El discurso del voto nulo

El voto nulo es una reacciรณn vรกlida ante un estado de cosas que parece muy difรญcil de cambiar pero, no es una soluciรณn. Necesitamos reconstruir nuestra capacidad para creer que las cosas pueden ser diferentes.
Aร‘ADIR A FAVORITOS
ClosePlease loginn

El propรณsito central de todo discurso es persuadir a quien lo escucha para que realice una acciรณn. En democracia, el discurso es clave para movilizar a la ciudadanรญa en torno a un proyecto polรญtico, una causa, un asunto pรบblico, un gobierno o una protesta contra el estado de cosas. Este รบltimo es el caso de quienes hoy en dรญa proponen como respuesta al malestar ciudadano con la polรญtica que la gente acuda a las urnas y anule su voto.

Para ser persuasivo, un discurso debe tener los siguientes elementos en su estructura:

  • Un diagnรณstico o descripciรณn de una necesidad real.
  • Una soluciรณn o satisfacciรณn a esa necesidad que sea atractiva (emotiva) y viable (lรณgica).
  • Una “tierra prometida”, es decir, un futuro deseable al que se llegarรก si se implementa la soluciรณn propuesta.
  • Un llamado a la acciรณn para que la audiencia apoye la soluciรณn propuesta.

El discurso polรญtico que hemos visto en las campaรฑas actuales en Mรฉxico carece de uno o varios de estos elementos indispensables para la persuasiรณn. Los spots de los partidos y la forma en la que son transmitidos estรกn teniendo un efecto contrario al que se busca: saturan por su cantidad y frecuencia; molestan por ser, en su mayorรญa, de baja calidad; y confunden al ser muy parecidos en su contenido y lenguaje alejado de los ciudadanos. Esto explica en buena medida por quรฉ la gente no conecta con las campaรฑas y no sabe por quiรฉn votar.

Irรณnicamente, en tรฉrminos de capacidad de persuasiรณn, el discurso de los anulistas no supera al de los partidos polรญticos. ¿Por quรฉ?

  • El diagnรณstico de quienes proponen el voto nulo es acertado: la polรญtica estรก mal. Pero los anulistas lo extrapolan al extremo, al seรฑalar que “todo lo polรญtico estรก mal porque todos los partidos son lo mismo”.
  • La soluciรณn de anular el voto como forma de protesta, es emotiva pero no tiene lรณgica.Anular el voto es una reacciรณn basada en el enojo, pero no se desprende ni lรณgica ni necesariamente que al hacerlo “los polรญticos entenderรกn un mensaje y la polรญtica mejorarรก”.
  • Por ello, no es posible pintar una “tierra prometida” atractiva. No es claro que al anular nuestro voto, los polรญticos vayan a tener un repentino cambio de actitud y dejen de actuar como lo hacen. Al contrario, me parece que al hacernos a un lado, quienes se benefician mรกs del estatus quo salen ganando.
  • Por todo lo anterior, el llamado a la acciรณn de los anulistas (sal de tu casa, fรณrmate en la casilla y anula tu voto) no ofrece claridad en los resultados. ¿Si todos anulamos nuestro voto, la democracia cambiarรก para bien?

¿Quรฉ puede hacerse? Podrรญamos empezar con cuatro acciones concretas:

  • Asumir responsabilidad: Fernando Savater dice con razรณn que hay dos clases de polรญticos: los ciudadanos polรญticos que eligen y los ciudadanos polรญticos que son elegidos. Si los segundos no hacen las cosas bien, los primeros tienen que hacer algo al respecto. El anulismo, lejos de hacernos asumir la responsabilidad que nos toca, nos libera de ella al grito de “no vale la pena ni hacer el intento”.
  • Investigar: Decir que no nos interesa la polรญtica es afirmar que no nos te interesan los temas que afectan nuestra vida diaria (pagar impuestos, los baches de la calle, la inseguridad en el transporte pรบblico, etc). Decir que las cosas van a seguir igual y por eso lo mejor es no hacer nada es la receta, justamente, para asegurar que las cosas sigan igual… o peor. Hay que investigar a fondo las opciones, porque estoy convencido de que no todas son iguales.
  • Decidir: Cualquiera que piense que votar libremente es un desperdicio o un fastidio debe leer una biografรญa sobre Josรฉ Marรญa Morelos, Benito Juรกrez, Martin Luther King o Nelson Mandela. Al hacerlo, verรญan que la extravagante idea de que todos los seres humanos somos iguales y tenemos el mismo derecho a elegir a quienes dirigirรกn nuestras instituciones de gobierno no es, precisamente, un regalo. Es un derecho que costรณ muchas vidas y sufrimiento. Hay que defenderlo, porque es nuestro.
  • Construir liderazgos: Las รฉlites acadรฉmicas, econรณmicas e intelectuales le han dado la espalda a la polรญtica. Si tenemos la sensaciรณn de que los “mejores” ciudadanos no estรกn en la boleta, tal vez tengamos razรณn. Entonces, hay que hacer algo para que estรฉn. Hay que encontrar, construir y fortalecer nuevos liderazgos. Y, para lograrlo el primer paso es despojarnos del cinismo y la apatรญa.

El voto nulo es una reacciรณn vรกlida ante un estado de cosas que parece muy difรญcil de cambiar pero, no es una soluciรณn. Necesitamos reconstruir nuestra capacidad para creer que las cosas pueden ser diferentes. Pero si dejamos esa responsabilidad en manos de los polรญticos “profesionales” que, hasta hoy, nos han demostrado que “no entienden que no entienden”, entonces los ciudadanos tenemos que hacer algo al respecto. Votar es un primer paso, indispensable, pero no suficiente. ¿Tenemos ideas de cรณmo dar los siguientes pasos? ¿Estamos dispuestos a usar nuestra imaginaciรณn y energรญa para construir, nosotros mismos, un nuevo rumbo? Esas son las preguntas con las que amaneceremos el dรญa despuรฉs del 7 de junio.

 

 

+ posts

Especialista en discurso polรญtico y manejo de crisis.


    ×

    Selecciona el paรญs o regiรณn donde quieres recibir tu revista: