Patria, muerte y camp

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Alberto Barrera Tyszka

Patria o muerte

Barcelona, Tusquets, 2015, 248 pp.

La concesiรณn del Premio Tusquets 2015 a Patria o muerte de Alberto Barrera Tyszka (Caracas, 1960) mucho harรก para dar a conocer esta novela, aunque tal vez sirva mรกs para divulgar los perfiles de una estructura de sentimiento comรบn entre los afectados por los diecisรฉis aรฑos del rรฉgimen chavista. Esta obra se las arregla para capturar la sensaciรณn de temor de una antes extensa colectividad –la clase media venezolana de los sesenta, setenta y ochenta– depauperada o dispersa en el exterior. Pero lo hace con un talento expresivo que reclama nuestra atenciรณn independientemente de toda cuota testimonial.

La vocaciรณn por las duplicidades signa la narrativa de Barrera Tyszka y en cada una de sus novelas podrรญa rastrearse. En Tambiรฉn el corazรณn es un descuido (2001), por ejemplo, tenemos la tensiรณn que se establece entre los protagonistas, el psicรณtico venezolano encarcelado en Estados Unidos acusado de espantosos asesinatos y el compatriota que viaja para entrevistarlo. En La enfermedad (2006) no solo hay dos anรฉcdotas paralelas, sino que las partes de la historia son dos y dos han sido los terrenos de interpretaciรณn en los que sus lectores han insistido: el intimista y el pรบblico. Patria o muerte ahonda en esos hรกbitos transportรกndolos a un nivel superior de eficacia y ambigรผedad. Las seรฑales formales son constantes. Repรกrese en la disyuntiva del tรญtulo. O en que la novela estรฉ dedicada a dos personas. O en el epรญgrafe, tomado de Rafael Gumucio: “Yo no puedo creer que esto sea la muerte, la muerte de la que tanto hablo, de la que tanto espero.”

Luego de tal preparaciรณn, las primeras pรกginas trazan la circunstancia polรญtica corroborando el reino del doblez, donde lo uno transita a lo otro: “Chรกvez indicรณ que el tumor se habรญa extraรญdo y que รฉl se encontraba en franca y entusiasta recuperaciรณn. Luego comenzรณ a hablar de la patria y de sรญ mismo, de sรญ mismo y de la historia, de la revoluciรณn y de sรญ mismo, de sรญ mismo y de Fidel Castro, hasta terminar con un nuevo grito de batalla: ¡Por ahora y para siempre! ¡Viviremos y venceremos!

Lo que en el pasaje precedente se manifiesta con proliferantes copulativas en el resto de la novela surge en mรบltiples dominios del lenguaje. Los personajes, nรณtese, enuncian la รญndole paradรณjica del entorno –una Venezuela en que la polรญtica se convierte en perenne espectรกculo–: “Lo mรญo es la realidad, no la ficciรณn”, exclama Fredy Lecuna, periodista; “Te equivocas: todo es ficciรณn, incluso la realidad”, le responde su editora, poco antes de incitarlo a que escriba un libro sobre la enfermedad de Chรกvez. El narrador, igualmente, se arroja en los brazos de esa intercambiabilidad al poner a uno de sus personajes de ficciรณn a estudiar una biografรญa de Chรกvez, cuando los lectores de Barrera Tyszka a duras penas ignoramos que รฉl y Cristina Marcano son autores de la mรกs importante obra de ese tipo.

Menciรณn especial merece el tratamiento de las alegorรญas nacionalistas, donde se observa una radical duplicidad que nos lleva desde el usual establecimiento de analogรญas entre lo narrado y la ideologizaciรณn del acontecer social hasta una implosiรณn de los alegoremas que se entresacan de la novela. Recordemos que la etimologรญa de la palabra compuesta de allos y agoreuo indica un “hablar de otro asunto”. Tal otredad abunda en Patria o muerte, como se desprende de los roces del tรญtulo con la trama: en esta, se reajustan los significados que aparentan tener los dos sustantivos ligados por la conjunciรณn; las muertes heroicas evocadas por el clichรฉ dejan de serlo al darnos cuenta de que abordamos, mรกs bien, las desventuras cotidianas de los venezolanos durante la misteriosa agonรญa del gran lรญder y en medio de una deteriorada existencia material y afectiva. “El miedo se reproducรญa de manera desordenada. Como una metรกstasis.” El comentario del narrador terciopersonal desde el punto de vista de Lecuna –a la hora de pensar en las actividades cubanas enVenezuela– insinรบa la conexiรณn entre la enfermedad del caudillo y las patologรญas de la tribu, y regresa en las disputas que tienen entre sรญ los hermanos Sanabria: “Tรบ todavรญa no has entendido nada, Miguel. Estamos hablando de un hombre fuera de lo comรบn, de un tipo del tamaรฑo y de las dimensiones de Bolรญvar”, dice el chavista; y masculla el antichavista Miguel, oncรณlogo de irรณnico apellido: “No me jodas. Chรกvez es tan egรณlatra que no soportรณ estar enfermo รฉl solo: contagiรณ a todo el paรญs.” La escaramuza lleva en sรญ la marca de lo doble, emparentando una alegorรญa del imaginario oficial, en la que Chรกvez equivale a Bolรญvar, a una del imaginario opositor, donde Chรกvez encarna el cรกncer de la democracia.

El humor de Barrera potenciarรก el vรฉrtigo de otredades al proyectar la seriedad trascendental de la alegorรญa a los predios del mรกs salvaje y gozoso camp. Ello basta para resaltar la maestrรญa del narrador porque, si uno de los nรบcleos de las acciones se relaciona con videos secretos que revelarรญan a un Chรกvez no invicto ni “Comandante Eterno”, sino humanizado por el terror a la muerte en una cama de hospital, ese mismo filรณn argumental nos fuerza a vislumbrar una alegorรญa que aterriza en lo abyecto y viscoso: “Porque los dioses no tienen cuerpo –exclama Miguel Sanabria–, los dioses no gritan de dolor, no sangran por el culo, no lloran.”

No solo la distonรญa de amalgamar lo alto con lo bajo nos instala en el camp, sino tambiรฉn la sorna con que se manipula la cursilerรญa. El narrador constata que Chรกvez participa de “una alegorรญa puntual”. Dicha alegorรญa populista se vale de emociones, no de raciocinio: “Un poco mรกs allรก, se alzaba una valla con una inmensa foto del Comandante Presidente: Chรกvez, corazรณn de la patria.” Barrera Tyszka reconoce el potencial crรญtico que el lugar comรบn tiene cuando lo acoge una escritura como la de Patria o muerte, cuestionadora de fรณrmulas desde su tรญtulo. El final de la historia, la contemplaciรณn de la pareja genesรญaca luego de la descripciรณn de una hecatombe nacional, dos niรฑos que cargan en su equipaje la prueba de una gran mentira y encaran el porvenir, no hace sino remitirnos a clichรฉs similares, codificados por los mass media. El narrador copia, asรญ, las estrategias del lenguaje oficial sensiblero mientras hace visible el horrendo vacรญo interior de este. En esa nada hallamos la verdadera fuente del temor que recorre las pรกginas de esta novela. ~

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(1964) es escritor venezolano y profesor de literatura en la Universidad de Connecticut.


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