El prรณximo 7 de junio Theresa May dimitirรก como lรญder del Partido Conservador y dejarรก de ser primera ministra cuando los tories elijan un nuevo lรญder. May arroja la toalla despuรฉs de que su acuerdo de salida de la Uniรณn Europea haya sido derrotado tres veces en el Parlamento britรกnico. Ante la perspectiva de un cuarto fracaso, ya no le quedaba alternativa: abandonar el poder tras un gobierno de algo menos de tres aรฑos en estado continuo de turbulencia.
May serรก recordada como un desastre sin paliativos. Su incapacidad de liderar su partido en este proceso ha sido notable. Su interlocuciรณn con la Uniรณn Europea, deficiente durante demasiado tiempo. May ha sido siempre incapaz de ver la jugada con varios movimientos de antelaciรณn. Y aun asรญ uno se pregunta si el รฉxito en la aventura del Brexit era posible.
La negociaciรณn del Brexit comenzรณ con una estrategia de mรกximos y con un objetivo irrenunciable: salir del mercado comรบn y de la uniรณn aduanera para poner lรญmite a la inmigraciรณn y establecer una polรญtica comercial independiente. Esta lรญnea roja que May impuso, que quizรกs era el รบnico equilibrio polรญtico dentro de su partido, ha limitado enormemente el margen para el acuerdo porque ha terminado siendo incompatible con otros dos objetivos: que no exista una frontera con la Repรบblica de Irlanda y que no exista un rรฉgimen jurรญdico distinto para Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido. Conciliar estas metas se ha demostrado que era buscar un acuerdo imposible.
Una vez que el fracaso ya estaba escrito, muchos de los errores de May los juzgamos con el beneficio de la retrospectiva. May se instalรณ por demasiado tiempo en la idea de que salir sin acuerdo de la UE era preferible a salir con un mal acuerdo (โno deal is better than a bad dealโ). La credibilidad de aquella proclama era nula y el poder de negociaciรณn del Reino Unido pequeรฑo, pero transmitir a la otra parte que no estรกs dispuesto a aceptar cualquier resultado de la negociaciรณn es un punto de partida habitual.
En marzo de 2017 y sin tener aรบn un plan del Brexit definido, May activรณ el artรญculo 50 de los Tratados que iniciaba la cuenta atrรกs de dos aรฑos para salir de la Uniรณn Europea. Esta cuenta atrรกs ha resultado letal, pero la percepciรณn entonces era que establecer un horizonte fijo para la salida de la UE era necesario para una negociaciรณn mรกs eficiente. Sin un dรญa โDโ parecรญa mรกs difรญcil conseguir un acuerdo, pues todos los actores (particularmente aquellos a favor de permanecer en la UE) tenรญan incentivos a alargar los plazos para conseguir sus metas.
Igualmente, May convocรณ unas elecciones que le hicieron perder la mayorรญa absoluta que tenรญa en los Comunes. De nuevo, otro error que hoy juzgamos como fatal, pero recordemos que en aquel momento las encuestas le otorgaban una victoria clara y que la mayorรญa con la que contaba era muy exigua (solo 330 escaรฑos). El sector a favor del Brexit duro ya tenรญa entonces la capacidad de bloquear una salida ordenada y acordada, tal y como siguiรณ ocurriendo tras las elecciones.
Por รบltimo, May se ha empecinado en sacar adelante el acuerdo del Brexit รบnicamente con el apoyo de su partido y los unionistas norirlandeses. May no entendiรณ, hasta muy al final, que el acuerdo de salida de la Uniรณn Europea es en realidad un acuerdo constitucional y que debรญa ser fruto de un consenso con, al menos, el principal partido de la oposiciรณn. Sin embargo, probablemente ese entendimiento nunca habrรญa existido. Al otro lado del Parlamento estรก Jeremy Corbyn. Un euroescรฉptico que ha mantenido todo este tiempo un plan sobre el Brexit indefinido e irrealista y que, ademรกs, ha demostrado no estar dispuesto a conceder el mรญnimo apoyo al Gobierno porque sus opciones de convertirse en primer ministro pasan por el fracaso de May y el del Partido Conservador.
Asรญ, a pesar de que May ha cometido multitud de errores, no podemos soslayar que en el Parlamento britรกnico no hay mayorรญa para nada. Westminster votรณ ocho posibles soluciones para el Brexit en los โvotos indicativosโ de marzo. El Parlamento pudo elegir entre opciones que iban desde salir sin acuerdo hasta revocar el artรญculo 50 y anular todo el proceso de salida de la UE. Ninguna de las ocho opciones se quedรณ cerca de la mayorรญa. En una segunda ronda las cuatro opciones con mayor apoyo volvieron a ser votadas y derrotadas. Ninguna de esas opciones, a dรญa de hoy, ha sido capaz de obtener el apoyo que tuvo el acuerdo de May en el parlamento (286 votos a favor).
May quedarรก para la historia como la primera ministra que fracasรณ con el Brexit. Y a pesar de todo, la paradoja es que otro liderazgo probablemente tampoco hubiera conducido al paรญs a un acuerdo de salida aceptable para la mayorรญa del Parlamento y de los britรกnicos.
Ignacio Jurado es profesor de polรญtica en la Universidad de York y colaborador del blog Piedras de papel.