgico y legal para que la sociedad le permita ser lo que es. Es la historia de valentรญa y convicciรณn de Irina Layevska (cuyo otrora nombre masculino ha dejado ya en el olvido y que el documental decide tambiรฉn no mencionar).
En la construcciรณn y desarrollo del documental se entiende en gran medida la necesidad de un elemento sorpresa (de una laguna que nos separa de una trama inaugural a una segunda historia sin entender de inicio a dรณnde nos lleva la pelรญcula) al momento de unir las historias de ese activista polรญtico comunista y la de un transexual que pelea contra la discriminaciรณn en nuestro paรญs (algo que como espectador tiene una fuerte resonancia emocional en la tercera parte del filme).
Se trata de una inspiradora historia de vida, un hermoso cuento de amor y un atrevido retrato de nuestros tiempos: sobre nuestros prejuicios sociales, sobre los atavismos hacia la diversidad y naturaleza sexual del ser humano. Una autรฉntica quimera fรญlmica que por igual se asoma a los sueรฑos colectivos del comunismo cubano y la fidelidad a estos principios de un comprometido activista a la cruenta y diaria lucha de una mujer por no ser discriminada, por no dejarse limitar por una enfermedad que la tiene en una silla de ruedas o por las miradas y acciones de rechazo e intolerancia de quienes se espantan por saber que Irina naciรณ en el cuerpo equivocado.
Es posible encontrarnos con detalles en la narrativa y ritmo de este filme que como espectadores pueden confundirnos en los dos primeros tercios del documental, incluso cuestionar la prolongada exposiciรณn de escenas que buscan provocar una empatรญa emocional extrema con las cotidianas incomodidades de Irina hasta para vestirse y los saltos de tiempo en la historia que quedan sin referencias o registro. Sin embargo, en su conjunto y al llegar a su desenlace, la pelรญcula encuentra una natural resoluciรณn del doble retrato hecho. Y si bien su mayor aportaciรณn o atractivo para el pรบblico no pasarรก por el lado de lo cinematogrรกfico, lo profundamente humano y directo de su mensaje es de una fuerza tal que los detalles tรฉcnicos y narrativos del filme pasan a ser observaciones muy menores.
Al final el resultado es un ejemplo de vida plasmado en cine, un ejemplo de congruencia y de valentรญa que ojalรก todos podamos ver pronto en la pantalla grande.