Hay linchamientos en la Biblia: “Sacaron al blasfemo fuera del campamento y lo apedrearon” (Levรญtico 24:23).
El ostracismo griego no apedreaba, pero los ciudadanos usaban tepalcates (fragmentos de cerรกmica) para escribir (anรณnimamente) el nombre del conciudadano que merecรญa el destierro.
Lope de Vega dramatiza un linchamiento en Fuenteovejuna (1619). El jefe polรญtico abusivo de un poblado de 300 habitantes (Fuenteovejuna) llega a una boda, encarcela al novio y rapta a la novia. Que lo rechaza, escapa y vuelve a pedir justicia a todos. Liberan al preso y matan al abusivo. Llega un juez que interroga a uno por uno, inรบtilmente:
ยฟQuiรฉn matรณ al comendador?
-Fuenteovejuna, seรฑor.
ยฟY quiรฉn es Fuenteovejuna?
-Todos a una.
El anonimato es fundamental para el linchamiento. El delito de todos oculta el de cada uno. Los linchamientos son ejecuciones tumultuarias cometidas al margen de la ley por un grupo que actรบa como fiscal, juez y verdugo contra un supuesto culpable de crรญmenes horrendos. O de ofensas a lo sagrado. O del mero hecho de estar supuestamente relacionado con un grupo abominable o con el diablo.
Los linchamientos exaltan a los cobardes: asรญ no enfrentan personalmente los agravios, reales o imaginarios. Tambiรฉn a los resentidos de que a otros les vaya bien.
La agresiรณn puede ser espontรกnea y explosiva, a raรญz de un incidente. Tambiรฉn puede ser orquestada con influencers, pagados o no. Puede consistir en un coro de chiflidos, abucheos, burlas o insultos. Puede arrojar piedras o lanzarse a una cacerรญa de brujas que culmine en la horca o la hoguera. Puede hacerse en los medios o en las redes sociales.
En un Estado democrรกtico, el poder polรญtico se dispersa, la violencia no. “Democratizar” la violencia convertirรญa a cualquier matรณn en un Estado dentro del Estado.
Tambiรฉn se lincha desde la autoridad que condena pรบblicamente. Eso alerta a paleros colocados dentro de la multitud, real o virtual. Al recibir la consigna, los paleros inician un coro siniestro: ยกCrucifรญcalo! ยกBruja! ยกParedรณn! ยกCรกllenlo!
En Europa, los nazis y fascistas fueron los รบltimos organizadores de linchamientos. En los Estados Unidos, los racistas, macartistas y guardianes de lo polรญticamente correcto. En Mรฉxico, desgraciadamente, los linchamientos no han terminado, y van en aumento.
Pedro Josรฉ Peรฑaloza y otros (Los linchamientos, Porrรบa, 2020): Entre 1988 y 2018, Chiapas, Morelos y Oaxaca acumularon el 90% de los linchamientos del paรญs. Pero entre 2000 y 2011, el Estado de Mรฉxico y la Ciudad de Mรฉxico acumularon 49%. Nacionalmente, en 1990 hubo un linchamiento; en 2000 hubo 19, en 2010: 47. Y quizรก 200 en 2019, segรบn lo que sigue.
Lynching in Latin America (del Politรฉcnico de Zรบrich, Suiza, diciembre de 2022; disponible en la web) cubre 18 paรญses de 2010 a 2019, entre los cuales destaca Mรฉxico. Tuvo el mayor nรบmero de linchamientos: 40% del total. En 2010, habรญa en el paรญs un linchamiento por semana, cifra que llegรณ a cuatro en 2019.
La Comisiรณn Nacional de los Derechos Humanos y el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM presentaron en mayo de 2019 un Informe especial sobre los linchamientos en el territorio nacional (en la web). Recoge puntos de interรฉs: Que un linchamiento lo hacen de 10 a 50 personas y dura unos cuantos minutos. Que puede quedar en amago, ya sea porque la vรญctima escapa o es rescatada por las autoridades. Que, ademรกs de insultar, puede golpear o matar. Que puede estar anunciado con mantas: “La prรณxima vez que robes, te linchamos”. Que se lincha, en primer lugar, a los ladrones, violadores, policรญas abusivos, secuestradores y conductores de vehรญculos que atropellan a peatones.
Todas las cifras sobre linchamientos son recuentos periodรญsticos. No hay estadรญsticas oficiales porque ni siquiera existe el concepto de linchamiento en la legislaciรณn penal.
Por otra parte, no es fรกcil enjuiciar una acciรณn colectiva, anรณnima, breve, ocasional, cometida por muchos que la creen justificada porque las autoridades no garantizan la seguridad pรบblica ni hacen justicia pronta y expedita. O, peor aรบn, evitan los enfrentamientos con los delincuentes o son sus cรณmplices.
No hay linchamientos en Dinamarca, sino en Fuenteovejuna. ~
Publicado en Reforma el 29/I/23.
(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.