Rodrigo Blanco Calderรณn
The night
Madrid, Alfaguara, 2016, 360 pp.
Sin duda merecido, el interรฉs de la crรญtica internacional en la trayectoria del venezolano Rodrigo Blanco Calderรณn como cuentista โque incluye tres colecciones: Una larga fila de hombres (2005), Los invencibles (2007) y Las rayas (2011)โ se amplรญa ahora con una ambiciosa novela, The night, publicada simultรกneamente por Alfaguara y por Gallimard. La traducciรณn al francรฉs de Robert Amutio obtuvo el prestigioso premio de la Rive Gauche ร Paris 2016.
La consanguinidad de la novela con el resto de su obra comienza con la reapariciรณn de personajes de los relatos previos, entre otros, el psiquiatra Miguel Ardiles y el escritor Pedro รlamo. Pese a tales muestras de intertextualidad refleja, The night infunde complejidad al ya no sencillo mundo ficticio del autor acentuando la elaboraciรณn atmosfรฉrica. El entorno degradado usual en sus tramas adquiere una vastedad alucinada, como la de ciertas ciudades de la narrativa y la cinematografรญa noir โy la publicidad ha insistido en elloโ, aunque estas pรกginas acaben apartรกndose del gรฉnero para satisfacciรณn de lectores que prefieran menos docilidad con respecto a los formulismos de las grandes editoriales. La Caracas sumergida en la oscuridad por la crisis energรฉtica y los apagones decretados por el rรฉgimen de Chรกvez en 2010 se transforma, ante todo, en el flagrante indicador histรณrico y social de una modernidad fracasada: โAl principio fue un largo, inesperado, apagรณn de cinco horas […] Mรกs allรก de las citas canceladas, los cheques sin cobrar, la comida descompuesta y el colapso del metro, la ciudad sintiรณ el estupor de ser cueva y laberinto. En los meses siguientes […], los habitantes fueron dibujando sus primeros bisontes.โ Poco despuรฉs se nos dice que Matรญas Rye, novelista amigo de Ardiles, desea escribir โThe night: una novela policial que involucionarรญa hacia el gรณticoโ. En la regresiรณn que acompasa la representaciรณn de un paรญs y los proyectos de los personajes se cifra la ominosa cosmovisiรณn novelesca.
Si echo mano del tรฉrmino cosmovisiรณn es por creer que a estas alturas, a diferencia de lo que sucedรญa en sus cuentos, Blanco Calderรณn parece muy consciente de que fabula el deterioro venezolano en un contexto polรญtico especรญfico, el del chavismo. Abundan las imรกgenes de una Caracas abyecta: โlas riberas del Guaire, esa arteria podrida que atraviesa la ciudad, donde viven los indigentesโ, โla galerรญa de espectros hambrientos, los salones de la pobreza casi fantasmal, el teatro pavoroso de una miseria que quedรณ petrificadaโ. Pero en esta ocasiรณn el รฉnfasis se pone en los crรญmenes, multiplicados en una era de desgobierno. La novela que desea escribir Rye sobre las violaciones y los asesinatos de mujeres llevados a cabo por el doctor Montesinos โinspirada por el caso de Edmundo Chirinos, psiquiatra de carne y hueso, como se cuida de apuntarlo Blanco Calderรณn en la nota de agradecimientoโ no hace mรกs que destacar un ejemplo entre millares, y las anรฉcdotas nos reservan trรกfico de รณrganos, secuestros, torturas y descuartizamientos. A tal punto llega el baรฑo de sangre que el โrealismo gรณticoโ que teoriza Rye como necesario para describir a Venezuela se sostiene en estadรญsticas โโcasi doscientas mil personas en los รบltimos diez aรฑos […] en nombre de ninguna ideologรญaโโ, pero tambiรฉn en la vivencia asimilada y la trรกgica intuiciรณn de que โde cada crimen que sucede, algo queda flotando y eso se acumula y eso tiene que hacer daรฑoโ.
The night no se limita, con todo, a subrayar sus lazos con una sociedad. Nos ofrece, asimismo, una reflexiรณn acerca del lenguaje, emparentado con el mal que dรญa a dรญa โo noche a nocheโ se materializa; como Rye declara a Ardiles: โAntes, eso [el policial clรกsico, el retorno a lo gรณtico] era el contenido de mi escritura. Ahora, la oscuridad, el miedo y la intuiciรณn son el ambiente que la rodea. Es un tรบnel por el que desfilan y se pierden mis palabras.โ En este punto ha de prestarse atenciรณn a la estructura de la novela. Las conversaciones de Ardiles y Rye ceden paso a otros tipos de narraciรณn, entre los que destacan la escrita en tercera persona y las consultas que Ardiles graba con pacientes suyos, Rye y รlamo. Aquel estรก obsesionado por este, escritor tan frustrado como รฉl y a su vez obsesionado por un poeta proveniente de la realidad literaria venezolana, Darรญo Lancini โa quien llama โManciniโโ. La segunda de las tres partes que componen The night estรก dedicada a Lancini-Mancini, en una biografรญa novelada del excรฉntrico palindromista. La suma obsesiva engendra una autรฉntica maraรฑa en la que talentosamente Blanco Calderรณn se las arregla para que el mayor peligro que acecha a su novela se desvanezca. Me explico: no cuesta asociar el fragmentarismo de las numerosas voces con un paรญs โa punto de caerse y hacerse pedazosโ; tampoco cuesta trazar analogรญas entre el destino polรญtico real de Venezuela y la ficciรณn: โยฟen quรฉ momento nos acostumbramos a vivir en la oscuridad?โ. Es decir, The night exhibe descaradas y militantes alegorรญas de la naciรณn; sin embargo, con perverso ingenio, de la misma manera como las construye las extravรญa: nos obliga a reconocer en ellas monstruos de la significaciรณn y el verbo que no alcanzamos a confundir con lo real, pues su referencialidad se difiere, se posterga en el laberinto de correspondencias de la maquinaria novelรญstica. La fijaciรณn de Rye con รlamo nos remite a la de este con Lancini y la de Lancini con frases puestas al derecho y al revรฉs โatrapadas en las reglas de su juegoโ nos remite igualmente a la cรกrcel discursiva en la cual vive Ardiles, no solo escuchando a sus pacientes, sino revisitando grabaciones de lo escuchado. La urgencia de la doctrina se rezaga, asรญ pues, ante la urgencia del decir y las alegorรญas se dispersan como ecos de una forma que no se convierte en sermรณn. ~
(1964) es escritor venezolano y profesor de literatura en la Universidad de Connecticut.