El manejo de crisis no ha sido el fuerte de Claudia Sheinbaum. Esta carencia se hizo patente durante la contingencia ambiental de mayo de 2019, en la que no actuĆ³ con decisiĆ³n ni comunicĆ³ con empatĆa. Entonces seƱalĆ© que esto era preocupante porque habĆa dos frentes abiertos en los que una crisis de gran calado era cuestiĆ³n de tiempo: el estado crĆtico de la infraestructura del Metro y la creciente inseguridad pĆŗblica. Y asĆ fue. Desde abril se han presentado casos de alto impacto que crean la percepciĆ³n de que la ciudad enfrenta una grave crisis de seguridad:
- En abril, la muerte de la seƱora Guadalupe Fuentes Arias, quien sufriĆ³ un infarto cerebral en el Metro y fue abandonada por policĆas afuera de una estaciĆ³n, donde agonizĆ³ un dĆa entero sin recibir ayuda.
- En mayo, la desapariciĆ³n de la joven Daniela RamĆrez, quien, como se supo despuĆ©s, fue secuestrada y asesinada por un taxista.
- En junio, el asesinato de Leonardo AvendaƱo y el secuestro y muerte de Norberto Ronquillo.
- En julio, la ejecuciĆ³n de dos personas dentro de un centro comercial.
- Y en agosto, la revelaciĆ³n de tres indignantes casos en los que policĆas de la ciudad han sido acusados de abuso sexual y violaciĆ³n a mujeres indefensas.
Lejos de entender esto como la confirmaciĆ³n de que la ciudad enfrenta una crisis que exige medidas extraordinarias, Sheinbaum y sus funcionarios han cometido reiteradamente los mismos errores. Han minimizando los hechos, culpado a otros, y, por momentos, demostrado una tremenda falta de empatĆa.
- Ante la muerte de la seƱora Fuentes Arias en el Metro, Sheinbaum se mostrĆ³ inicialmente preocupada por defender a la directora del sistema de transporte y acusar la āpolitizaciĆ³nā del caso.
- Ante el aumento en homicidios, su respuesta mĆ”s notable ha sido poner en tela de juicio la confiabilidad de las estadĆsticas delictivas y atenerse a la presencia de la Guardia Nacional en la ciudad.
- Ante la indignaciĆ³n social por los asesinatos de Leonardo AvendaƱo y Norberto Ronquillo, la Jefa de Gobierno negĆ³ que hubiera una crisis y aceptĆ³ que el presidente LĆ³pez Obrador la defendiera, diciendo que ella era vĆctima de āunos grandulones abusivos y ventajososā.
- Ante el doble homicidio en el centro comercial, permitiĆ³ inicialmente que la policĆa manejara irresponsablemente la hipĆ³tesis de un ācrimen pasionalā para minimizar los hechos.
- Y ante las manifestaciones por los feminicidios y las violaciones, se mostrĆ³ de entrada mĆ”s indignada por las āprovocacionesā (es decir, las protestas) que por los ataques de la policĆa contra mujeres indefensas.
Dada esta acumulaciĆ³n de eventos y errores en tan poco tiempo, podrĆamos estar pasando de una crisis de comunicaciĆ³n a una crisis de gestiĆ³n, cuyo sĆntoma mĆ”s grave es que la policĆa parece estar rebasada y fuera de control:
- No previene el delito y algunos de sus elementos incluso atentan contra los ciudadanos.
- No estĆ” plenamente capacitada para atender situaciones simples (brindar primeros auxilios en el Metro), ni complejas (reducir y capturar a un tirador activo en un espacio pĆŗblico).
- No es capaz de mantener el orden en una manifestaciĆ³n, e incluso su director se ufana de que su polĆtica es ādejar hacerā, aun a riesgo de la integridad fĆsica de manifestantes, periodistas, peatones y de los propios policĆas, que ahora se exponen a ataques sin equipo antimotines bĆ”sico.
- Y no tiene la capacidad para cuidar sus propios edificios o la infraestructura pĆŗblica de la ciudad, creando una sensaciĆ³n de vacĆo de autoridad.
Ante esto:
- La Jefa de Gobierno debe cambiar radicalmente las prioridades de su gobierno y enfocarse en replantear sus polĆticas de seguridad.
- Debe hacer ajustes a su equipo, contar con protocolos de manejo de crisis y una nueva estrategia de comunicaciĆ³n.
- Ella y sus funcionarios requieren entrenamiento de medios urgente e intensivo, sobre todo para cuidar sus primeras reacciones y declaraciones ante eventos adversos, ya que ahĆ han mostrado mĆ”s debilidades.
El primer paso para cambiar es que la Jefa de Gobierno comprenda que no hay provocadores ni āgrandulonesā: hay millones de personas que esperamos que sus actos y sus palabras estĆ©n a la altura de sus promesas y de su responsabilidad.
Especialista en discurso polĆtico y manejo de crisis.